CAPÍTULO 25

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Maratón 3/3.

JANE POV'S.

—¿De verdad me vas a acompañar?— pregunto con una enorme sonrisa en mi rostro, mientras acomodo algunas cosas en una de mis maletas.

—Claro que si pesada, ya te dije.

—¿Y me vas a acompañar por mucho tiempo verdad?.

—Un mes o dos, depende, ya veremos.

Doy un grito de alegría y lo abrazo con fuerza.

—¿Ya te dije que eres mi favorito?— pregunto haciéndole ojitos, y él rueda los ojos.

—Si, si, alejate que arruinas mi ropa, y no me dará tiempo de cambiarme nuevamente, para después irnos.

—¿Nathan enserio vas a irte conmigo?- vuelvo a preguntar y se cruza de brazos, dando golpecitos con el pie en el suelo— Es que ¿Como conseguiste el ticket del avión tan rápido y así?.

—Cuando le dijiste a tu hermana que te comprara el boleto, te escuche, pues se me ocurrió la idea de acompañarte, y le dije que me comprara uno, que le pagaba cuando llegara, obviamente me hizo caso, es que todos caen ante mi— responde con dramatismo y le doy un golpe en el hombro.

—No comiences— es lo único que digo para después disponerme a arreglar mis cosas faltantes.

Las horas pasan y ya estamos en el aeropuerto, bueno, estan todos, Kyle, Juli, Marck, y Nathan obviamente

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Las horas pasan y ya estamos en el aeropuerto, bueno, estan todos, Kyle, Juli, Marck, y Nathan obviamente.

Los meses que me quedaron aquí, Marck estuvo un poco distante, pero no se apartó. A lo que me refiero, que no fue todo como al principio.

La verdad mi relación con Nathan se hizo más grande, pasamos bastaaannte tiempo juntos, nos hicimos como una especie de mejores amigos, cuando lo pienso se me hace gracioso, e incluso extraño, por como paso todo, de que él estuviera enamorado de mi, yo confundida, hasta que terminamos siendo ¿Mejores amigos?.

Incluso ha llegado a decir que el sexo hizo que reforcemos la amistad, y por eso nos unió más, es un descarado.

—En máximo un mes estare por allá Adrianna, por favor te me cuidas, me la cuidas— le dice esto ultimo a Nathan y el asiente divertido.

—Que no te deje salir a ningun lado dice.

Su comentario hace que le pise el pie, y él me lo devuelva con más fuerza, maldito.

—No, me rindo Julia, mira lo que hizo ¿Y si llega a matarme? Adrianna es una abusiva golpeadora— finjo que sus palabras me lastiman y llevo una mano a mi pecho.

—Pero tú acabas de casi dejarme sin dedos y uñas ¿Verdad Julia?— hago un puchero y ella rueda los ojos ya cansada.

—Siempre es lo mismo con ustedes— masculla, y le lanzo un beso.

Los demás se despiden de nosotros, cuando llegó la hora de abordar el avión estaba super nerviosa.

—Oh Dios, no se si quiero llegar o tirarme por la ventana del avión— musito moviendo mi pierna de arriba, a abajo, presa del nerviosismo que abarca en mi en estos momentos.

—No seas exagerada, no es como si fueras a ver a un amorío pasado— hace una pausa y me mira con malicia— Oh, es que si lo vas a ver, que mal.

Contengo las ganas de romper la ventana del avión, y en vez de lanzarme yo, lanzarlo a él.

—Eres un desgraciado.

—Ay callate, que me amas.

—No empieces, que te pones pesado, y ya no te voy a querer— menciono fingiendo desinterés.

El pone dos dedos sobre sus labios, como si estuviera cerrando un zipper, y se mantiene en silencio.

Cosa que no dura bastante, pues Nathan es como un niño pequeño, si no está hablando, o haciendo travesuras, hay que preocuparse, porque algo malo está pasando.

—Tengo hambre Adrianna.

—Aguanta un poco.

—Juguemos algo, estoy aburrido.

—Usa tu celular Nathan, ¡Ay pareces un niño!.

—No me hables así, que lloro— masculla alargando la O y formando un puchero.

—No te soporto— digo y él empieza a pellizcar mis cachetes— ¡No, Nathan deja mis cachetes!.

—Retractate, o no lo haré.

—Ya, ya, si, te adoro, te soporto, eres un imbécil, pero te soporto— espeto con rapidez.

—Ay, qué delicadita.

Sentí que este fue el vuelo más largo de mi vida, y el tener a Nathan pellizcandome o diciendo cada cosa que se le venía a la mente no ayudaba en mucho en realidad.

Pero se que de no tener su compañía, todo sería peor, fue reconfortante tenerlo a mi lado.

Al llegar a mi departamento, le enseñe la segunda habitación, pero se negó y dijo que buscaría algo, para vivir los dos meses que se quedaría. Me duche, y me cambie, no tenía ganas de descansar la verdad.

Opte por un vestido azul, de mangas largas, pero hombros descubiertos, y unas alpargatas blancas, con un pronunciado tacón.

Usamos mi auto, el cual se mantuvo todo este tiempo en el parqueadero privado, pobrecito.

Nathan manejo, pues yo estaba vuelta un manojo de nervios. Al llegar, todos se nos quedaron mirando, mirando como nuestros brazos estaban entrelazados.

Al volver al mundo real, los presentes que me reconocieron empezaron a saludarme, Marian, la secretaría de Liam, al verme se acerca y me abraza.

—¡Señorita Lee! Que gusto verla ¿Ahora si se va a quedar? Esto no es lo mismo sin usted.

Su confesión, me hace teñir las mejillas de un rosa pálido.

—Ay no, ya se puso roja— musita Nathan, provocando que las miradas se centren en el y yo le de un golpe con el codo— ¿Que dije? No seas agresiva Adrianna.

Su reclamo me hace poner los ojos en blanco, y que Marian sonriera con diversión.

—Por favor, quiero que me muestren las nuevas telas para las ropas, quiero ver si es la calidad correcta nadie me ha informado de nada que tenga que ver con eso— dice alguien a mi espalda haciendo que mi piel se erice.

—No pensé tener que ver la cara de tu ser amado tan pronto, pero este se pondra interesante— masculla Nathan con un toque malicioso que hizo que negara al instante.

No puede estar pasandome esto, así, tan rápido.

EDITADO

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Te Esperé © |#1| [TRILOGÍA INFIDELIDADES]Where stories live. Discover now