20. Capítulo Final

3.6K 206 23
                                    

       Ya era 2 de Enero y Miri cumplía dos añitos. Yo me había encargado de hacer la torta y de comprar dos velitas rosas, para que este todo listo.

       Espero que a todos les guste la torta, salí de mi zona de confort y le dibuje flores con glaseado rosa, para que esté más simpática, pero no quedaron tan lindas como en mi mente…

       Ahora mismo, estábamos los cuatro en casa y Esteban terminaba de hacer la cena.

       En casa, si, nos mudamos y se convirtió en nuestra casa. Tuvimos que remodelar un poco, pero con lo de la venta de los departamentos, arreglamos todo y despejamos el garaje para que se pueda guardar el auto.

       Hay cuatro habitaciones en la casa, pero Esteban prefirió que los chicos duerman en la misma y nosotros también en la misma, así que convertimos una habitación en un estudio y la otra la dejamos como habitación de huéspedes uno o dos años más, hasta que Romeo crezca un poco y haya que separarlos, para que estén cómodos.

       Después de ir a ayudar a Esteban con la comida, volví a la mesa, porque ni se puede ayudarlo, que al minuto ya está tocándome el cu*lo, frotándose detrás de mí o diciéndome cosas sucias al oído.

       Trajo la comida a la mesa unos minutos después y cuando terminamos todo trajimos la torta. Fue una lucha que Romeo no sople las velas, en vez de Miri, pero lo logramos, después de dos intentos, y comimos la torta.

       Sacamos unas fotos y fuimos a poner a dormir a los chicos.

       Los besamos y los acostamos.

       —¿Puedo dormir con ustedes? —Preguntó Romeo, cuando lo dejé en la cama.

       —Pero vos tenés que proteger a Miri. Nosotros tenemos que proteger a nuestras chicas a la noche. Yo protejo a mamá y vos a Miri. —Le dijo Esteban.

       —Está bien. —Respondió no muy convencido, pero ya duerme con nosotros una o dos veces a la semana y tenemos que cortar eso.

       No es porque, con Esteban, tengamos intimidad todos los días, pero ya es grande como para dormir en nuestra cama. Tal vez podríamos hacerlo si es porque él tiene pesadillas o algo, pero ese no es el caso.

       —Te amamos, pero tenés que ser chico grande por nosotros. —Le dije.

       Le di otro beso y nos fuimos a la habitación.

       Me senté en la cama a quitarme las zapatillas, mientras Esteban se puso a revisar sus cosas. Un minuto después, se sentó a mi lado y me pasó un sobre blanco.

       —¿Qué es? —Pregunté y lo abrí.

       —Tu papá vino a casa, hoy cuando estabas trabajando. Dijo que no tenía tu celular y que si podía darte esto. Que se va a divorciar de tu madre y que quiere volver a tener una relación con vos.

       —Un poco tarde…

       —Mejor tarde que nunca… Perdón por no dártelo antes, pero quería esperar a que estemos solos.

       —No te preocupes eso. —Respondí, restándole importancia.

       En el sobre había veinte mil pesos y una carta.

“Mi amada hija.

Te extraño. Me acuerdo todos los días de cuando eras bebé y yo te sostenía en brazos. Es un pensamiento recurrente, que no puedo remover de mi cabeza. Me arrepiento de no haber sido el padre que merecías que fuera. Yo amaba a tu madre, ella era la luz de mis días y no quería ponerla triste estando en su contra. No debí dejar que ese día te echara, debí haber hecho cualquier cosa para impedirlo. Hasta podía haberla echado a ella y no lo hice, la amaba demasiado.

Romeo & yo [+18] ✔Where stories live. Discover now