CAPÍTULO 13

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Mierda. Por favor, por favor, decidme que no acababa de decir eso.

–¿Te...te gusto? –Preguntó Jaden entre emocionado, nervioso y cauteloso. Estaba segura de que no se lo creía. Sinceramente yo tampoco lo haría.

Me miró a los ojos y en ese momento supe que ya no podía negarlo, al menos no a él.

–Sí. Me gustas Jaden. –Solté, quitándome un gran peso de encima.

No sabéis lo aliviada que me sentí al dejar esas palabras salir de mi boca. Era como si por fin me hubiera liberado.

–¿De verdad? –Volvió a preguntar incrédulo.

–De verdad. ¿Qué hago, te lo escribo en alemán?

Soltó una risa sarcástica.

–Sólo tú sabes cómo quitarle el suspense a estos momentos.

–La incertidumbre me pone nerviosa.

–Sí, creo que lo he notado.

Me quedé mirando hacia la nada, bastante abrumada sabiendo que le había confesado a Jaden mis sentimientos por él y aun así no había dicho una palabra al respecto.

Como si hubiera leído mi mente, habló:

–Noa, por favor, júrame que no me estás mintiendo y que de verdad te gusto.

–¿Por qué iba a mentirte? Con lo mucho que me cuesta expresarme, ¿piensas que para una vez que lo hago sería falso?

–Tienes razón. –Dijo pensativo–. Y sinceramente me alegro de que seas una persona sincera, ¿sabes?

–¿Por qué?

–Porque supongo que yo también lo soy, y puedo decirte, que tú también me gustas.

Ahora fui yo la que lo miró incrédula.

–¿E...Es...enserio? –Pregunté nerviosa.

¿Qué me pasaba? Yo nunca me ponía nerviosa.

–Siempre hemos sido sinceros el uno con el otro, esta no iba a ser la excepción.

–¿Te gusto?

– Para ser alguien tan inteligente te está costando un poco entenderlo. –Intentó bromear para quitarle hierro al asunto.

Yo solo lo miré mal por tomarme el pelo en una situación así.

–Me gustas, Noa. Desde el día que nos conocimos. Por eso intentaba conocerte, por eso intentaba pasar tiempo contigo y por eso intentaba ayudarte a volver a ser tú. Porque mereces la pena. Y porque mereces ser la Noa de siempre, la Noa que he visto durante estas semanas y la que quiero seguir viendo crecer como persona durante mucho más tiempo.

–Tú también me gustas, Jaden. Aunque me haya costado mucho admitirlo. –Reí–. Gracias por no rendirte conmigo sabiendo que soy una persona bastante complicada. Y gracias por intentar descifrarme y aún así quedarte.

Lo miré cabizbaja y él me tomó del mentón para alzar mi mandíbula, haciendo que lo mirara.

–Por mucho que no lo creas o no lo sepas, la llave del enigma la tienes tú. Nosotros sabemos quién eres. La que falta por descifrar eso y darse cuenta de que la respuesta está más cerca de lo que cree, eres tú.

Se inclinó a darme un abrazo, el cual recibí gustosa. La sensación que me invadía cada vez que me daba un abrazo era de un cariño y calidez inmensas. No quería que aquel momento se acabara.

Nos sentamos en una de las hamacas del jardín contemplando las estrellas que había en aquella noche de agosto, la noche que, de algún modo u otro, cambiaría totalmente nuestra vida y nuestra relación.

Whatever It TakesWhere stories live. Discover now