Te Esperé © |#1| [TRILOGÍA INFIDELIDADES]

EPÍLOGO.

MARATÓN 4/4.

Me miro al espejo sonriente.

—¿Lista cariño?— pregunta papá mientras entre a la habitación.

—Si, ya podemos irnos— me brinda su brazo el cual acepto.

—No quiero creer que mi bebé ya está creciendo— menciona y solo inclino mi cabeza a un lado mirándolo con diversión y ternura.

—Papá hace mucho tiempo deje de ser una niña— menciono.

—Pero para mí siempre serás mi bebé— besa mi frente y salimos de casa hasta llegar al auto, subo detrás y el conmigo.

El chófer emprende en camino a la iglesia, y estoy más nerviosa que nunca, papá lo nota y acaricia mis nudillos.

—Tranquila cariño, eres la novia más hermosa que he visto, todo saldrá bien.

—¿Qué hay de mamá?— menciono divertida, intentando liberarme un poco de los nervios.

—No se lo digas, pero eres tú la más bonita, pero no le digas— asentí y el me abraza.

Cuando el auto se detiene frente a la iglesia desde dentro puedo ver cómo algunas personas se encuentran fuera, y al ver el auto van entrando a la iglesia.

A excepción de Julia, y su pareja, Kyle.

Papá es el primero en salir, rodea el auto y abre la puerta de mi lado, dándome su mano para que salga, la acepto.

Caminamos un poco y luego me da su brazo, el cual cruzo con el mío.

Julia se acerca y me medio abraza, pues papá no la deja al tenerme sujetada.

—Estas hermosa Jane— murmura y le sonrío.

—Muchas gracias, Julia.. ¿Dónde está Lian?— pregunto al no ver qué no tiene a mi bebé con ella, ni su acompañante.

—Esta con Nathan y Helena.

Asiento y luego de un rato ellos entran a la iglesia.

La música de nuestra entrada comienza a sonar, y papá y yo nos vamos adentrando a la iglesia, mientras vamos por el pasillo, miro a Liam quien está esperando por mi sonriente, hago la misma expresión y suspiro.

Papá me entrega a él y le susurra algo cerca, que no logro escuchar, pero hace que Liam ría, y asienta al instante.

Se gira a mi nuevamente y le reprocho con la mirada, pero solo me da un beso en le frente.

—Liam Davies y Jane Adrianna, ¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nadie los presione?— empieza a hablar el padre, y proseguimos.

—Sí, vengo libremente— contestamos al mismo tiempo, y no dejo de mirarlo.

—¿Están dispuestos  a ser fieles el uno al otro en el Matrimonio, durante toda la vida?

—Sí, estoy dispuesto a serle fiel, durante toda la vida— menciona, y luego yo prosigo con las misma palabras.

—Unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.

Liam toma mis manos, y yo las suya, medio sonrió y dejo descansar mis hombros.

—Yo, Liam Davies, te acepto a ti Jane Adrianna Lee, como mi esposa y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

—Yo, Jane Adrianna, te acepto a ti Liam Davies, como mi esposo y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida— repito lo mismo que él.