16. la verdad nunca tarda en salir

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—¡Ya llegaron! —grité emocionada y mandando a las chicas a su posición

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—¡Ya llegaron! —grité emocionada y mandando a las chicas a su posición.

Diana y Anne entraron y gritamos "¡Sorpresa!". Nos reímos al ver la cara de sorpresa de la pelirroja.

—Espero que te hayas preocupado por mí. —dijo Minnie May. Nos reímos. Tillie se acercó a Anne y la agarró de la mano e hizo que se acercara a la mesa repleta de dulces.

El resto de la tarde la pasamos entre carcajadas, anécdotas y dulces. Estoy segura que Anne disfrutó su cumpleaños.

❪...❫

Llegué a la casa de Gilbert, venía todos los días para cuidar de Mary, quién se encontraba bastante mal de salud y aún no se sabía exactamente lo que tenía. Trataba de cuidarla y ayudarla con Delphine todo lo que podía, le daba de mi toma para aliviar sus dolores pero últimamente la veía empeorando.

Entré como Pedro por su casa y dejé la canasta, llena de plantas medicinales que había hecho crecer antes de venir, sobre la mesa. Gilbert se asustó al ruido que causó. Me quité el abrigo, la bufanda y los guantes.

—Okey, traje: eucalipto, manzanilla, sábila, corteza de sauce, flor de sauco, Olmo y... ¡Por Dios, cómo se me pudo olvidar el Kaempferia rotunda!

—Aphrodite, no creo que sea necesario más de estas plantas. Ya no creo que encuentre más frascos dónde echarlas. —me dice Gilbert señalando toda su encimera repleta de frascos con plantas medicinales en ellas.

—Sí, sí hace falta. —gruñí terminando de colocarme la bufanda y salir de la casa directo al bosque.

Terminé de hacer crecer la Kaempferia rotunda y caí sobre el suelo agotada. Llevaba días usando mis poderes para ayudar a Mary, a decir verdad, el poder que más usaba antes de llegar acá era el de escudo. Era el que más me ayudaba a defenderme cuando teníamos alguna misión.

Abrí los ojos de golpe al escuchar cómo se rompía la rama de un árbol. Me levanté de golpe y busqué con la mirada en dónde había provenido el ruido. Me llevé la sorpresa que era Gilbert. Él me había visto usar mi poder, podía ver entre sus ojos el terror y la sorpresa. Entre sus manos sostenía mis guantes, eso explica porque tenía tanto frío en las manos.

—Gilbert, no es lo que tú crees. —me acerqué a él con pasos cortos.

Me dio una horrible sensación al verlo retroceder. Él temía de mí. Él temía que le hiciera daño.

—T—tú...flores...—este cayó de trasero al tropezarse con la raíz de un árbol.

—Déjame explicártelo...por favor. Te juro que no te haré daño. Soy incapaz de hacerte daño. Por favor. —rogué.

Me miró por unos segundos para después asentir no tan convencido. Este se levantó y caminó hacia mí con pasos inseguros. Me senté bajo un árbol y noté que Gilbert no se sentó, le di unas palmadas al suelo para que se sentara a mi lado. Lo hizo.

Metí la mano a unos del bolsillo de mi abrigo sintiendo la bolsa de terciopelo azul, estaba dispuesta a tirarselo y hacer que olvidara todo esto, pero algo me hacía dudar, algo me decía que no lo hiciera.

Solté un suspiro para después verlo a los ojos. Y lo hice, le conté absolutamente todo. De mi familia anormal, de mis poderes, de mi extraño nacimiento, del cómo terminé aquí y de que no pertenecía a esta época.

Gilbert simplemente me miraba sorprendido y tratando de analizar todo. Noté que no me creía, era imposible creer todo lo que había dicho. Incluso sonaba como loca. Justo cuando estaba por sacar el Burundanga y echárselo en la cara, él dijo: —Te creo.

— ¿Me crees? —le pregunté sorprendida. Asintió.

—Acepto que sonaste un poco loca. Pero sé que jamás me mentiría y verte hacer crecer una flor de la nada me hacen creerte —este hizo una mueca—. Aphrodite digo Eight, eres una persona que no tiene culpa de tener esos poderes o haber crecido en una academia que solamente te quiere por lo que eres capaz de hacer. Tú tan solo buscas ayudar a las personas que quieres, de recibir reglazos para defender a tus amigas o dar toda tu energía para sanar a tu amiga. Eres dulce, amable y valiente. Eres lo contrario a un monstruo.

— ¿Prometes que no le dirás a nadie? —este asintió. Le extendí mi dedo meñique y este selló la promesa al juntar nuestros pulgares.

—Será nuestra promesa. —nos miramos a los ojos por un tiempo hasta que separamos nuestros meñique. Me levanté del suelo sacudiendo la tierra que se había adherido a mi abrigo.

—Debemos de irnos. Mary y Bash nos esperan. —le dije.

Este rápidamente se levantó para después ayudarme a quitar el Kaempferia rotunda.

— ¿Te vas a quedar en esta época? —me preguntó Gilbert mientras caminábamos devuelta a su casa. Negué.

—Ya te lo dije. No puedo. Está no es mi verdadera época por lo que mi ausencia puede romper el tiempo y, probablemente, causar grandes daños en un futuro si me hago notar mucho.

— ¿Y cómo piensas regresar a 1986? —me volvió a preguntar.

—Aún no lo sé. Tan solo espero que Five regrese por mí o que mi padre lo haga...o tendré que hacerlo yo de alguna forma u otra.

Este asintió como si estuviera decepcionado y que, definitivamente, no esperaba esa respuesta. Quedamos en un profundo silencio en la que nada más escuchábamos era el cantar de los pájaros y nuestra pisadas.

— ¿Es cierto lo de tu...mellizo? —soltó de repente. Lo miré por unos segundos con una muñeca entre mis labios, asentí lentamente —. Lo lamento. No debí de preguntarte.

—Tranquilo. Ben era una maravillosa persona con un poder monstruoso, él era el único que me hacía mantenerme en pie y seguir luchando contra una sociedad que no lo merecía.

—Parece que te estuvieras describiendo a ti misma y no a tu hermano —este rio causando que yo también lo hiciera—. ¿Y qué poderes tenían tus hermanos?

—Luther tiene el poder la supe fuerza, Diego puede lanzar cuchillos de una manera sobrehumana, Allison pueden contar cosas como rumores para que a la final se vuelvan reales, Klaus puede hablar con los muertos y hacerlos volver a la tierra por un tiempo, Ben puede convocar criaturas poderosas, Five puede teletransportarse y Vanya...ella es normal.

— ¿Normal? —asentí —. Lo dudo, si el señor Reginald decidió adoptarla es porque debe de ser especial pero que debe de estar oculto.

Lo que dijo Gilbert hizo que me quedara pensando. Vanya debe de ser un caos oculto en un cofre.

 Vanya debe de ser un caos oculto en un cofre

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𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔,    anne with an e¹Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin