Capítulo 34.

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Capítulo 34. Asqueroso titán y asqueroso plan.

Tenía la piel de gallina y el estómago dándole vueltas. Porque no podía creer que Theodore haya roto la puerta para meterla a la casa.

A su casa.

Ahora estaba sentada en la sala, con un estúpido vaso de agua en sus manos, mirando por la ventana cómo Cronos hablaba con Ayelen sobre la forma en la que destronaría a Zeus y demás tonterías.

Ladeó la cabeza observando con atención el objeto brillante en la cintura de Cronos, la daga, si tenía esa daga podría deshacerse de él de una buena vez... puede que sólo necesitara salir corriendo y derribarlo.

Pero su mente tuvo el valor de recordarle lo que dijo Isabel. Debía esperar, sólo un poco más, luego actuaría y se vengaría de todo lo que ese titán le hizo.

Respiró hondo y movió la cabeza hacia la derecha, Theodore Nott estaba ahí, devolviéndole la mirada con cierta locura brillando en sus ojos, ella estaba consciente que su queridísimo primo deseaba estrangularla en ese preciso instante, pero no lo lograría, porque antes ella acabaría con él.

Aunque, es divertido verlo abstenerse a atacar, por lo cual le sonrió.

- ¿Así que de niñera otra vez? Ja, qué nivel -Su voz desbordaba sarcasmo.

-Te llamas a ti misma niña.

Meredith bufó dejando el vaso con agua en la mesa -. Vamos a admitirlo, ¡Soy una niña comparada contigo! Me superas en todo, altura, fuerza...

Theo sonrió ante eso y ella alzó un dedo, el agua que estaba en el vaso, fue directo a la cara del chico. Meredith estalló en carcajadas.

-Incluso eres más crédulo y estúpido -el chico Nott se levantó para golpearla, ella siguió sonriendo -. Tan fácil de manipular. Tu rabia te cega siempre, mi queridísimo primito.

Él paró a medio camino y volvió a su lugar -. Ahora ya cállate.

-Tú no me mandas, estúpido mortal -Canturreo, había aprendido que a él y a Ayelen les picaba esa palabra.

-Si no te callas, te callo yo -sacó su varita.

- ¿Qué tal si yo los callo a ambos? -Eros apareció en el lugar alzando las cejas, se dirigió a Theo -. No hace falta que estés en la misma habitación... vete. Tu hermana adorada te llama.

No sin antes dirigirle una mirada de odio a Mar (y que ella le guiñara un ojo) Theodore se retiró.

Eros fue hacia su amiga y se sentó junta a ella tomándola de las manos.

-Cuanto lamento que estés aquí.

-Yo igual -murmura.

Estaría menos mal si el lugar de la disputa no fuese aquel, pero seguro era lo que Cronos quería, que ella y sus ganas de batalla estén por los suelos, más débil e indefensa, no había mejor manera de hacerlo que llevándola a un lugar donde le recordaría constantemente que todo lo bueno que había pasado ahí, ya lo había perdido. Su madre, por simple ejemplo.

-Vamos, ánimo ojazos -Sonrió alzando ambas cejas hacia su amigo dios-. Pasarán cosas malas sólo si tú piensas que pasarán.

-¿Quieres que piense en unicornios y arcoiris?

-Si es posible, por favor. Porque Zeus tal vez traiga toda una tormenta junto con él.

Hizo una mueca al oír el nombre de Zeus.

De todo el plan de Cronos, lo único que no le desagradaba era acabar con Zeus. Quien sabe cómo, pero a través de todos los años pasados, Meredith cultivó un inmenso odio hacia ese dios, tal como él la odia a ella.

Iba a decir algún típico comentario suyo cuando varias personas poco queridas irrumpieron la habitación.

Cronos tenía la vista fija en ella, se le notaba confiado y casi parecía que acabara de haber hecho la mejor decisión de todos los tiempos. Al contrario de Ayelen, quien tenía su usual mueca de odio y no podía estar más enfadada.

-Meredith querida -dijo tomándola de los codos para obligarla a levantarse, ella se apartó de Cronos con una mezcla de pánico y asco-. Tengo buenas noticias.

-Contigo nunca hay buenas noticias -susurra cruzándose de brazos y dándole una mirada rápida a la daga.

Tragó saliva. Aún no, aún no, espera al momento ideal.

-Pues ahora si las tengo -insiste con tocarla, o al menos estar más cerca de lo convencional -. Seguro te agradará.

No lo creo, dijo ella en su mente. La última vez que él dijo eso, mató a sus amigos.

-Tendremos toda ésta estúpida guerra -Comenzó mirándole con sus ojos dorados brillando-. La ganaremos...

¿Era ella o estaba hablando en conjunto... Ellos dos? Eso no sonaba bien, pensaba que iba a matarla.

-Y luego yo volveré a mi trono... Y tú serás mi reina.

Abrió los ojos con horror. Por poco no le vomita en la cara.

¡Ella! ¡Meredith Greengrass! ¿Esposa de Cronos?

- ¡No! -grita apartándose a largos pasos -. ¡No, no, no y no! ¡Jamás! ¡Ni loca!

La sonrisa de Cronos desapareció y fruncio el ceño. Eros estaba pálido.

-No tienes opción.

-Antes muerta -declara con las mejillas rojas-. Antes muerta, no, no seré tu esposa.

-Pues si esa es tu decisión... Te mataré -caminó lentamente hacia ella y Mar sintió que el tiempo se volvía cada vez más lento-. Luego te reviviré -se inclinó hacia el oído de ella-. Y te haré inmortal sólo para que pueda torturarte durante toda la eternidad, por simple gusto... ¿Sabes lo hermosa que te ves al sufrir?

Le miró con la boca apretada y respiró hondo.

Soporta un poco más, hasta que sea el momento.

-Está bien -dijo entrecortada -. Seré tu esposa.

Él volvió a sonreír -. Buena chica.

Escucharon algunas voces y truenos afuera. Cronos miró por la ventana y luego tomó la mano de Meredith, ella tembló por ello.

-Vamos a darle la noticia a tu querido padre y a los demás. Que al menos se enteren de eso antes.

Hola de nuevo ahre

Bueh, ya, no puedo ponerlo todo en una noche xD

Hasta acá llegué, mijas.

Duerman bien.

Chao. Hasta la próxima actualización.

#4CapítulosParaElFinal #JartRompiendose #Shoro xD

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now