Capitulo 14

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Vivian estaba nerviosa.

Por primera vez en mucho tiempo no sabia que decir o hacer en esta situación, no es como si fuese a consolar a un mero humano por hacer algo que no quería, pero sus circunstancias lo ameritaban.

Ella lo sabía, no era lo mismo cazar y asesinar bestias fantasmales y apóstoles muertos los cuales en su mayoría han perdido la capacidad del raciocinio, a realizar prácticamente una masacre de 12,000 vidas humanas y si era sincera, jamás espero que el pelirrojo fuese tan poderoso.

No sabia mucho de él, solo que era un antiguo siervo de Alaya y que era su favorito según le había proporcionado información Gaia. Viendo su poder ahora quedaba claro el porque era su favorito.

Ahora comprendía completamente el porque Gaia lo había nombrado su campeón y lo consentía de esa manera. A diferencia de el rey Arturo (Arturia), Shirou no tenia ningún compromiso y era un alma libre, pero a pesar de ser un alma libre siempre cumplía con sus objetivos.

Aunque quisiera comprender en su totalidad la mentalidad de Shirou, era un tema demasiado complejo como para entenderlo cuando Shirou no le tenía plena confianza.

Le molestaba, le molestaba bastante el ver como literalmente se encerró en su cueva y prácticamente dejo espadas flotando con la intención de atacar a quienes se acercarán.

¡Se suponía que él le tendría que dar de comer!

Bueno, en realidad esa era una excusa para acercarse al pelirrojo, pero no lo diría en voz alta cuando realmente no sabía que era lo que estaba pensando. Interiormente estaba feliz de que su relación o amistad no se rompiera con su primer intercambio, pero por ahora tendría que lidiar con su molestia.

No podía invadir su hogar, no cuando realmente no sabía cómo reaccionaria el pelirrojo.

De hecho, en el momento que Vivian trato de transportar a Shirou a su territorio, sintió una interferencia y al momento siguiente perdió la conexión con él. Solo había un ser con la autoridad y poder de realizar dicha acción en todo el mundo.

Gaia.

Vivian dedujo que Gaia comprendía de alguna manera lo que estaba pensando el pelirrojo y por eso decidió interferir ella misma.

Por ahora su principal prioridad era saber lo que deparaba el futuro, si era sincera jamás espero que la figura de Mordred se alzara de esa forma para prevenir y alentar a sus caballeros a luchar junto a ella. O por lo menos jamás lo espero debido a su comportamiento arrogante, altivo y brutal, realmente le quedaba bien ser una fuente de luz para sus ciudadanos.

A diferencia de Arturia la cual tenia una imagen que denotaba perfección ante sus ciudadanos, Mordred fue un buen respiro para ellos. Un heredero el cual no teme por su vida sino por la de su pueblo, aquel que está dispuesto a arriesgarse por aquellos a los que considera dignos de proteger y si era sincera, realmente le gustaba como la nombraron.

"Mordred Pendragon, la princesa inalcanzable"

No sonaba nada mal, no cuando los bardos contaban su hazaña la cual prácticamente relataba su manera imprudente, brutal y valiente de lidiar con la situación, dicho evento la dejaba un poco intrigada.

No estaba intrigada por lo que sucedió durante la totalidad de la guerra, sino por la manera en que libero a Clarent.

Todo sonaba bien, la energía mágica utilizada estaba perfectamente cubierta o por lo menos eso parecía en un principio, pero el resplandor carmesí en ella no era lo que denominaría digno. Por lo menos no cuando su personalidad y su prana no congeniaban entre sí.

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