3.

122 11 0
                                    

Llegamos a su departamento, entramos directos al ascensor. Roberto me abraza por la cintura, y comienza a hablar y a contar sus planes, todo lo que vamos a hacer antes de que se vaya de gira.

—Mañana llega Pablo, para que estés al pendiente —me dice y una chispa de alegría brota de mí.

—¿Pablo? ¿Viene con Emma?

—No lo sé, no es algo que vaya a preguntar, él viene para quedarse contigo.

—Pero yo estoy bien, estaré en el trabajo y un chofer me traerá, no hace falta que Pablo venga.

—Claro que hace falta Michelle, necesito que te cuide de cualquier persona que te ronde, no podemos permitir que te atosiguen.

—Pero... —es de aquellas ocasiones que quiero que pueda pasar para poder alejarme de él, tener una razón y una persona que me ayude a enfrentarlo, pero en mi mente está presente el hecho de que no sabría que hacer sin el —ya sabes que yo sólo te amo a ti.

—Y yo confió en ti —toma mi rostro dándome un beso en la frente, entrando por completo a su departamento, yo me quedo en el umbral de la puerta esperando sus palabras—, pero en los demás no.

Roberto se acerca y me hace entrar, después me lleva corriendo a su recámara, no pienso, solo actúo y me voy hacía la cama. No me sigue él entra al vestidor y después me avienta un vestido rosa muy corto y ajustado.

—Cámbiate, quiero que vayamos a comer, después tengo que irme al aeropuerto, y quiero que me acompañes, dejaremos para otro momento lo que quiero hacer contigo en esta cama bonita.

Respiro lentamente pero más tranquila, una preocupación menos, hoy no habrá dolor físico. Me levanto de la cama y le pido me espere, necesito retocar mi maquillaje, Roberto sabe que me he maquillado "sus corajes" por el bien común. Tengo más de algún moretón en el cuerpo, más de alguna consecuencia de sus celos, de sus momentos de coraje, momento que aprendí a ocultar, a callar, a solo vivirlos.

Me pongo frente al espejo luego de ponerme lo que Roberto me compró, mirarme como tal es algo que ya ignoro y maquillarme, se ha convertido en un arte, en algo que no puedo dejar de hacer ni para mi trabajo, cada que llego al foro para empezar a grabar tengo que llegar maquillada, no quiero que las demás personas vean estos moretones, que me digan una y otra vez que ya no debo de estar con Roberto porque una parte de mi lo sabe, pero la otra tiene en cuenta que si eso pasa la situación se pondrá peor, no quiero más, no sé si lo puedo soportar.

Dejo todo donde lo encontré y contengo mis enormes ganas de llorar, tomo aire y salgo en búsqueda de Roberto, me encuentro con la sorpresa de ver a Pablo platicando con Roberto, no sabía exactamente qué, porque están lejos, pero al acercarme escucho que era para decirle que su vuelo salía antes ya que había ocurrido un error en el itinerario y otro más de él por no avisarle con antelación, ya que de eso se encarga Pablo, a Roberto no le quedó más que resignarse y retirarse, en ese momento sentí que era un increíble día, era la segunda oportunidad que me da la vida de tener un día alejada de él. Me acerco y saludo a Pablo, ya que estaré bajo su mirada, mi amigo flacuchento y alegre que siempre trata de estar de mi lado, aunque su amistad es más fiel con Roberto, Pablo es especial, porque es con el único hombre con el que me puedo desahogar sin que Roberto piense mal de mí, aunque tal vez sea la convivencia y ser coordinador de logística de la banda de Roberto lo que lo hizo ganar esos puntos con él, lo cual agradezco mucho.

—Te la encargo, eres mi mejor amigo, si algo le llega a pasar, te hago responsable.

—Roberto por Dios con quien crees que estás hablando, nos conocemos de hace años, además Michelle es incapaz de mirar a otro —por miedo, pienso yo, mi cerebro reaccionaba mejor que mi sentido común.

Obsesiones ©Where stories live. Discover now