Te Esperé © |#1| [TRILOGÍA INFIDELIDADES]

CAPÍTULO 35

JANE POV'S

Las llamadas de amigos y familiares al enterarse de que regrese con Liam, fueron como un tsunami, todos querían confirmar lo que salió en revistas y programas de farándula. Lo que no negué.

Julia se enojó, porque según ella una infidelidad no sé perdona, y según yo menos cuando fue lo que el hizo, con mi prima, tiene razón, pero aquí la victima es él, viéndolo de donde se vea.

Le explique lo sucedido y lo entendió, a regañadientes, pero lo hizo, y como hubieran sido las cosas ella habría tenido que respetar mi decisión.

No falta mucho para que Liam llegue, me dijo que me tenia otra sorpresa, y estoy super nerviosa la verdad, puede que nuestra relación haya sido de años, pero los meses separados, y todo lo acontecido me hace sentir de esta manera.

Tan metida es mis pensamientos estaba que cuando tocó la puerta de mi departamento me espante. Con pasos lentos me dirijo a esta y de igual manera la abro, una sonrisa esta plasmada en su rostro, y tiene las manos escondidas, lo miro con curiosidad, y al ver mi expresión muestra lo que tenia escondido, un ramo de rosas, mis favoritas.

—Muchas gracias por el hermoso detalle— le doy un sutil abrazo, luego de poner las rosas en agua, y el me lo devuelve sin pensarlo.

—No es nada linda ¿Estas lista? Ya quiero que estemos en el lugar que tengo para ti, te va a encantar.

—Lo estoy.

Ambos salimos del lugar entre risas, y media hora después según el estamos llegando a nuestro destino. Miro por el cristal del auto, vamos entrando por un camino donde hay muchas palmera decoradas con luces, mientras subimos una pequeña montaña.

En el final de esta se encuentra un restaurante, pero eso no es lo mejor, lo mejor es la vista a las estrellas, todas las estrellas..

Mi boca se entreabre al verlas, me encantan, y él lo sabe.

—Al parecer logre mi cometido— expresa satisfecho con mi reacción.

—Es genial, me encanta— salimos del auto, y no dejo de mirarlas en todo el trayecto a nuestra mesa.

—Me voy a poner celoso de ellas, porque no me miras a mi solo a ellas— bromea fingiendo tristeza, y le sonrío acariciando sus manos.

—Disculpa, es que son geniales, sabes que siempre me han gustado las estrellas, son tan únicas y llamativas.

—Lo sé, por algo te traje a este lugar— asentí, y cuando un mesero se acerco a pedir nuestra orden pedí lo mismo que Liam, el platillo especial de la casa.

Comimos, y minutos después me encontraba siendo llevada por el a una parte apartada del restaurante, donde se veía una mejor vista de las estrellas. En el lugar había una manta de picnic en el suelo, con una botellas de Jack Daniels, jugos, y frutas picadas.

—¿En que momento mandaste a poner esto?— pregunto sorprendida, es muy hermoso. 

—Cuando estabas distraída disfrutando la vista— me sonrojo, y con su ayuda toma asiento en la manta.

Un chico se acerca, y e le dice algo al oído, este asiente y se vuelve a marchar sin decir mas nada, minutos después una música empieza a sonar..

Hago un puchero, y mis ojos se cristalizan , A Thousand Years es lo que me tiene así, recuerdo que siempre que estábamos solos la colocaba, diciendo que siempre será la canción de el, para mi.

—No llores cariño, que luego me siento mal.

—No lloro por nada malo, así que no tienes que ponerte así, ¿Y como quieres que no llore cuando haces estas cosas.

—Te mereces esto y mas— sus brazos me rodean, pegando mi espalda a su pecho mientras deja caer su mentón en mi cabeza, y miramos la hermosa vista que nos brinda el lugar mientras suena la música.

—Extrañaba estos momentos contigo, tenerte entre mis brazos, y respirar tu perfume jane— menciona y hecho la cabeza aun lado para mirarlo.

—Yo también— musito y veo como sus ojos brillan, deja un corto beso en mis labios y acaricia mis mejillas, haciéndome cerrar lo ojos, disfrutando de su toque.

Aunque estemos al aire libre, sus manos se mantienen tibian, calmando todo de mi.

—Le pedía a Dios, el día que regresaras que yo pudiera contarte toda la verdad, que me creyeras y poder recuperarte, porque eres la única mujer que he amado, y amare, te lo juro.

Ahora son sus ojos los que se encuentran llorosos, y me estruja el corazón. Me enderezo y agarro su rostro con delicadeza dejando un beso en sus labios.

—Y se cumplió, no te pongas así, te amo ¿okey?, no lo olvides, y si no quieres que llore, no pongas esa cara porque me harás hacerlo.

Una risa se escapa de sus labios y pega mi frente con la suya, rozando nuestras narices.

—Siempre valdrá la pena esperarte, sin importar que Jane. 

EDITADO