El chico de la doble personalidad (Zero / Weber)

Capitulo 9: Quierete mas a ti misma

- Cassius lleva acosandome desde hace 5 años. Al parecer ayer estaba celoso porque según él, el chico nuevo no para de mirarme. El caso es que cuando fui a salir de la biblioteca, alguien me llevó a un sitio más privado. Ese alguien era Cassius. Ayer me confesó que desde que éramos pequeños yo le gustaba, pero que como yo siempre había sido una antisocial y no le hacía caso a nadie, pues se vio obligado a acosarme durante tanto tiempo para ganar mi atención. Iba a disculparse por todas las cosas que me había hecho cuando....

- ¡Juuzou!¡Tienes que ver esto! - El inspector Nishijima irrumpió en la sala muy nervioso. Luego me miró - Puedes regresar a tu clase

Me levanté y me dirigí hacia mi aula. Por el camino pude ver a algunos estudiantes corriendo por los pasillos, algunos lloraban, pero algo que tenían en común era que estaban igual de asustados. Me acerque a uno de ellos para preguntar qué estaba pasando cuando una mano me sujetó la muñeca. Cuando quise darme cuenta ya estaba siendo arrastrada hasta el bosque.

- ¡Paraaaa! - como pude, me solté del agarre del que me llevaba. Él se giró para mirarme y entonces pude ver su cara - ¿Ojīchan?

- Si no quieres que te mate aquí mismo, más te vale que sigas andando - Volvió a sujetarme del brazo y tiró de mí, llevándome casi a rastras.

Me volví a soltar de su amarre y simplemente corrí. Corrí sin saber a dónde me dirigía, no sabía si iba hacia el campus o si simplemente me estaba perdiendo en el bosque, pero me daba igual. En estos momentos lo único que quería era huir de ese hombre. Mientras corría se me inundaron los ojos, haciendo que de vez en cuando me tropezara con algo debido a que no veía correctamente. Seguí corriendo hasta perder la noción del tiempo. Necesitaba descansar, me dolían las piernas y apenas podía tenerme en pie. Me senté en uno de los troncos y simplemente me dormí.

(Mientras tanto con Weber)

Hacía media hora que se habían llevado a Nabi y estaba empezando a aburrirme cuando unos gritos provenientes del pasillo me dejaron temblando. Unos gritos espeluznantes llegaron hasta mis tímpanos, podía reconocer ese grito a la perfección. Sentí como el miedo se apoderaba de mi cuerpo y como Zero trataba de salir. Salí de la clase, demasiado asustado como para reparar en lo que pasaba. Solo esperaba que Nabi estuviera bien y no le pasara nada. Nada más entrar al baño, Zero hizo presencia.

(Narra Zero)

Saqué mis cuchillos dispuesto a cortarle el cuello a todo aquel que quisiera hacer daño a otros. Cuando salí del baño pude encontrarme a miles de estudiantes corriendo por los pasillos como ratas asustadas. Seguí recorriendo los pasillos hasta que encontré lo que estaba buscando. Nabi estaba en estado de shock en mitad del pasillo. Me acerque a ella pero entonces un hombre la cogió de la muñeca y se la llevó a la fuerza de allí. Los seguí esperando que no me vieran. Aquel hombre se llevó a Nabi hasta el bosque, aproveché los árboles para esconderme mejor de ellos. En un momento dado Nabi se detuvo y se soltó del agarre del hombre. Apenas podía oír lo que hablaban entre ellos así que agudice mucho el oído.

- ¿Ojīchan*? - ¿Como que Ojichan? ¿Acaso ese hombre era el que había abusado de ella cuando era una niña?

- Si no quieres que te mate aquí mismo, más te vale que sigas andando - La ira se apoderó de mi mente. Por suerte Nabi salió corriendo haciendo que me centrara en ella y no en mi deseo de matar.

El viejo iba a ir por detrás de Nabi pero alguien lo llamó diciéndole que iban a estar perdidos si no salían del bosque. Cuando desapareció de mi vista, salí de mi escondite y mire atentamente el lugar por el que Nabi se había escapado

- Espero que hayas dejado algún rastro. - diciendo esto en voz alta me dedique a buscar a Nabi.

Sabía perfectamente que no podía cometer ningún error, la vida de Nabi ahora corría por mi mano, si por algún caso tomará otro camino al de ella, estaría perdida. Seguramente ahora está parada, sentada bajo algún árbol. Pensar en ella me hizo exasperar a lo que me di más prisa por encontrar nuevas pistas. Ya casi era de noche, si al cabo de media hora no podía encontrar a Nabi, se acabó. No se cuanto paso, pero se que no mucho.

