Ha pasado más de un año desde el asesinato de su esposa, Lily, y James Potter desea cada día que sea simplemente una pesadilla de la que despierte. Desgraciadamente, no lo es, y tras su muerte, James se encuentra como padre soltero de su hijo, Harry...
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La noche se resolvió con James abrazado a Renata, que tenía la espalda pegada a su pecho mientras dormían en su cama. El aroma de su cabello había permanecido en el aire y en su almohada durante los últimos dos días, permitiéndole caer en un estado de relajación cada vez que se acostaba. Debido a la tormenta, Harry había entrado en un momento dado y, en lugar de intentar colarse entre los adultos, James observó en la penumbra cómo su hijo levantaba el brazo inerte de Renata y lo colocaba sobre él antes de volver a dormir. Probablemente supuso que había conseguido colarse sin ser detectado, lo que no hizo más que dibujar una sonrisa en el rostro de James mientras se acomodaba de nuevo.
Mientras Harry y Renata seguían durmiendo, la tormenta en el exterior por fin parecía estar amainando con la promesa de un pronóstico más claro para el cumpleaños de Harry, que era exactamente lo que Renata había estado rezando desde la semana anterior. Sin embargo, aunque James no dijera nada, no se sabía cómo aguantaría el tiempo, ya que nublado la mayor parte del tiempo significaba alguna forma de lluvia, pero esperaba que aguantara el mayor tiempo posible. Era un día especial para Harry, que cumplía tres años, y aunque Neville había cumplido tres años el día anterior, también celebraría su cumpleaños con ellos.
Se alegró de saber que las cosas se habían arreglado con Augusta, aunque no le sorprendió mucho que las cosas se resolvieran una vez que Molly se involucró. Recordaba los momentos en los que Fabian y Gideon solían bromear y afirmar que si su hermana no estuviera embarazada o cuidando de sus hijos, podría haber dirigido la Orden ella sola con ella como único miembro y aun así habría conseguido acabar con Voldemort. O tal vez no se trataba de una broma, ya que, con su carácter fogoso, podría tratarse de que Gideon y Fabian dijeran la verdad sobre su hermana pequeña.
Pero lo único que importaba era que Neville estaría allí porque James sabía lo importante que era, no sólo para Renata sino también para Harry. En el transcurso de los meses en que Renata entró en sus vidas, había conseguido establecer dos amistades muy fuertes para Harry que siempre se habían presentado, pero que James ni siquiera pensó en aprovechar en ese momento en que estaba de luto. Sin embargo, Neville y Ron hacían feliz a Harry, recordando a James sus días de Hogwarts con Remus y Sirius. Habría dicho que sólo les faltaba un cuarto miembro para completar su propia versión de los Merodeadores, pero James no quería gafarles esa suerte.
A pesar del tiempo transcurrido y de todo lo que había sucedido desde aquella noche, James seguía sin atreverse a perdonar a Peter. No importaba que Peter dijera que tenía miedo de seguir a Voldemort o de traicionar a la Orden, el daño que había causado a tantos era imperdonable para James en ese momento. Ya era bastante malo que él fuera la razón por la que Lily estaba muerta, y que Harry hubiera sido atacado mientras James por fin se daba cuenta, pero luego Peter había intentado volcar las cosas en Sirius. Había intentado echar toda la culpa a Sirius y había intentado enviarlo a Azkaban.
Así que, con James muerto, Sirius en Azkaban, Remus se habría quedado solo con su condición, posiblemente rechazado por el mundo por su licantropía, ¿qué habría hecho Peter después de eso?
