Jimin, el chico de los colores [pjm + jjk]

Capítulo 6

Gris.

Jungkook era un chico gris.

Había perdido algunos colores durante su vida, perdió el rojo cuando su hermano fue atropellado, perdió el amarillo cuando su primer amor lo rechazó, perdió el azul cuando su papá le echó de casa...

Perdió el rosa cuando su madre no hizo nada al respecto, y el naranja cuando lo rechazaron para la universidad que tanto quería.

Sin embargo, esos colores parecían haber vuelto a él cuando se fue a una universidad de arte en Seúl, donde conoció a Park Jimin: Sus colores.

Había algo en él que gritaba cada tonalidad de azul, rojo, amarillo, rosa , naranja y millones más. Millones de colores que a ojos de Jungkook danzaban en ese chico rubio de ojos azul y café.

Pero Jeon Jungkook sólo era un chico gris; que había perdido sus colores. Y tenía miedo de recuperarlos.

Era alguien que pasaba sus ratos libres escondido entre pinturas y lienzos llenos de esos colores que él había perdido.

Jeon Jungkook era un chico gris, enamorado de un chico de colores.

Abrió sus ojos con lentitud, observando la lápida frente a él con un ramo de rosas rojas intensas sobre la tierra. Se volteó a su derecha cuando terminó la oración y le sonrió a Jimin, que lo observaba con tristeza.

El mayor había ofrecido ir primero a donde él tuviera que ir, así que Jungkook lo había llevado entre tumbas solitarias hasta la que decía con claridad "Jeon EunKook". 

—¿Es tu hermano? —Preguntó después de unos segundos.

—Lo es —Asintió—. Murió cuando yo tenía 12 años o así. Le gustaba dibujar, así que supongo que me pegó la manía —Miró con cariño la lápida.

—Es bonito —Murmuró con un tono melancólico.

—Supongo que lo es —Se encogió de hombros.

—¿Vienes muy seguido?

—Casi todos los meses —Asintió, y Jimin bajó la mirada—. Cuando era más pequeño, él siempre decía algo como "Jungkook, cuando crezcas vas a arrepentirte de no aceptar que yo te enseñe a dibujar", al final cedí y me dio algunas clases,  —se rió con nostalgia—. Cuando cumplí 11 me regaló mi primer set de óleo propio —Contó—. Creo que todo lo que tengo hoy se lo debo a él.

Jungkook. Es un nombre bonito. Pensó Jimin.

—Estoy seguro de que fue un maravilloso hermano.

—Lo fue —Sonrió con los labios sellados, asintiendo.

El mayor hizo una rápida oración de respeto antes de que se encaminaran de nuevo entre los muertos. La suave lluvia había parado hacía un rato, pero el césped del camino aún estaba húmedo. Jimin caminaba dos pasos por delante, llevando a Jungkook hacía su destino a paso demasiado lento.