- Aquí estas pequeña, por fin te encontré - la cogí en brazos y la lleve a una cabaña que estaba cerca de allí - Si tan solo hubieras caminado un poco más habrías llegado aquí, niña tonta.

Entre a la cabaña que como siempre estaba vacía. Puse a Nabi en el sofá y le puse la manta por encima. Estaba temblando, de momento probaría solo la manta, si por algún caso no entrara en calor, probaría otra manera. Pasaron 1, 2 e incluso 3 horas, pero Nabi seguía sin entrar en calor y deliraba.

- Nabi despierta - dije acariciando su mejilla. Se incorporó lentamente hasta quedar sentada

- ¿Zero? ¿Dónde estamos? ¿Por qué estás aquí? - Un escalofrío volvió a recorrer todo su cuerpo

- Quitate la ropa

- ¿Que? ¿Estás loco?

- Si no te la quitas no podré ayudarte a entrar en calor, no creas que me interesa ver tu cuerpo

- Creo que prefiero morir de frío - Sus palabras me dejaron con la boca abierta.

- Oye niña, no he recorrido todo el bosque tratando de salvarte para que ahora te mueras de frío solo por que no quieres quitarte la maldita ropa - Le apreté los brazos y la empuje hacia abajo hasta que estuvo de espaldas al sofá para luego ponerme encima de ella. - Bien, elige. O te quitas la ropa tu solita como una niña buena o te la quito yo.

- ¿Por qué estás tan empeñado?

- Solo no quiero que te mueras de hipotermia, idiota - Se incorporo un poco y me quite de encima de ella.

Comenzó a desabrocharse la camisa lentamente y yo mire hacia otro lugar. Sinceramente no creo que tenga tan mal cuerpo, ¿acaso no sabe que a los chicos nos gustan las chicas rellenitas? y además, su cuerpo se ve lindo con el traje escolar.

- ¿De que te ries? - Estaba tan absorto en mi mundo que no me di cuenta de que estaba sonriendo. Me gire, pero me arrepentí de ello al instante. Bueno, en realidad no me arrepentia pero no quería hacer que Nabi se sintiera peor de lo que ya estaba - ¡PERO NO MIRES AUN IDIOTA!

Nabi solo tenía la ropa interior puesta y trataba de ocultar su cuerpo con sus pequeños brazos. Pude notar en su brazo unas marcas de un color rosita pálido y otras de un rojo casi marrón. También pude ver este tipo de marcas en su vientre y en sus muslos, solo que estas solo eran blanquecinas. Pasé mi brazo por su cintura, ella reaccionó casi al instante con un temblor. La acerqué a mi para luego envolvernos a ambos con la manta.

- Si no quieres apreciar lo lindo de tu cuerpo, entonces deja que otros lo hagan. - No podía ver su rostro, pero algo me decía que se había sonrojado. Al poco note como su cuerpo se relajaba por completo, no sabía si era por que se había dormido o por que se sentia segura - ¿Te puedo preguntar algo? - Ella solo asintió - ¿Por qué odias tanto tu cuerpo? - Se encogió de hombros - Oye, solo trato de entenderte - La acerque un poco mas a mi

- Desde pequeña he sufrido de ansiedad. Si a eso le añadimos que mi madre y mi padrastro me maltrataban y que mi abuelo abusaba de mí pues cada vez que estaba deprimida comía, lo que hacía que yo engordara fácilmente. Luego de eso, mi abuelo comenzó a reírse de mi cuerpo, decía que estaba como una vaca. También sufría bullying en el cole y también están los estándares de belleza, si no eres como ellos lo rigen, eres fea.

- ¿Cassius alguna vez te hizo dudar de ti?

- ¿Que? no, bueno si. Quiero decir, él nunca se metió con mi físico, actuaba como si le gustara pero...

- ¿Por qué debía de estar actuando?

- Por que mi cuerpo no es para nada lindo - Me acababa de demostrar que hablar con ella era como hablar con una maldita pared. Le agarre la cabeza, a lo que ella respondió con un quejido, y la puse sobre mis piernas - Duermete ya, mujer

Al cabo de 15 minutos ya se había dormido. Durante toda la noche me dediqué a pensar en cómo salir de allí. Una hora antes del amanecer salí a cazar para evitar que Nabi muriera de hambre.

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*Ojichan = Abuelo en terminos Japoneses

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