CAPITULO 38

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Mis ojos se abren de golpe, y de la misma forma se vuelven a cerrar por la excesiva claridad que hay en el lugar donde me encuentro, cuando logro acostumbrarme a la claridad, y mi vista ya no esta borrosa, miro mi alrededor, es una habitación de hospital, en mis muñecas y dedo índice yacen algunos aparatos que me resultan incomodos. Mi boca se encuentra seco, y ni mencionar la falta de fuerza.

Cuando estaba apunto de presionar el botón que esta al lado de la camilla, la puerta se abro dándome vista a Liam, quien al verme despierta se acerca de manera rápida.

—Amor.. ¿Cómo estas? ¿Te sientes bien?.

Me llena de preguntas sin dar espacio a nada.

—Cálmate, estoy bien, solo tengo un poco de sed.

—Espera— se gira agachándose al frente de una pequeña nevera, la cual ni siquiera me fije que estaba ahí.

Vuelve a darme la cara ahora con un vaso de agua, me lo tomo con calma, y cuando me siento mejor se lo regreso.

—¿Cómo llegue hasta aquí?.

—¿No recuerdas nada?— me responde con otra pregunta, y hago memoria.

Mirando a la nada me obligo a recordar y lo hago, la discusión con Cristal, el dolor, y luego oscuridad.

—Si ¿Pero como llegue aquí? Estaba con Cristal ¿Dónde está ella?.

—¿Importa ella?.

—Si, ahora respóndeme.

—Ella me llamó, diciendo que estabas tirada, y no recuerdo que más, deje de escucharla desde que me dijo que estabas mal, me dijo donde estaban y fui, estabas.. sangrando.

—¿Sangrando?— indago confundida y asustada— ¿Po.. por qué? ¿Qué me pasa?.

—Tranquila nena, no es nada malo, al contrario..

—¡Habla! ¡Explícame que pasa!.

—Linda.. estas embarazada, estamos esperando un bebé, una parte mía y tuya, de los dos amor.

Sus palabras me golpean con fuerza, y un huracán de sentimientos arrasan con todo dejando que lagrimas salgan de mis ojos al instantes.

—¿Estás bromeando? Con eso no se juega Liam— limpia mis lagrimas mientras niegas, y sonrío.

—No amor, pero debes de estar calmada, para que ambos estén bien.

 —¿Por qué lo dices?.

—Casi tuviste un aborto— me hace saber y me preocupo— Por el estrés, la falta de comida y vitaminas, no te estabas alimentado bien— me recrimina— Y que tu prima fuera a tú casa a hacerte dramas de los que ella sabe lo empeoro, ¿Nunca tuviste síntomas?.

Niego, y se me hace extraño, pero preocupante a la vez.

—¿Esta bien? ¿Lo voy a perder?— indago al borde de las lagrimas, y antes de que el me responda una doctora entra a la habitación.

—Oh, veo que despertaste Adrianna ¿Qué pasa?.

—¿Voy a perder a mi bebe?— me pide que me calme, mientras inyecta algo en la intravenosa.

 —Cálmate ¿si?, gracias a Dios las cosas no pasaron a mayores, solo debes guardar reposo, no alterarte, alimentarte bien, y tomarte los medicamentos que te voy a recetar— asiento limpiando mis lagrimas, y Liam acaricia mi mano.

—En unos minutos vendré para llevarte a otra habitación y hacerte un ecografía, y puedas ver a tu hijo.

Vuelvo a asentir emocionada y la veo marcharse.

—Vamos a ser padres— menciono sin todavía creérmelo.

—Y los mejores— pega su frente a la mía, rozando nuestras narices y sonrío, me causa mucha alegría esto.

Pasan los minutos, y la doctora junto aun enfermero se hacen presente, quien me ayuda a sentarme en una silla de ruedas que trajo consigo para llevarme a la otra habitación.

Con los nervios a flor de piel suspiro emocionada.

—Bien, Liam, vas a ir con ella a ese espacio de ahí, como ella esta débil la vas a ayudar a cambiarse y colocarse la bata que esta colgando ahí, si ella lo decide esa forma ¿Está bien?.

—Entendido.

Con su ayuda me levanto, y mis piernas están débiles, pero me sostengo, en el pequeño cuarto el me entrega una bolsa con ropa interior nueva, un leggins no tan corto, y como dijo la doctora me coloque la bata. 

—Estoy lista— le hago saber, y se gira para ayudarme.

Me acuesto en la camilla, y el, toma asiento en una pequeña silla al lado mío, mientras cruza nuestros dedos. La doctora hace no se que cosas por un momento, para después voltearse y decirme que alce un poco la bata, lo hago y siento como aplica un gel bastante frio sobre mi vientre.

Para luego pasar lo que conozco por un transductor por este haciendo movimientos circulares, todos estamos atentos a es pantalla, y solo veo manchas blancas y negras.

—Veamos.. ¡Aquí esta!— señala un punto en la pantalla, y me muestro confundida.

—No entiendo— le hago saber a instante— Solo veo una pequeña mancha.

—Yo también— secunda Liam.

Ella ríe, y con la flechita del mouse la apunta.

—Es ese, todavía es un embrión, muy pequeño, diría que del tamaño de una semilla de manzana.

—Esto es impresionante.

—Lo es Liam, y con esto confirmamos cuantas semanas, o meses tiene Adrianna, en la próxima ecografía que será dentro de cuatro semanas, podremos intentar escuchar los latidos de tu criatura.

—¿De verdad?— lo vuelve a confirmar, y me giro a mirar a Liam, quien me sonríe aumentando mi felicidad.

Ella nos explicas muchas cosas más, las cuales escucho atenta, para después volver a llevarme a la antigua habitación.

—Adrianna, te pondremos un suero, y en unas dos o tres horas, te daremos el alta ¿Bien?.

—Si gracias.

—Perfecto, en un momento vendrá una enfermera.

Al instante en que ella sale, Liam se acerca y junta nuestros labios.

—Prometo hacerlos feliz, y darles todo, todo.

—Te amo— le hago saber, y vuelve a besarme con mas intensidad.

—Yo también Jane, yo también te amo.

EDITADO

Te Esperé © |#1| [TRILOGÍA INFIDELIDADES]Where stories live. Discover now