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Así como con Octavio, tuve una plática larga con los chicos, sí, hay demasiado que ha pasado los últimos meses de que estuviera en terapia, pero sobre todo ha pasado también demasiado desde que Roberto está en mi vida. No pretendo borrar todo lo que el inicio, el medio y el final de esta relación trajo para las personas más cercanas, y sí, son contadas, pero ha sido un nivel que no pensé que pudiera llegar a existir en mi vida.

Los acuerdos llegaron de una manera natural, creo que cercanía es algo que si hemos tenido todo este tiempo. No conocemos las fechas exactas cuando el juicio tendrá lugar, así que es el momento para tomar un respiro y distancia, así como pilas emocionales para todo lo que finalmente tendremos que declarar y responder. Tomaremos la propuesta del canal, irnos Octavio y yo de vacaciones, priorizarme y a él, deseamos tener tiempo juntos, dónde el exterior no importe, me encantará poder dejar de lado todo el tema emocional que me hizo llegar a su vida, y concentrarme en eso, y el futuro que buscamos sea juntos. Él ha parado momentáneamente todo, tanto las terapias con sus pacientes, como las diferentes acciones del centro, claramente todo está canalizado con alguien que lo está cubriendo, pero aún así también tengo que ser consiente que no podemos vivir en una burbuja toda la vida, si hay cosas que hablar, situaciones y decisiones que tomar con el fin de encontrar lo que buscamos del otro, y no solo permanecer desde el lado romántico, sino trasladarlo a la vida adulta, a nuestra compañía, nuestras carreras, a nosotros por completo.

Mis padres están siendo notificados, aún permanecemos con el protocolo de cuidado, pero mucho menos, no estoy saliendo a la calle sola como antes, pero regresar y manejar en esta ciudad también ha ayudado con tomar las riendas de mi vida, desde otra visión que fue nublada. Ya sueno cursi nuevamente, estoy haciendo planes que dejé escondidos en un cajón y me siento mucho más apta para poder hacer y trabajar con nuevos ámbitos de mi vida. Es como si una versión de Michelle que ni yo sabía que existía, está apareciendo en mi vida. Curioso que ni siquiera yo me conocía tanto cómo pensé que lo hacía.

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Las maletas se hacen en cuestión de minutos, nos decantamos por Cabo San Lucas, yo no he ido esa playa y Octavio tampoco, así que se presta para nosotros conocer pero no ser conocidos.

Mantenemos y trabajamos con un itinerario, seguiremos con horarios y estaremos en comunicación, esto por protección de ambos. Entendemos que tengo a una persona aún sin cargos que estará feliz que hacerme daño, así que mientras podamos tomar precauciones siempre irá así.

Es de madrugada que nuestro avión sale, logramos descansar un poco y en apenas 2 horas y media estamos llegando a la ciudad. Entre desembarque, maletas y más, las 6 de la mañana marcaban nuestra entrada al Nobu, un complejo a pie de playa que es justo el espacio que necesitamos. Uno de los directivos tiene un departamento, así que duplica nuestra privacidad, pero sobre todo la intimidad de pareja que buscamos.

Nos dirigen por carrito de golf hasta el departamento, dejando algunas instrucciones, así como llaves para nuestra estadía. Priorizamos el acomodarnos, ver qué tanto necesitamos o qué tanto podemos usar el room service. Agradezco la atención de este espacio, pero aún así no quiero abusar de los beneficios que me están otorgando. Además mi nuevo amor descubierto por la cocina me pide a gritos el que use el espacio en esta semana para hacer cosas para ambos.

La primera actividad es el instalarnos, quedarnos tal cual dentro del departamento, ver con que contamos, y si es que dentro  de el uso de el espacio vienen algunos básicos. La sorpresa termino de llevarla al abrir refri y alacena, porque se encuentra completamente llena. Es una nota de Irene, así como de Rodrigo, diciéndonos que este es un pequeño regalo y que todo lo que encontremos es nuestro y que tenemos acceso libre a los restaurantes del hotel. Le comento a Octavio, ya que como buenos precavidos estamos haciendo una lista, la cual terminamos claramente desechando. Vaya que esto se convierte en una muy grata sorpresa.

