CAPÍTULO 5

465 33 17
                                    

Jaden me siguió hasta el piso de arriba, donde se encontraba el armario en el que debíamos estar durante esos 7 minutos. No sé por qué cojones eligen un armario cuando en esa casa había más habitaciones que en un hotel, pero no estaba para discutir eso en aquel momento.

Cuando entramos y cerramos la puerta, Jaden se giró a mirarme.

–No vamos a hacer nada que no quieras.

–¿Quién te ha dicho que yo iba a hacer algo contigo? –Le contesté graciosa.

Él se quedó algo sorprendido por mi respuesta.

–¿He dejado a Hallman sin palabras? Estoy segura de que eres el típico chico que no está acostumbrado a que le digan que no y que se las lleva a todas de calle. ¿Me equivoco?

–¿Estaría mal si te dijera que no? –Respondió, haciendo que yo riera–. Aunque la verdad es que hace tiempo que me cansé de eso. Que siempre te lo pongan fácil acaba siendo aburrido. Me gustan los retos y conseguir las cosas con esfuerzo. No es bueno que te pongan constantemente las cosas en bandeja, ¿sabes?

–Te entiendo. ¿Y a mí me consideras un reto?

–¿Quieres que lo haga?

–¿Quieres hacerlo?

Se quedó mirándome fijamente durante un momento y después empezó a reírse. Ahí es cuando me di cuenta de por qué lo hacía.

–¡Eres un malpensado! –Le chillé, contagiándome de su risa.

–Lo siento pero ha sonado fatal. –Suspiró, parando de reír–. Ya me calmo enserio.

Mientras ambos nos calmamos me permití observarlo durante unos segundos.

No podía negar que me atraía físicamente, pero necesitaba conocerlo más para saber si podría atraerme también mentalmente. Una cara bonita sin un corazón bonito no me transmitían nada.

Aparté la mirada rápidamente cuando volvió a girarse para verme. Es ahí cuando recordé que tenía que decirle algo.

–Oye Jaden, creo que te debo una disculpa.

Él me miró con confusión.

–¿Por qué? Que yo sepa no me has hecho nada.

–Esta mañana cuando estábamos desayunando te he contestado fatal. No era mi intención, simplemente hay temas que todavía es complicado tocar. Tengo que aprender a controlar esos impulsos.

–Lo entiendo, tranquila.

–Enserio que lo siento. –No sabía por qué pero sentía la necesidad de hacerle saber que no era la persona tan borde y poco accesible que aparentaba ser cuando estaba con él. A veces esa coraza se me olvidaba y aparecía la chica de verdad, la Noa de la que estaba orgullosa y la Noa que echaba de menos ser con la gente nueva que conozco. A veces volvía a ser yo, y aunque no quisiera reconocerlo, Jaden me daba confianza.

–No te preocupes Noa. –Me dio una sonrisa tranquilizadora y sincera, que me indicó que ya se había olvidado de eso o que al menos, no lo tenía en cuenta–. Todavía nos quedan cuatro minutos aquí, ¿te apetece hablar de algo? Para conocernos mejor.

–No se me da bien contar cosas mías, pero cuéntame algo de ti.

–Vale, pues como ya habrás descubierto no soy de Los Ángeles. –Asentí en respuesta–. Soy de Texas. Crecí allí y me encanta, pero tengo muchas más oportunidades aquí que en casa. Aunque estoy empezando a considerar esto mi hogar.

–Es un buen sitio, la verdad. ¿Qué es lo que más te gusta de cada sitio?

–De aquí, sin duda la vida que tiene la ciudad. Y de Houston, donde nací, adoro su tranquilidad y familiaridad.

Whatever It TakesUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum