The Presentation [La presentación] ¬BrightWin

12 | SUCIO LOBO

12 | SUCIO LOBO

La vida de Bright estaba pasando frente a sus ojos mientras estiraba su lengua para conseguir las ultimas gotas de yogurt en el fondo del pote, las migas que antes habían sido galletas estaban esparcidas por el suelo. Cuando comprendió que conseguiría más yogurt se resignó a lanzar el contenedor contra la puerta.

—¡No creas que me he olvidado de ti, imbécil! —gritó, un poco más calmado—. ¡¿Cuándo demonios piensas dejarme salir?!

—Depende —respondió First desde el otro lado—, ¿aún quieres matarme? ¿A tu lindo nong?

—¡Tú no eres mi lindo nong!

—Auch. Lo dejaré pasar esta vez, pero estoy considerando que tal vez necesites estar allí otra hora más.

—¡Ai'First!

—¿Ya se te bajaron las hormonas?

Él tenía una respuesta insultante, pero su propia vergüenza le impidió abrir la boca. En el tiempo que llevaba allí encerrado había gritado, insultado y pateado la puerta una centena de veces. Lastimosamente, a pesar de ser alfa, aún era joven y su fuerza era genuinamente decepcionante. Tal vez si hubiese estado en celo habría logrado abrir la puerta y correr a por Win; pero no era así, en parte lo lamentaba y en parte lo agradecía.

Después de rendirse con eso se percató de la comida en el suelo y se lanzó a ella, porque aunque no era Metawin la combinación de sus olores como objetos reales lo calmaba y poder introducirlo a su organismo era aún mejor. Estaba seguro que si la carrera tras First no le hubiese bajado eso dentro de los shorts azules, el efecto de tomar yogurt con galletas lo hubiese hecho. Entonces, ahora que lo único diferente en su olor era el sudor por correr como loco, su cerebro se había aclarado y por fin pudo procesar lo que pasó.

¡Oh, diablos! Debía ser un sueño, tenía que ser un sueño.

—Oye, First... ¿qué fue lo que sucedió? —preguntó con suavidad y escuchó al chico suspirar.

—Si prometes no acabar conmigo violentamente entraré y hablaremos.

—Sí, sí lo que sea...

—Dilo bien.

—Prometo solemnemente no acabar contigo violentamente —no acabó de decirlo cuando First asomó la cabeza, notando que estaba sentado en el suelo abrazando sus rodillas acordó que no había amenaza y cruzó el umbral de la puerta.

—¿Dónde está nong Win?

—En el hospital —respondió como si nada, apartando las migas del suelo para poder sentarse con las piernas cruzadas frente a él—, probablemente el Central de Bangkok.

—¡¿Qué?! —se espantó.

¿No era su culpa, verdad? Bright no recordaba haber atacado a Win, o bueno, no de una manera que lo lastimase como para ir a parar al hospital.