Capítulo 11

269 39 27
                                    


—Jimin, ¿por qué me mientes?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Jimin, ¿por qué me mientes?

Las palabras salieron de los labios de Seokjin sin que pudiera detenerlas.

Habían sido años de amistad, años de paciencia, ¿por qué seguía sin decirle la verdad entonces?

El rubio lo miró sin comprender.

Es que no podía comprenderlo.

¿O no quería hacerlo? Quizás es que ahora sus ojos no eran lo único que estaba estropeado en él.

La hora de una nueva clase inició, Seokjin y él se habían encaminado por la facultad a paso ligero, en silencio, pero justo al llegar a las escaleras, el mayor lo tomó de la muñeca y lo apartó de la multitud.

Por eso ahora se encontraban ahí, en un rincón del pasillo, solos. Completamente solos.

Seokjin lo miraba con el ceño más fruncido que le había visto hacer nunca, con los brazos cruzados y una expresión que, a parte de decepción, no mostraba nada. Eso lo inquietaba, Seokjin era un chico expresivo, era fácil leerlo, saber lo que pensaba...

No ahora.

Y eso le asustaba.

—¿De qué hablas, Jin? —Dijo con una sonrisa nerviosa.

—No te hagas el tonto ahora, Jimin. No conmigo —Negó.

Decepción.

Sus ojos brillaban en decepción. Esos ojos grises tan bonitos que tenía Seokjin lo miraban llenos de decepción y Jimin de verdad no podía tomar eso.

"—La gente va a amarte, o a odiarte, Jimin."

Recordó las palabras de su madre. ¿Seokjin lo odiaba ahora? No, no podía ser. ¿Por qué lo odiaría? Él... él era normal, ¿cierto? No había razón para que Seokjin lo odiase.

Salvo que estaba roto.

Jimin no funcionaba bien, sus ojos eran defectuosos. No valía la pena.

Estaba estropeado.

—¿Por qué no me dijiste que eres daltonico?

Lo soltó. Y el mundo de Park Jimin se derrumbó. Ese mundo donde habían etiquetado sus bolígrafos por colores para él, donde había aprendido que el rojo es para lo importante y el azul para lo demás, donde le habían contado de qué color era la hierba y cómo se veía cielo, porque él no podía verlo, todo se había derrumbado.

Sus ojos, defectuosos y llenos de errores, empezaron a escocer y no pudo mantener la mirada a Seokjin. No quería ser visto fallando de nuevo, porque una persona feliz, no llora.

Jimin es feliz, no tiene derecho a llorar.

La expresión de Jin se suavizó y dio un paso hacia adelante intentando acercarse al tembloroso cuerpo del rubio.

Jimin, el chico de los colores [pjm + jjk]Where stories live. Discover now