Capítulo 12

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Hoy era el día

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Hoy era el día.

La academia de baile a la que Jimin asistía había sido invitada a una de las competiciones de baile más prestigiosas de la ciudad. Y Jimin iba a poder participar.

Estaba nervioso, no mentiría. Se sentía un poco mareado por todas las luces del lugar, los focos, el público... Era abrumador.

—Tranquilizate, Jimin —Seokjin lo sacudió para que volviera de entre las nubes—. ¡Planeta tierra llamando a Jimin, hoooola!

—Jin, deja de sacudirme o te voy a vomitar encima, te lo juro —Advirtió con una mirada firme.

El mayor se alejó unos pasos con las manos en alto, en señal de rendición.

—No estés nervioso, ¿sí? ¡Vas a hacerlo genial! —Lo animó—. Yo estaré con Namjoon y Jungkook entre el público, ¡me aseguraré de tomarte muchas fotos!

—Espera... ¿¡QUÉ!? ¡¿Jeon Jungkook está aquí?! —Jaló de su cabello.

—Por supuesto —Rodó los ojos—. Namjoo y él son como uña y mugre, si viene uno viene el otro, además, Kook está deseando verte bailar —Levantó ambos pulgares en señal de aprobación.

—Seokjin... —Lo miró con pánico.

—¡Suerte!

Exclamó mientras salía del entre bambalinas, escuchando al presentados dar la bienvenida al público.

...

Habían pasado unas tres academias, con 2 rutinas de baile cada una. Jungkook ya estaba impaciente por ver a Jimin bailar, así que no podía ocultar su decepción cuando el siguiente grupo en llegar tampoco lo incluía.

—Ahora... —Habló el hombre que presentaba—. ¡Demos un fuerte aplauso a la academia XX del distrito ZZ!

—¡Ay Dios, Ay Dios, aquí viene! —Chilló Seokjin con emoción, ganándose una mirada de los de su alrededor.

—¿Seguro? No lo veo por ningún lado... —Murmuró Jungkook, desilusionado.

—Ya verás —Le codeó antes de centrarse plenamente en el espectáculo.

El castaño hizo lo mismo, fijó sus ojos en el escenario, buscando con la mirada cualquier indicio que indicase que Jimin aparecería.

De un momento a otro, la tranquila música que había fue cambiada por el ritmo de unos violines acompañados por tambores. Los bailarines se agacharon de golpe, dejando que uno de sus compañeros saltara sobre ellos de forma elegante, dejando que sus movimientos fueran seguidos por un pañuelo blanco que flotaba libremente junto a cada uno de sus movimientos.

Entonces lo vio.

Jimin, bajo el resplandor de los focos, brillaba mucho más que nunca. 

Todas las luces lo apuntaron, procediendo a que iniciara su solo.

Vestido de blanco, con sus ojos brillantes de emoción, sus labios rosados brillantes y su forma elegante de moverse sobre el escenario, como si pasease sobre un prado lleno de flores: Delicado, ágil... 

Daba vueltas y se deslizaba sobre el suelo, moviendo sus pies y brazos al compás con la perfección digna de un ángel.

Estaba más que claro que Park Jimin estaba en su elemento.

Y eso lo hacía brillar.

Brillaba en colores otra vez; su amor, tan hermoso como nunca, volvía a brillar en colores.

Amarillo por la energuia que resprende.

Azul por el color de su ojo izquierdo.

Rosa por sus labios.

Rojo por la forma en la que se sonroja con facilidad.

Púrpura porque Jungkook sabía que lo amaría hasta el último aliento de su vida, así como ese era el último color del arcoiris.

Jimin brillaba en colores, pero eran sus colores: Estaba brillando con unos colores que le pertenecían. El rosa, el azul, el verde, el rojo... Ahora esos colores le pertenecían a Jimin. Ya no eran los colores de Jungkook. Park Jimin ya no era su chico de los colores.

Ahora era el chico de los colores.

Jimin estaba lleno de colores, colores vivos y hermosos que pintaban su figura allí a donde iba. Y él sólo quería dibujarlo con todos ellos. Con tanto, tanto amor, que nadie pudiera dudar de su sentir.

Quería dibujar a Park Jimin con cada color que sus ojos habían visto, y con aquellos que sólo es capaz de imaginar. Con cada tonalidad, cada escala, cada...

Cada gota de él sería solamente para Park Jimin, para pintarlo con los colores de su amor, de su alegría, de su esperanza y de su miedo.

Jimin sólo merecía una vida llena de colores. 

Una vida que JImin no conocía, ni conocería.

Park Jimin amaba la danza porque no necesitaba los colores para sentirla.

Jungkook amaba a Jimin, porque podía ver los colores escapar con cada uno de sus movimientos.

Y era hermoso.

Y era hermoso

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Jimin, el chico de los colores [pjm + jjk]Where stories live. Discover now