Revisamos todo lo que hay, y conociendo nuestro "todo incluido", Octavio deja todo de lado, me comienza a dar besos y me carga. Todo repentino, todo natural. Vamos al cuarto a cambiarnos, si quiero estar más ligera, ponerme un bikini, y también explorar más habitaciones, ya que sé que hay un pequeño gimnasio aquí. Los últimos meses, no solo la terapia es la que me ha ayudado a liberar toda la presión, sino también hacer ejercicio, dado que me regresa parte de la energía que pensé que se había esfumado, haciendo también las paces con parte de mis propios traumas adquiridos por no verme bien o "atractiva" bajo los estándares de mi pareja. Parte de hacer ejercicio se volvió en un momento solo para mi, solo para conectarme, pero sobre todo para ver desde otra perspectiva la parte sana de cuidarme, y quitarme yo misma esa Obsesión de solo usarlo para estar delgada.

Salimos, ya con bikini puesto, a caminar por la playa, no teléfonos, solo relojes inteligentes para cualquier SOS necesario.

La realidad es que no me había sentido así en años, claro que mi propia situación fue mejorando con el paso de estos meses, pero la tranquilidad de salir y caminar, y no sentir miedo, es nuevo.

No mentiré, claro que ver con otros ojos el que eres víctima de violencia doméstica, decirlo en voz alta, confrontarlo y visualizar lo que dejas no solo pasar, sino lo que soportas, aunque ni siquiera conoces la razón, hace que la perspectiva de tu vida se convierta en una que no sabes de dónde salió. Nunca pensé verme a mi misma en una situación como esta, mucho menos experimentar el pasar del amor al dolor, y aún peor, que con meses y meses de terapia apenas y logre captar todo lo que pasó. No es que solo haya permitido, es que había demasiado que no sé como ocurrió, ¿cómo expresar en voz alta algo que no puedes explicarte a ti misma? De cierta manera si me llegué a sentir juzgada por mis amigos y cercanos que conocieron la punta del iceberg de mi vivir en años, pero nunca fue de dominio público el que me violaba, el que me usaba, el que me engañaba, nunca pude gritar el hecho de que pensé que esa clase de amor me merecía, que fue natural y progresivo y que no podía hacer nada, y no por ser mujer como escuché con algunas compañeras en el centro, sino solo porque yo era su posesión. Un juguete de plástico que podía moldear depende de cómo deseaba usarlo. Comenzar a decir en voz alta que me comenzaba a enamorar de Octavio no solo abrió un panorama que yo no veía ni de cerca, sino que empecé a decirle a mi mente que esta es la clase de amor que debí de recibir y que merecía. Y no solo por haber pasado por una relación tormentosa, sino por como decía aquella cita, "el amor no destruye ni se deja destruir". No quiero solo recibir, estoy aprendiendo a dar desde otro camino, con otra mano y mente, daré hasta dónde debo, hasta dónde puedo y sobre todo dónde deseo. Hablaré en voz alta, diré lo que siento, me alejaré cuando necesite, y también me quedaré cuándo suceda lo mismo.

Tener a Octavio en mi vida, con una relación muy sana, ha dado una vuelta impresionante en mi existencia, ¿cómo pensar que alguien querría incluso mis defectos? Y no los vería ni los catalogaría con esa palabra, sino que al ser adultos hay tantas cosas quer podemos hablar y ver con otra mirada que ni siquiera me importa el que Roberto haya existido, no es que quiera eliminar esa etapa. Ahora solo quiero vivir un día a la vez.

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El tiempo que estaremos aquí es una semana y apenas en el cuarto día es cuando caigo que nos iremos en nada. Mi paz y mi estadía en este lugar tan bello ha sido increíble, nos ha dado el tiempo necesario para la desconexión. Tanto ha sido este momento que se me han hecho los días largos, cosa que fue sorpresa para mi. Hemos cocinado, nadado, bailado, caminado, ejercitado, hemos bailado en público y disfrutado todo lo que pensé que la seriedad de Octavio no dejaría, me sorprendió teniéndolo como parte de estas vacaciones. Esas aristas de él que costaría más sacar, fueron saliendo en la complicidad de esta relación. En nuestra habitación y en el jacuzzi un poco de alcohol también sacó un lado interesante, claro que no llegamos a estar borrachos, pero tampoco fue una sola copa la que fue complice de las sábanas de esas noches.

Nos reportamos temprano y en la noche con los chicos, para estar lo más sincronizados posibles, pero al estar en las puntas de este bello país, podemos relajar algunas medidas con el paso de los días.

Deseo tener este último día solo con el amor de mi nueva vida y que solo él rompa esta burbuja cuando el camino al aeropuerto tenga hora de llegada.


Obsesiones ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora