Jimin, el chico de los colores [pjm + jjk]

Capítulo 13

—¡Eso ha sido maravilloso! —Seokjin prácticamente se lanzó sobre Jimin cuando lo vio salir del cambiador.

El rubio sonrió ampliamente y le devolvió el abrazo a su mejor amigo, quedándose así unos segundos hasta que volvió a abrir los ojos y se encontró a Jungkook y Namjoon mirándolos a unos metros.

Se separaron con lentitud, Jimin hizo una reverencia, aún con esa hermosa sonrisa en su rostro.

¿Por qué tenía que ser tan bonito?

—Lo has hecho muy bien —Felicitó Namjoon.

—Sí, ¡yo en serio pensé que eras un ángel! —Siguió Jungkook de forma dramática, aunque no era ni de lejos una mentira.

—Tonterías, estoy seguro de que fue bastante simplón... —Rascó su nuca y chilló cuando Jin pellizcó su mejilla.

—Vuelve a decir que tu baile es "simplón" y voy a golpearte, ¿entendido? ¡Ustedes incluso ganaron!

Asintió al instante. Jin podía cumplir esa amenaza sin pestañear, ¡y de verdad no quería ser golpeado por él! Aunque pareciera que no, Seokjin tenía bastante más fuerza de lo que aparentaba.

—Bueno... —Carraspeó Namjoon—. ¿Queréis ir a comer algo para celebrar la victoria? ¡Jungkook invita!

—¿¡Y yo por qué!? —Se quejó.

—¡Porque eres muy amable! —añadió Seokjin con una sonrisa maliciosa—. Gracias Jungkook, prometo no pedir muchas cosas.

—No le creas —Jimin negó, y el menor de todos se carcajeó.

—¡No como tanto!

—Yo nunca he dicho eso —Replicó el rubio a las palabras de Seojin mientras comenzaban a caminar fuera del edificio donde se había celebrado la competición.

Después de que todos los grupos se presentaran, el jurado se juntó aparte del auditorio para hablar y puntuar los grupos, quedando finalmente en el primer puesto la academia de Jimin.

Éste ahora portaba orgullosamente la medalla que les habían dado a todos los participantes ganadores, más el diploma conmemorativo por la participación.

Estaba seguro de que podría haberlo hecho mejor, haber impresionado a Jungkook aún más, pero no estaba nada mal. Poder estar donde estaba hoy siempre había sido su sueño, y esperaba poder apuntar aún más alto, aunque por el momento se sentía bastante satisfecho con su desempeño.

Una competición de tal reconocimiento y una victoria no era un juego de niños, después de todo.

...

—Como decía, los cactus deben ser regados una vez cada 8 días en las épocas de mucho calor —Contaba Namjoon, con la cabeza apoyada sobre la mesa de madera de esa carpa.

—¿Y si tienes sed? —Preguntó Seokjin en la misma posición, ambos estando lo bastante ebrios como para ni siquiera darse cuenta de que llevaban aproximadamente 20 minutos hablando de cactus.

—No sé si los cactus tienen sed —Frunció el ceño, levantando la cabeza para mirar a su mejor amigo—. Jungkookie, ¿los cactus pasan sed?

Jungkook, con expresión neutra y bebiendo poco a poco una botella de Soju que sería la tercera de la noche, lo miró.

—No, hyung, es la tercera vez que me preguntas lo mismo; los cactus no pasan sed —Negó.

Era, sin duda, quién en mejores condiciones estaba. Quizás porque no había bebido mucho de golpe, o porque había comido algo antes de hacerlo, o porque no había bebido en tantas cantidades. Lo que fuera, pero era el único que podía mantenerse en pie.

Jimin, igual que ellos, estaba prácticamente tumbado sobre la mesa, bebiendo lo poco que quedaba de su botella, la cual Jungkook arrebató rápidamente de sus manos.

—¡Que no, Jimin, no puedes beber más!

—Oh, vamos —Se quejó, somnoliento—. Hoy he sido un buen chico, merezco mi premio —Intentó alcanzar la botella pero Jungkook la alzó sobre su cabeza.

—Sí, pero ya has tenido muchos premios por hoy —Suspiró.

Quizás era momento de llevarlos a casa.

...

—Bien, hyung, súbete —Intentó sentar a Seokjin en el asiento del copiloto de la camioneta de Namjoon.

Jungkook nunca había conducido más allá de videojuegos, pero tenía el carnet. Se lo sacó un verano con unos cursillos intensivos y realmente rogaba que eso fuera suficiente.

—¡No, yo quiero ir con Monnie! —EL mayor se quejó, pataleando como un bebé.

—Me cago en la puta... —Gruñó.

—¡Jeon Jungkook, esa boca!

—¡Jeon Jungkook, no te atrevas a... conducir mi auto estando ebrio, eh! —Namjoon alzó la voz cuando intentó meterlo a él también.

—¿¡Y qué quieres que haga!? ¿¡Pedir un taxi a las 4 de la mañana!?

—¡Sí!

—¡No! —Exclamó Seokjin al instante, arrugando su nariz—. Huelen mal.

—¡Pero no conducirá mi auto!

—¿Vas a conducirlo tú, zoquete? —Se quejó Seokjin—. Dejalo, ademas, ¡mira como está! ¡Seguro no ve doble!

—Eso lo puedo arreglar yo —Aseguró Jimin, medio dormido.

—¡No! —Se apresuró Jungkook.

Así es como acabaron los 4 metidos en un taxi.

Jungkook no sabía que los taxis funcionaran a tan altas horas de la madrugada, pero, ¿a quién vamos a mentir? Es mejor que quedarse en la calle toda la noche, porque si el auditorio donde se celebró la competición de baile esa misma tarde ya estaba lejos, ese bar podría decirse que está en la esquina más alejada del planeta.

Seokjin se había enfadado con Namjoon por haber insistido en tomar uno de esos "aparatos mugrosos que no son limpiados nunca", y por esa razón se encontraba completamente serio, de brazos cruzados, en el asiento del copiloto.

Jungkook iba atrás en los asientos de pasajeros para cuidar a los dos que aún seguían entre sueños.

Pasaron un bache, el coche se sacudió. La cabeza de Jimin cayó sobre su hombro como un peso muerto.

El corazón de Jungkook se detuvo, se aceleró y se volvió a detener, todo eso en menos de un segundo. Pensó que moriría en ese mismo instante.

Contuvo la respiración, casi temeroso de perturbar el sueño de Jimin. Pero éste se mantuvo plácidamente dormido, apoyado en su hombro y respirando con suavidad.

Incluso dormido era un ser hermoso.