Jimin, el chico de los colores [pjm + jjk]

Capítulo 9

Un poco más brillante, un poco más colorido.

Jimin se veía más feliz y radiante mientras hablaba con Jungkook de lo que Seokjin recordaba que pudiera verse.

Y se sentía feliz, pero también extraño. 

—¿Te preocupa algo? —Namjoon habló a su lado.

Ellos se habían apartado de los otros dos chicos para darles y darse algo más de privacidad, así que ahora Jin y Namjoon estaban sentados en una banca a unos metros de distancia.

—No estoy preocupado. Sólo... Es extraño ver a Jimin tan feliz —Suspiró, abrazando sus rodillas.

—Jungkook es un buen chico, hace feliz a todos —Respondió con una sonrisa.

—Parece que lo quieres más a él que a mí —Lo miró con el ceño fruncido, haciendo a Nam reír y negar.

—¡No mientas! Sabes que tú estás en el primer puesto de mi lista de personas a las que quiero —Le dedicó una sonrisa que marcaba sus hoyuelos—. Pero Jungkook es como mi hermano pequeño, no puedo evitar sentirme feliz por él.

—¿Por qué? —Seokjin ladeó la cabeza.

—Bueno... Digamos que lleva como... mucho tiempo detrás de Jimin —Contó con voz insegura, sabiendo que no era algo que él debiera decir.

Pero, vamos, Jin y él eran novios. Aunque sólo llevasen un mes, todas las veces en las que Jimin y Jungkook estaban juntos ellos también lo estaban. La confianza había crecido enormemente entre ambos.

—¿¡Lo dices en serio!? —El mayor lo miró con ojos abiertos.

—Sí, bueno... Él fue el que me dio la idea para declararme también —Apartó la mirada, avergonzado, sintiendo sus mejillas arder.

Jin soltó una dulce risa y tomó sus mejillas para hacer que lo mirara.

—¿Sí? ¿Él te dijo que me escribieras una canción y que me hicieras cantarla? Por qué fue más desastroso que romántico, Kim Namjoon —Dijo, dejando un beso en la punta de su nariz.

—Él dijo algo como "decirle que le quieres, sin decirle que le quieres", ¡yo pensé que te darías cuenta rápido de lo que intentaba! No es mi culpa que seas malo pillando indirectas —Se quejó.

—Soy hombre, ¿qué esperabas? —Bromeó, volviendo a su posición inicial y soltando el rostro de su novio.

Ambos se quedaron observando a la otra pareja hablar animadamente. Jimin reía por algo que Jungkook decía y ambos tenían en sus rostros los más hermosos colores de la alegría.

—Jungkook me preguntó si estaba sucediendo algo con Jimin —Soltó el menor de los dos, de pronto.

—¿Qué le dijiste?

—Nada, sólo le dije que se lo preguntara él mismo, pero... —Suspiró—. Yo también me pregunto lo mismo.

—¿Por qué crees que le pasa algo?—Quiso saber Seokjin.

—Lo he notado... Raro. Mira todo su alrededor con mucho más detenimiento que antes, como si estuviera buscando algo en todos los detalles. Mirá a la gente, su ropa... Frunce el ceño muy seguido ultimamente, cuando se pierde en sus pensamientos y... Se ve apagado —Enumeró.

—Eres... muy observador —Admitió Jin con un suspiro—. Yo también lo he notado menos alegre estos últimos días, desde que me dijo que Jungkook le había hecho un dibujo. ¿Crees que haya pasado algo entre esos dos? 

—¿Algo que haya puesto mal a Jimin? ¡Lo dudo! Jungkook lo tiene en un pedestal —Negó con la cabeza.

—Sí, pero... Me preguntó si lo tendría ahí si se enterara...

—¿Enterarse de qué? —Namjoon lo miró con el ceño fruncido.

—De nada, cosas mías —Sacudió su mano de forma despreocupada—. Tener a alguien en un pedestal sólo hará que te decepciones; Jungkook debería entender que Jimin es igual de humano que él.

Que tiene defectos y diferencias, pero que no por ello es menos merecedor de ser amado.

La gente era cruel, después de todo. Es egoista y egocéntrica; quieren todo lo perfecto y desechan lo que no encaja en esa descripción.

Para Seokjin, Jimin era perfecto.

 ¿Pero qué le aseguraba que Jeon no fuera a despreciar el genuino corazón de Jimin si este decidía contarle sobre su condición? Sí es que siquiera decidía hacerlo, claro, porque ni siquiera a él se lo había dicho. Era un secreto a voces entre los dos; un silencio enorme para el mundo, pero un grito obvio que no puede ser ignorado para Seokjin. Porque él quería que Jimin brillase en esos grises que sólo él ve en todo, no quería que Jimin existiera en colores que para él no existen. 

Jimin tenía que ser çunico y amar sus diferencias, encontrar la paz en sus detalles blancos y negros, y brillar en tonos que no lo atormenten.

Porque ni siquiera ahora, con Seokjin, Jimin encontraba paz.

Habían demasiadas coincidencias y situaciones en sus vidas las que le llevaron a sospechar de que Jimin podía confundir colores, hasta que finalmente descubrió que efectivamente era daltonico. Claro, ¿pero qué daltonico? ¿acaso no podía ver el amarillo? Pero tampoco veía el rojo. ¿Y el azul? El verde descartado de la lista, y así sucesivamente.

Jimin era daltonico;

El detalle era, ¿cúal?