The Presentation [La presentación] ¬BrightWin

38 | PRIMER CONTACTO

38 | PRIMER CONTACTO

Metawin despertó mejor de lo que imaginó. Le dolía la cabeza, pero más que todo la parte de la frente y cuando se tocó con la mano notó un parche cubriéndolo. Claro, una herida.

¿Cómo se la había hecho?

Intentó incorporarse pero un brazo alrededor de su torso se lo impidió, con su boca en forma de o notó que se trataba nada más y nada menos que Bright.

Soltó un chillido de emoción y se tapó la boca con las manos casi que inmediatamente al ver como el mayor se movía un poco. No obstante nada detuvo la ráfaga de feromonas de alegría que liberó por toda la habitación.

Win suspiró profundamente, se obligó a tranquilizarse y se volvió a acostar, asegurando que la posición fuese cómoda para el alfa también. Se mordió el labio observando el brazo que suavemente reposaba en su cintura, sintiendo como un vuelco de mariposas bailaba en su estómago. Su omega internó estaba panza arriba, atontado.

¿Podría haber un mejor despertar?

Win sonrió enormemente, observando el techo de la habitación como tonto mientras recapitulaba los sucesos del día anterior, recordando todo de forma cronológica y con las mejillas cada vez más sonrosadas.

¿Estaba mal si no se arrepentía de abandonar a sus amigos borrachos y potencialmente peligrosos para la humanidad en una habitación sin supervisión donde habrían hecho quien sabe que cosa?

Porque no lo hacía, para nada.

En este momento cambiaría a cualquiera de esos tontos por cinco minutos a solas con Bright, ¿Qué era la amistad? ¿se comía? Bright sí, por lo tanto era mejor.

Ocultó su rostro caliente, avergonzado consigo mismo. Últimamente sus pensamientos pervertidos lo gobernaban,

¡Zanahorias! ¡Si hasta se le había insinuado a Bright varias veces anoche!

Había puesto su lado más descarado a hablar, expresando sus secretos deseos de omega necesitado. Sí, había sido descarado, estaba completamente avergonzado y quería cavar un hueco y desaparecer... pero como que no se arrepentía mucho.

Al menos esperaba que Bright lo recordase, ahora que eran novios y no eran unos niños no estaba mal hacer ese tipo de cosas. Eran una pareja y se querían...

¡Eran una pareja!

¿Perdía haber algo más maravilloso en este mundo? ¡Absolutamente no!

Sentía que su corazón se iba a salir del pecho y fue más consciente del aroma espeso a café recién hecho. Con cuidado de no despertar a su acompañante se dio la vuelta, quedando frente a frente con su novio.