The Presentation [La presentación] ¬BrightWin

27 | LANZARSE

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Aproximadamente una hora más tarde se estaba debatiendo entre lanzarse del balcón, bajar a cenar o llamar a Mix o Khaotung —porque sentía pena propia y ajena al siquiera pensar en llamar a First, del cual lamentablemente se había alejado un poco—, para contarles sobre sus extrañas interacciones con Bright y pedirles un consejo. Al final fue su estómago el que tomó una decisión por él y lo obligó a caminar parsimoniosamente hasta el comedor.

Llegó de último y recibió una reprimenda suave de su padre porque lo estaban esperando para comer todos juntos y fue una gran sorpresa solo ver seis puestos ocupados, incluyéndolo. Bright no estaba en ningún lado.

—¿Dónde está P'Bright? —Win desde hace mucho que no se atrevía a decir "Baii" frente a los adultos, no era muy apropiado y le gustaba que fuese intimo entre ellos dos.

—Oh, ¿no lo sabes? —dijo Ole, sonriendo con resignación—. Esta indispuesto, después de todo ya han pasado más de tres meses.

—Aunque me sorprende que se haya retrasado casi dos semanas —apuntó Wanchai, pensativo—. El doctor dice que no hay nada mal con él e incluso yo he sido irregular con mi celo más de una vez, no debería preocuparme pero no puedo evitarlo.

—N'Bright solía tener su celo primero que tú, Win —dijo Ice, después de tragar un bocado de espaguetis—. Parece que ahora es al revés.

No se volvió a hablar de Bright y la conversación se desvió entre la buena noticia de Mesa al decidirse por una universidad en Bangkok, la llegada de Mintra en diciembre y recuerdos de la boda de una tía a la que asistieron hace un mes. La verdad es que había sido una ceremonia que dio de que hablar, la tía Rathida tenía nada más y nada menos que cincuenta y siete años y usó un vestido corto a medio muslo. Eso último le recordó a cuando estaba "conflictuado" con Bright, porque fue en una de esas cenas donde lo ignoró que sus padres anunciaron que estaban invitados. Ese incidente le dejó de lección no ignorar las situaciones anormales y enfrentarlas directamente y, como lo que ocurrió en la habitación de Win era todo menos normal, ahora poseía la responsabilidad de enfrentarlo. Pensando de esa forma tomó una decisión, ahora necesitaba una excusa.

—P'Eed —llamó casi al final, cuando Mick y Mesa ya se habían retirado—. ¿Sabes si ya alguien le llevó la cena a P'Bright?

—Yo iba a hacerlo al terminar aquí, ¿por qué quieres saber? —era imposible, pero por la mirada que le daba a Win sentía como si le leyera la mente.

—Me preguntaba si podría ir a dejársela yo, de todas formas ya me voy a mi cuarto y no quiero P'Eed tenga que subir y bajar las escaleras, quiero serles un poco más útil —fue lo que dijo, enderezándose y aparentando firmeza.