El lunes, Lucas, no apareció por el bar, justo como él dijo… Capaz si supiera cocinar podría invitarlo a cenar… Pero no sé y tampoco puedo invitarlo a merendar porque solo tengo chocolatada para ofrecerle… Que difícil.
Al volver a casa estaban Romeo y mi abu solos, Esteban ya se había llevado a Miri. Le dije a mi abu si me traía dos sobres de té de su casa, porque yo no quería comprar un paquete que no voy a terminarme nunca y me dijo que mañana traía.
Al día siguiente trajo unos sobres de té, todos distintos, de canela, vainilla, frutilla, menta y un sobre de café. Le agradecí y la semana pasó completamente pesada. Era mucho trabajo tener a Miri y Romeo a la mañana, y no quería dejar a Miri ni un segundo sola, porque tenía miedo de que le pase algo.
Ya el sábado, no podía dejar de pensar en Lucas y le mandé un mensaje.
“Hola, soy Lucía, del café ¿Quería saber si hoy tenías tiempo para tomar algo?”
Su respuesta me llegó solo unos minutos después y no tardé en verla.
“A buenooo, por fin te dignaste. Decime hora y lugar. Yo estoy todo el día libre"
Una sonrisa se creo en mi rostro y le contesté.
“A las tres, para merendar. Ahora te mando la ubicación”
Se la mandé abajo y me puso un pulgar arriba. Espero que todo salga bien. Me puse a limpiar todo, bañé a Romeo y después a mí y me quedé viendo de hacer la masa para panqueques, que es lo poco que se cocinar sin fallas.
Ya quedaban cinco minutos para que sean las tres y yo estaba mirando la tele con Romeo… Estaba muy nerviosa y mi pierna no dejaba de moverse. Esto fue una mala idea…
¿Quién invita al tipo que se co*ge una vez a la semana a conocer a su hijo?
Ay santo cielo, estoy loca… Me arrepentí y le estaba por mandar un mensaje a Esteban que lo venga a buscar a Romeo, para cuidarlo un rato, cuando sonó el timbre... Quería que la tierra me trague y ya no tenía tiempo para nada… Espero que mi hijo se quede en el sillón y no le pregunte a Lucas, si este quiere ser su padre…
Pregunté quién era y cuando dijo Lucas, ya mis nervios explotaban y las manos me sudaban.
¿Qué hice? ¿Qué hice? ¿Qué hice?
Tardó dos minutos en subir y cuando tocó, le abrí la puerta.
—Hola. —Lo saludé.
—Hola, reina. Traje torta. —Dijo dándome una bolsa y la acepté, cerrando la puerta detrás de él.
Romeo se levantó del sillón y vino a la puerta.
—¿Vos sos el amigo de mamá?
¿Ni un hola puede decir?… Mi corazón tembló un poquito con ese “mamá” porque hace como una semana que no me está diciendo “mami” y creo que tiene que ver con sus amiguitos nuevos…
Lucas se agachó para estar a su altura y lo saludó.
—Si, soy Lucas, un gusto conocerte.
—Yo soy Romeo.
—Pero que lindo nombre ¿Te gusta la torta, Romeo?
—Si, mamá hace tortas ricas.
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Romeo & yo [+18] ✔
Teen FictionLucia es una joven camarera de un pequeño bar ¿Qué tiene de especial? No mucho, le gustan las flores, los cigarrillos, pero más que nada el amor de su hermoso hijo. Se dice que un clavo saca otro clavo. ¿Pero y si no hay clavo que sacar, solo herida...