CAPÍTULO 11

250 20 4
                                    

–¡Arriba estúpidos, no quiero hacer de comer y necesito que alguien me ayude a convencer a Garrett para que lo haga él! –Escuché gritar a Bryce mientras que entraba en el cuarto.

–¿Quieres cerrar la boca? Tengo sueño.

–Son las tres de la tarde, sabes que valoro el sueño tanto como tú, pero mueve el culo y ayúdame a convencer a alguien para que nos prepare comida.

–¿Por qué yo?

–Porque Jaden está en el estudio, Josh depresivo y el resto salieron al gimnasio con Tayler y Ben esta mañana. ¿Te vale?

–¿Ben está en Los Ángeles? No me ha dicho nada. –Exclamé triste.

Ben era mi amigo desde hace años, hijo de uno de los socios de mi padre. No solía verle muy a menudo pero me contó que planeaba venirse a vivir con los chicos a Los Ángeles, por lo que por fin lo veré más.

–Claro que te lo ha dicho, y llegó ayer por la noche. Se fue a dormir directamente y esta mañana te ha llamado y escrito para verte porque no sabía que estabas aquí pero no le has contestado porque estabas dormida. Ahora muévete. –Tiró de mi brazo haciéndome caer al suelo.

–¡Bryce!

–¿Qué?

–Que me has hecho daño idiota, duele. –Me levanté del suelo y le pegué un puñetazo en el hombro.

–Para dolerte tanto bien que me has pegado.

–¿Quieres que te pegue más fuerte? –Negó asustado–. Pues cállate porque si sigues así va a tener que ayudarte Rocky a convencer a Garrett.

Rocky era el perro de Josh y Garrett, por las dudas.

Sabía que estaba siendo bastante borde y que tenía un humor de perros, pero odiaba que me despertasen y más así, de malas maneras.

Aun así, Bryce y yo nos dirigimos a la habitación de el hermano del medio.

Era un milagro no haber despertado a Josh pero digamos que cuando duerme no despertaría ni poniendo un tanque en mitad de su habitación. Tenía un sueño demasiado profundo.

Al llegar a la habitación de Garrett, llamamos a la puerta y al no recibir respuesta, entramos.

–Hola chicos. –Saludó.

–¿Qué tal estás tío? ¿Estás pasando un buen día? –Le preguntó Bryce. Dios mío este hombre no podía ser más evidente.

–¿Qué quieres Bryce?

– Haznos la comida por favor, tenemos hambre y no nos apetece cocinar.

–¿Por qué lo haría? A mí tampoco me apetece. –Dijo burlón.

–¿Porque eres un gran amigo que siempre quiere lo mejor para nosotros? –Planteó Bryce con tono amable, para comprobar si ese chantaje le serviría o no.

–Por favor, os faltan neuronas. Si no queréis cocinar, podemos hacer algo tan simple como pedir comida a domicilio. –Comenté obvia.

–Eres una genia. –Respondieron.

Me llevé una mano a la frente. Que dos idiotas.

–Se llama pensar con la cabeza, deberíais probarlo alguna vez en lugar de pensar con lo que tenéis ahí abajo.

–¿La has despertado, verdad? –Preguntó Garrett a Bryce.

–Sí. Por eso está así de amable. –Contestó sarcástico, a lo que yo lo miré de manera asesina.

Whatever It TakesWhere stories live. Discover now