La pequeña Hargreeves siempre había creído que viajar al pasado no sería tan complicado como lo mostraban las películas, simplemente era cuestión de ser prudente.
Eight se sorprendió al ver cuan equivocada estaba respecto a eso. Era difícil mantene...
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— ¿En dónde está Five?
— Se fue. —le respondí mientras me tomaba mi malteada de brownie.
— Por el amor de... ¿Adónde fue? —volvió a preguntar Luther.
— No nos dijo. —le respondió ahora Diego.
— No nos quedaremos esperando. El concierto empieza en treinta minutos.
— ¿Cuál es el plan? —le pregunté dándole un manotazo a Klaus por intentar robarse una de mis palomitas, que amablemente me compró Allison, él me hizo un puchero y bufé dejando que agarrara.
— Pues, yo creo que...—no tiene un plan—. Debemos ir al teatro Icarus.
— Ese es un lugar no un plan —se quedó en silencio —. ¿Qué? ¿Eso es todo?
— Si quieres ser el número uno, perfecto, pero tendrás que unirnos, porque en este momento estamos disueltos. —gruñó Diego.
— Es cierto —casi riego mi bebida al ver que, por primera vez, Luther aceptó algo proveniente de Diego —. Hace falta un plan.
— Y creo que lo necesitamos ahora porque están entrando unos tipos con máscaras y armas. —comenté llevándome una palomita a la boca al tiempo de que comenzaron a disparar y me escondía detrás de un mesón.
— ¿Y estos quiénes son? —preguntó Diego.
— Quizás están aquí por el cumpleaños de Kenny. —gritó Klaus.
— Puedo jurar que es por nosotros. —gritó Luther. Diego se levantó y le lanzó a uno un cuchillo y, obviamente, dándole en el blanco pero se prendió el equipo de música junto con las luces.
Salí de mi escondite y cree dos escudos, uno hice que mandara lejos a tres de ellos y el otro me protegía de las balas. Me volví a esconder junto con mis hermanos.
— ¡Bloquean la salida! —gritó número cuatro.
— ¿Cuál es el plan ahora, Luther? —preguntó Diego.