CAPÍTULO 14

111 7 2
                                    


Hacía bastante tiempo que no estaba tan nerviosa. No sé si era porque por fin había tomado la decisión o porque me aterraba la reacción de ellos cuando se lo contara.

Josh y yo nos dirigimos a la casa de Char. Había citado allí a Allison y a Noah también, con propósito de contarles a ellos mis planes antes que a nadie. Debo decir que no titubeé al tomar la decisión de aceptar lo que llevaba tiempo negando a creer. Papá estaba muerto, y por mucho que quisiera que no fuese así no podía hacer nada para remediarlo. Sin embargo, después de pararme a pensar un momento después de leer su carta, llegué a la conclusión de que no podría revivirlo nunca, pero lo que sí podía hacer era honrarlo y hacer que se sintiese orgulloso de mí.

Y eso era justo lo que iba a hacer.

Era más que consciente de que la mayoría no iba a confiar en el criterio y dirección de una chica que estaba a punto de cumplir 18 años, pero sabía que si mi padre lo había hecho, el resto acabaría haciéndolo también. Y es que aunque pocas personas lo sabían, llevaba toda mi vida preparándome para aquello. Llevaba años ayudando a papá con las estrategias de negocio, marketing, contabilidad, dirección... Había nacido para ello y quería hacerlo, ya no solo por papá, sino por mí misma. Esto significaba mucho más para mí que el hacer a mis padres sentirse orgullosos: significaba tomar las riendas del camino para estar orgullosa de mí misma.

-¿Estás segura de esto? -Habló Josh al notar lo callada que había estado durante todo el trayecto.

Si soy completamente sincera, os confesaré que pasé la mitad del trayecto temblando pensando en las siguientes dos cosas que haría ese día, pero no desperdiciaría el haberme armado de valor por primera vez en mucho tiempo, no después de haber aguantado tantos años.

-Lo estoy. -Le sonreí para tranquilizarlo.

Porque sí, lo estaba.

Llegamos a casa de mi mejor amiga y suspiré antes de entrar, sabiendo que estaban ya allí esperando.

Tomando aire, entré y me dirigí al salón, donde se encontraban sentadas las tres personas con las que quería hablar.

-Hola chicos. Necesito contaros algo importante, y antes de que me interrumpáis o digáis nada, por favor, dejadme acabar. Esto es serio y quiero asegurarme de no dejarme nada -Ellos asintieron en respuesta, comprendiendo que algo ocurría-. Hace unas semanas fui a hablar con mamá. Estuvimos conversando de cosas triviales hasta que salió el tema de papá y de Michael -Josh se tensó-. Llegué a la conclusión de que no puedo seguir viviendo en el rencor. No puedo seguir deseando una justicia que no estuvo, está o estará en mis manos. Es hora de que deje de ahogarme en el mar en el que llevo sumergida tanto tiempo y comience a nadar como tendría que haberlo hecho desde un principio. Por eso, ese mismo día decidí hablar con el abogado, con lo que descubrí dos cosas: una, que papá tenía todo su testamento preparado, lo que me dio a entender que escuchó todas las veces que le repetí que fuera cuidadoso y que estábamos en peligro. Y la otra, que había algo para mí en su despacho. Josh y yo decidimos ir hoy porque hacía tres años exactos desde la última vez que lo pisé. La última vez antes de que todo pasara. No me creo que ya hayan pasado casi tres años... -Reí sin fuerza, para después continuar-. Hemos estado allí, y en su despacho he encontrado una carta que me ha ayudado a aceptar muchas cosas, entre ellas, a recuperar el futuro por el que tanto había luchado y deseado toda mi vida. El futuro que de alguna manera, mi padre me ayudó a construir. Así que después de explicarlo todo, llega la noticia definitiva.

Tomé aire de nuevo y me mordí el labio, indicando lo nerviosa que estaba.

-En dos semanas, cuando cumpla 18 años, pasaré a ser la dueña y directora de las empresas de mi padre.

Whatever It TakesWhere stories live. Discover now