Capítulo 33.

2.3K 272 10
                                    

Capítulo 33. Estoy enfadado con Fred y tú eres gay.

De forma casi amarga se preguntó, si en el campamento todos se alistaban para partir, guardando armas y preparaban un gran ¨botiquín de primeros auxilios¨

¿Qué estaría haciendo Mar? ¿Estaría encerrada en una fea habitación en la espera de que la saquen para llevarla como un animal al punto de encuentro?

Aunque, se dijo a si mismo que ella nunca permitiría que la traten de esa manera. Antes, mordería al tipo ese, o le daría una buena patada en la entrepierna para luego salir corriendo y dedicarle la seña más pasional que podía hacer cuando está enfadada, enseñarle sus finos dedos medios.

Sonrió como idiota al recordar todas las veces que ella le mordió y le pateó. O aquella vez que despertó desorientada y recordó que él la besó ante todo el colegio luego de ganar un partido de quidditch, ella estaba molesta, pero él pensó, de no haberlo hecho... ella no habría admitido cuanto le quería, y no habrían comenzado una ¨relación¨ o puede que se llamara así.

Pasó su mano izquierda por su ya larga cabellera enrulada, observó a su hermanita Lily intentar utilizar el arco y flecha, pero en el intento casi darle un campista hijo de Hermes, como ya era costumbre, pero ella no se rendía y seguía intentándolo.

-Si Meredith -la oyó decir-, siendo una topo ciega podía darle en el blanco, yo también podré, maldita sea.

Rió para sus adentros y siguió viendo como Lily le daba a todo menos al punto. Los campistas ya estaban en el suelo, no podían quitarles las flechas porque en el intento ella les quitaría la vida, o peor, un ojo.

Se había quedado mirando al grupo de chicas que caminaba hacia la casa grande con curiosidad cuando una flecha rozó su nariz.

Abrió sus ojos marrones al máximo y se volteó nuevamente hacia su hermana. Ella ya había soltado el arco y tenía las manos sobre su boca en una expresión de Por Merlín, la cagué.

-Lily, sé que quieres matarme... pero al menos espera a la pelea para que sea menos evidente -algunos sonrieron un poco, pero siquiera James sentía el humor para reír.

Lily lo hizo, pero de forma vergonzosa-. Lo siento. Esto no es para mí, mejor me quedo con mi varita.

Asintió-. Sabia decisión, hermana.

Los hijos de Apolo aplaudieron mientras Lily abandonaba la zona, ella les dedico una mirada de enojo y luego caminó ofendida lejos de ellos.

Nico apareció junto a él, obligándolo a dar un salto atrás.

-Vaya, sí emerges de las sombras -exclama con una mano en el pecho.

Nico se encoge de hombros-. Tal vez sólo no miras con atención.

-Puede ser.

Apartó la vista del chico sombra y volvió a dedicarse a mirar a la nada.

Pensándolo bien, ahora que por fin se detenía en eso, el grupo de los merodeadores que había hecho hace al menos nueve años se había roto. Con Frank muerto y Fred que de alguna manera los había abandonado de forma un poco egoísta. De cuatro merodeadores que se habían hecho en el primer año de Mar, ya sólo quedaban dos que de verdad lo sentían. Él y Meredith.

Porque si Fred tenía al menos un poco de aprecio hacia ese grupo, no habría escapado así, él se habría quedado hasta el fin, peleando hombro a hombro con sus amigos. O por lo menos, pensando en su familia, pero no, él decidió pensar primero en él y su nueva familia.

Quería respetar eso, quería entenderle, pero luego la imagen de Frank muerto aparecía junto con la rabia de no haber podido ayudarle y pensar en que si Fred estaba, podrían haberlo ayudado ambos. Entonces no llegaba a comprender a Fred y eso le provocaba una enorme furia.

Apretó las manos a sus costados, lo que no pasó desapercibido por Nico.

-Puedo ser el hijo del dios de la muerte, pero eso no me quita lo humano -comenzó a decir-. Y tú necesitas desahogarte.

- ¿Qué? -miró al chico.

-Puedes decirlo si quieres -se encoge de hombros-. De seguro quieres decírselo a alguien, no tienes por qué tragarte todos tus sentimientos.

Aflojó los puños y bajó la cabeza.

- ¿Se nota tanto?

- ¿Qué estás molesto con alguien? Por supuesto.

Suspiro y se frotó la cara-. Maldita sea, creí que era mi amigo... creí que iba a poder confiar en él siempre.

Nico le escuchó en silencio y atento.

-Pero no, se fue cuando más lo necesitaba... se fue con su nueva familia.

- ¿Nueva familia?

-Su novia embarazada -gruñe, antes adoraba a Regina, ahora sentía cierto rencor.

El otro muchacho alzó las cejas y pensó un poco antes de decir.

-Tal vez estaba asustado... asustado de no poder proteger a sus dos familias. Además, es su primer bebé y puede que lo último que desee es que le suceda algo malo.

Chasquea la lengua y asiente resignado, puede que sea así.

-Bien, tal vez, pero eso no evita que me sienta...

-Traicionado -completa sus palabras tranquilamente.

James frunce el ceño-. Me recuerdas a Albus.

- ¿Por qué?

-Pareces leer la mente... y, bueno... también por otras cosas.

Nico pone cara de estar ya harto.

-Lo dices porque él es gay, ¿No?

James se sonroja, vaya, ese tipo sí leía la mente.

-Bueno...

- ¡Que no soy gay! Eres como Meredith al insistir con eso -su rostro se torna rojo al recordar la veces que ella le había insinuado aquello.

-Pero te gustan los chicos.

- ¡Eso es ser gay! -su voz suena un tanto chillona.

-Entonces eres gay...

- ¡Agg!, no. Al diablo, uno no puede ser buena persona nunca.

Nico se aleja farfullando cosas por lo bajo. James sonríe, le agrada ese chico.

No sabía si le agradaba porque era un blanco fácil para molestar... o porque era gay.

Jojojo, hola otra vez xD
Ese James es un loquisho ahre
Capítulo 33 :'D eso significa... 5 capítulos más y termina*shora* esto no significa que ya termina hoy xD

Hasta el rato, mijas. Mientras denme amors ahq xD terminaré el otro capítulo :3

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now