EXTRA I

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✨Editado✨

Alister

Salgó de la casa soltando un suspiro de cansancio...

Amo a mamá y a papá pero a veces desearía en serio, con todas mis fuerzas, ser algo más que un sin magia.

Porque no importa que tantas veces me digan que me quiere, que ser lo que soy no hace que me amen.... Las cosas no cambiarán jamás, tal vez debería comenzar a aceptarlo.

A final de cuentas, no tengo toda una eternidad para tardarme tanto.

A final de cuenta, en unos sesenta años con mucha suerte, moriré como cualquier otro humano del pueblo. Ese es mi destino.

Nacer de hechiceros para luego morir como un mortal.

No quiero parecer infantil ni nada, pero me es imposible no pisar con fuerza las hojas que están comenzando a caerse de los árboles, y sin más, me adentro al bosque sin ninguna ruta en específica... Quizá podría ir al río, está a mitad de camino.

Mi mente viaja hacía varios lugares mientras camino. Siempre me he preguntado por qué demonios soy así.

Toda una línea de magia que me encargué de estropear. Bien por mí. Siempre triunfando

Meto las manos en los bolsillos de pantalón y continúo mi camino hacia el río. Ese lugar me da paz, sobre todo cuando los Burkhard o mis padres le dan vida nuevamente.

Aún falta unas semanas para ello.

Siempre me gusta observarlos entre los árboles mientras hacer eso, puedo quedarme horas mirándolos decir cosas en latín y hacer que el agua flote.

Desearía poder hacer algo. Desearía tanto hacerlo.

Y otros que participan no le agrada en lo absoluto. Sé que a Ezra y a Myron no les agrada ni un poco ese ritual, porque son horas completas, y Zola digamos que no sale mucho de su casa.

Me gustaría tanto tomar sus lugares.

Me detengo en seco al oír una suave voz, quizá no esta tan lejos, es una voz bonita. Dejo de caminar tan bruscamente y comienzo a dar pisadas suaves como cuando salgo a cazar con papá. Claro que él podría usar su magia, pero no quiere hacerme sentir peor de lo que ya me siento.

Me escondo detrás del tronco de un árbol y me quedó observando a la persona que está a unos cuantos metros de mí. Una chica.

Es fácil de distinguir debido al vestido azul y al cabello castaño y largo, bastante largo, ella es la que está tarareando una melodía.

Me extraña ver a alguien en el bosque, usualmente las personas del pueblo no suben hasta la colina, siempre van al bosque que rodea a todo el pueblo. Es más rápido.

Podría ser Zola, pero sé que no lo es. Por varias razones.

Zola no canta, no sale, no utiliza algún color que brille y por sobre todo, su cabello le llega al hombro, no a la cintura.

Debe ser alguien del pueblo seguro.

Salgo detrás del árbol y hablo por fin.

—¿Qué demonios haces en mi bosque? —le pregunto a la pueblerina dando unos pasos más cerca.

Para mi sorpresa, de manera lenta y sin miedo, ella se pone de pie y deja a las flores que hay a sus pies, pero aún no voltea, solo habla con voz desinteresada, pero noto algo de molestia en ella.

—Disculpa, pero este también es mi bosque, idiota —responde resaltando la última palabra, creo que jamás me han llamado así.

Quizá bastardo, los hechiceros más antiguos que no aceptan lo que soy, pero jamás idiota.

Vuelve a Mi  (TERMINADA)Where stories live. Discover now