Capítulo 19.

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Capítulo 19. Vete ya, Iris.

Luego del incidente, Meredith quedó un  poco shockeada, no hablaba mucho y tendía a quedarse mirando el vacío. Hubo un momento en el que sostuvo su vaso con tanta fuerza que se rompió y cortó su palma.

El plan se le iba de las manos, ¿De verdad Cronos la haría inmortal? Sonaba ridículo, ¿Él podía hacer eso? ¿Era tan simple? Y lo peor, ¿Tanta confianza le tenía, o tenía en sí mismo, para darle semejante ventaja? Tal vez él pensaba que en realidad ella se levantaría contra el Olimpo.

Merlín, no se veía capaz de exterminar a su padre, o a Afrodita, e incluso al señor D, por más que la llame Mafalda, María, Marlene y mil nombre más, menos el suyo.

Zeus.

Él era otra historia. Le tenía cierto rencor, rencor a causa de su maldito antojo.

Zeus intentó cortejar a Astoria. Era el colmo y lo hizo, el idiota lo hizo ¿Y si Hera se enteraba y entraba en modo Celosa a mil? Luego estaba el hecho de que Zeus le había dicho que todo hubiese sido mejor si mataban a Andrómeda en cuanto se enteraron de su maldición.

Era simplemente detestable. A él si lo golpearía, lo mataría de ser posible.

Y si lo era.

Estiró los músculos mientras caminaba por uno de los largos corredores del barco, al fin le daban permiso de ir de aquí para allá a gusto y sin compañía, porque… bueno, ella no puede salir del barco, no sin Cronos.

Escuchó voces en una de las habitaciones por las que pasaba, se acercó un poco a la puerta y esperó en silencio a seguir escuchando más.

—Seguir teniéndola de rehén y no ganar nada con eso es estúpido. Hay que sacarle la información ahora, para acelerar todo y que la estúpida no cambie de ubicación otra vez.

Era Ayelen, hablaba enfadada, ya no estaba asustada como cuando Mar la atacó. Hablaban de Isabel e Iris, eso era seguro.

—El señor decide cuando… —El tono somnoliento de Morfeo llegó a sus oídos—. Él sabe lo que hace.

—Pudiendo solucionar todo ahora.

—¿Y qué si ya encontramos a Isabel, Nott? Ella no nos daría la daga así como así. No sirve de nada.

—Pues la amenazamos, la matamos, diablos, es tan fácil —Gruñe como niñita mimada.

—No sabes nada del proceso —Ahora Morfeo sonaba molesto y seguro—. Si la matamos… ¿Cómo nos dará la daga? La daga está unida a ella, a su familia, matar a Isabel es matar el poder de la daga. Por eso Meredith debe pedirla, el poder de la daga se uniría al de ella y así sería capaz de matar a los dioses.

—Es tonto.

—Es la realidad y no podemos cambiarla. Deja de lloriquear, ambos sabemos que tú no puedes tenerla, Ayelen.

—También tengo sangre divina… yo también soy una Greengrass —Habló entredientes.

—La cosa es diferente, no eres semidiosa, estás manchada con simple sangre mortal, insignificante, sólo sirves para intimidar a los más débiles que tú. Nada, Ayelen, sigues aquí sólo a voluntad, no porque se te necesite.

Se escuchó algo romperse y pisadas que se acercaban a la puerta. Mar se apresuró a entrar en otro cuarto, entreabrió la puerta y pudo ver a la chica Nott salir con la cara roja y con pocas lagrimas, irse furiosa.

Espero unos minutos a que Morfeo también se retire y corrió a su habitación, en cuanto llegó cerró la puerta tras de sí y le echo llave.

—Tienes que irte —Declaró señalando a Iris. Ella alzo ambas cejas confundida—. Debes irte ahora, no puedes darle la ubicación de Isabel.

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now