Capitulo 29

31 4 0
                                    


Ethan

Ya habían pasado dos años. Dos malditos años. No podía resistirme más, no podía estar lejos de ella, lo intentaba. Pero necesitaba verla siquiera de lejos. El tiempo iba pasando, se estaba acabando y ella aun no me recordaba, la poca esperanza que tenia se iba desvaneciendo.

Era irónico un demonio teniendo esperanza. Un sentimiento tan humano.

Solo faltaban algunos meses. Esperaba que Rebecca me recordara pronto. Necesitaba tenerla nuevamente entre mis brazos. El pensar en no poder volver a abrazarla o besarla me mataba poco a poco, algo estúpido sabiendo que soy un demonio y es imposible eso. La inmortalidad es uno de mis más grandes castigos. No podría perderla nuevamente.

Todo este tiempo me mantuve entre las sombras, cuidándola de lejos, se lo había prometido y no pensaba faltar a mi palabra. Pero no pude resistir mas, necesitaba poder mirarla a los ojos, esos preciosos ojos cafés, tan oscuros como la noche. Sentirla cerca, así que una noche sin pensarlo me dirigí hacia donde trabajaba.

Pero las cosas no fueron como me hubiera imaginado. En el momento en el cual la tuve de frente se me cortó la respiración, mis ganas de tirarme sobre ella eran cada vez más grandes, sin embargo pude controlarme y solo me dedique a mirarla, no podía hablar de más, sabía que los ángeles vigilaban cada paso que debamos, el estar con ella en ese momento no interfería en nada. Solo no podía hablar de más. No podía presionarla para que me recuerde.

En esos dos años he sido como su sombra he visto su cambio, cada logro. No podía estar más orgulloso de mi princesa. Aunque ella no me viera, siempre estuve a su lado.

Me había resultado imposible alejar mis ojos de los suyos, la había extrañado demasiado, era increíble como mi estabilidad emocionan deprendía de esa hermosa humana con algo de demonio en ella.

En el momento en el cual mis manos se rosaron con los de Becca, sentí una descarga por todo mi cuerpo, la tan conocida chispas saltaron de mi cuerpo, esa emoción conocida me recorrió entero. Estaba más que claro siempre ha sido ella, y siempre lo será. Pero entes de siquiera poder hablarle, se echo a corren fuera del local.

Aunque me hubiera gustado tenerla más tiempo, retenerla y hacer como si no la conociera con tal de escuchar nuevamente su voz deje que se fuera, no pude detenerla. Y por una parte era lo mejor, al menos por ahora. En el momento que Becca salió corriendo del lugar me levante y me fui de allí, después de todo solo había ido por ella, por ver a mi princesa...

Becca

Frente a mi estaba nada más y nada menos que Ethan Morgan, sentía como mi respiración se comenzaba a dificultar. Miles de momentos pasaron por mi cabeza, haciendo que esta duela demasiado. El dolor era tan intenso que en un intento estúpido de hacer que paré me presione con ambas manos la cabeza. Pero no dio resultado.

El dolor era tanto que mí vista de a poco se iba haciendo nula, las cosas a mi alrededor se comenzaban a distorsionar, los mareos se incrementaban y de apoco sentía como mi cuerpo perdía sus fuerzas para desvanecerse en el suelo para después perderme en la oscuridad.

Unas horas más tarde

Me desperté en mi cama, confundida. No entendía lo que pasaba. Recordaba estar buscando mis carpetas de dibujos que estaban en el sótano. No tiene sentido que yo me encuentre ahora en mi cama, pero antes de poder pensar un poco mas lo que realmente había pasado apareció Lisa por la puerta. Traía unas pastillas junto a un vaso con agua. Al verme solo sonrió. Ofreciéndome el vaso.

– Veo que ya te despertaste, ¿Cómo te sientes? – Me entrega también la pastilla, la cual apenas la tengo en la mano la tome rápidamente. El dolor de cabeza me estaba matando.

Siempre has sido tú...Where stories live. Discover now