1. Flores

8.2K 462 54
                                    

     Estábamos en el parque como cualquier sábado y entra un llamado de mi jefa.

     —Hola ¿Pasa algo?

     —Lucía, necesito que vengas a trabajar hoy en el turno de la noche. —Contestó y ya empecé a maldecir por dentro…

     —… Por favor, ¿no puede ser alguien más? —Supliqué.

     Odio los turnos de la noche. Trabajar en un bar de día no es malo, pero de noche, es otro tema… Los clientes te tocan como si fueras de su propiedad, me han metido billetes en el borde del short como si fuera bailarina de caño, hasta me han ofrecido ir a “un lugar más tranquilo”…  Así que no, no quiero aceptar más esos turnos.

     —Te estoy llamando porque no puede ser nadie más. Te espero hoy a las seis, no me defraudes.

     —Está bien, nos vemos a las seis. —Dije de mala gana y corté.

     Voy a necesitar llamar a mi abuela, para que cuide a…

     Miré para todos lados y Romeo no estaba por ningún lado. Sentí un sudor frio caer por todo mi cuerpo y me levanté del banco.

     Esto no está bien…

     Me di una vuelta muy rápido a los juegos y no estaba por ningún lado.

     NO, DIOS NO, NO, NO, NO, NO, NO.

     —¡ROMEO! —Grité desesperada y la gente me miró como si estuviera loca.

     Síganme mirando, la pu*ta que los parió…

     Estoy a un segundo de ponerme a llorar, pero me contengo y gritó de nuevo.

     Mi bebé… Un segundo dejé de mirarlo, para poder atender la llamada.

     ¿Y si alguien se lo llevó? ¿Y si se lo robaron? ¿Y si le están haciendo algo malo?...

     —¡Romeo! —Grité y sentí ya las lágrimas caer.

     Seguí buscándolo con mis ojos por todos lados hasta que escuché a un hombre gritar.

     —¡EYY!

     Miré y lo primero que vi fue su brazo alto de un hombre haciendo señas, lo segundo fue que tenía una bebé agarrada por un canguro a su pecho y lo tercero fue a mi Romeo subido a su cuello.

     Una corriente de alivio recorrió todo mi cuerpo y pude volver a respirar, al ver que estaba bien.

     Estaba viniendo hasta donde estaba yo y se lo bajó de encima. Romeo vino corriendo conmigo y yo quedé arrodillada en el piso abrazándolo con fuerza.

     —Perdón, mami. —Me dijo y lo corrí para atrás así podía ver su cara.

     —¡¿Por qué te fuiste?! —Lo reté, levantando la voz, con lágrimas todavía en los ojos.

     —Perdón. —Dijo y vi que se me estaba poniendo a llorar así que lo abracé de vuelta.

     —No me llores, perdón, no vuelvo a gritar, nunca más. Sólo no te alejes de mami. —Le pedí.

     El hombre que lo trajo seguía con nosotros y me agarró vergüenza de ser maleducada por no agradecerle.

     —Gracias por traerlo conmigo. Perdón por el inconveniente.

     —No te preocupes, le puede pasar a cualquiera. —Dijo con una sonrisa pasándome un pañuelo.

     Se lo acepté, corrí a Romeo para limpiarle las lágrimas y después me limpié las mías.

Romeo & yo [+18] ✔Where stories live. Discover now