11. Cristal

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       El lunes, Lucas, no apareció por el bar, justo como él dijo… Capaz si supiera cocinar podría invitarlo a cenar… Pero no sé y tampoco puedo invitarlo a merendar porque solo tengo chocolatada para ofrecerle… Que difícil.

       Al volver a casa estaban Romeo y mi abu solos, Esteban ya se había llevado a Miri. Le dije a mi abu si me traía dos sobres de té de su casa, porque yo no quería comprar un paquete que no voy a terminarme nunca y me dijo que mañana traía.

       Al día siguiente trajo unos sobres de té, todos distintos, de canela, vainilla, frutilla, menta y un sobre de café. Le agradecí y la semana pasó completamente pesada. Era mucho trabajo tener a Miri y Romeo a la mañana, y no quería dejar a Miri ni un segundo sola, porque tenía miedo de que le pase algo.

       Ya el sábado, no podía dejar de pensar en Lucas y le mandé un mensaje.

       “Hola, soy Lucía, del café ¿Quería saber si hoy tenías tiempo para tomar algo?”

       Su respuesta me llegó solo unos minutos después y no tardé en verla.

       “A buenooo, por fin te dignaste. Decime hora y lugar. Yo estoy todo el día libre"

       Una sonrisa se creo en mi rostro y le contesté.

       “A las tres, para merendar. Ahora te mando la ubicación”

       Se la mandé abajo y me puso un pulgar arriba. Espero que todo salga bien. Me puse a limpiar todo, bañé a Romeo y después a mí y me quedé viendo de hacer la masa para panqueques, que es lo poco que se cocinar sin fallas.

       Ya quedaban cinco minutos para que sean las tres y yo estaba mirando la tele con Romeo… Estaba muy nerviosa y mi pierna no dejaba de moverse. Esto fue una mala idea…

       ¿Quién invita al tipo que se co*ge una vez a la semana a conocer a su hijo?

       Ay santo cielo, estoy loca… Me arrepentí y le estaba por mandar un mensaje a Esteban que lo venga a buscar a Romeo, para cuidarlo un rato, cuando sonó el timbre... Quería que la tierra me trague y ya no tenía tiempo para nada… Espero que mi hijo se quede en el sillón y no le pregunte a Lucas, si este quiere ser su padre…

       Pregunté quién era y cuando dijo Lucas, ya mis nervios explotaban y las manos me sudaban.

       ¿Qué hice? ¿Qué hice? ¿Qué hice?

       Tardó dos minutos en subir y cuando tocó, le abrí la puerta.

       —Hola. —Lo saludé.

       —Hola, reina. Traje torta. —Dijo dándome una bolsa y la acepté, cerrando la puerta detrás de él.

       Romeo se levantó del sillón y vino a la puerta.

       —¿Vos sos el amigo de mamá?

       ¿Ni un hola puede decir?… Mi corazón tembló un poquito con ese “mamá” porque hace como una semana que no me está diciendo “mami” y creo que tiene que ver con sus amiguitos nuevos…

       Lucas se agachó para estar a su altura y lo saludó.

       —Si, soy Lucas, un gusto conocerte.

       —Yo soy Romeo.

       —Pero que lindo nombre ¿Te gusta la torta, Romeo?

       —Si, mamá hace tortas ricas.

Romeo & yo [+18] ✔Where stories live. Discover now