Capitulo 11

170 27 4
                                    


La noche había caído. A través de la ventana de la pequeña cabaña se podía apreciar la enorme luna llena, desde este punto de la cabaña el bosque se veía asombroso, la laguna, la luz de la luna y la pequeña cascada hacia que el paisaje fue maravilloso.

Eran alrededor de las nueve de la noche, y en todo este tiempo Ethan estuvo intentado distraerme de lo sucedido esa tarde y para ser sincera algo había servido, gracias a su atención me encontraba más tranquila, aun así eso no significaba que había olvidado lo sucedido. Por suerte Lisa no había llegado a casa, ni lo haría en lo que queda la noche. Me tranquilizo el saber que no estaba en peligro.

– Ethan agradezco lo que hiciste por mí, aunque aun no lo entiendo. Pero ya es hora de volver a casa – si quizás tenía un poco de miedo de volver y encontrarme nuevamente a ese hombre, pero tenía que volver. No podía simplemente quedarme a vivir para siempre con Ethan.

– Está bien, vamos ya no hay problemas con ir – él se notaba bastante seguro, como si supiera que nada malo nos esperaría en casa. Y confié en él, no sé el porqué si sabía que Ethan tenía algo que ver con eso.

Durante el recorrido hasta mi casa fue en silenció. Un silencio que traía consigo tranquilidad. Ya los pequeños momentos en silencio con Ethan habían dejado de ser incómodos. Sabía que el moreno escondía algunos secretos y eso quizás lo perturbaba o solo era yo la que quería creer que eso sucedía por su cabeza.

Al entrar a la casa en ambiente se sentía normal, Aun así no me quite de detrás de su espalda mientras este revisaba cada rincón. Eso fue más para mi tranquilidad que por creer que alguien estuviera en esa casa.

– Bueno princesa yo me retiro. Puedes estar segura que no hay nadie y que ya nadie más va a volver a molestarte – Estuve tentada a pedirle que se quedara que no me dejara sola, quizás ese tipo podría volver. Sin embargo lo deje irse. Prometiéndole que si llegara a suceder algo lo llamaría de inmediato sea la hora que sea.

En el preciso momento que Ethan se fue un silenció algo escalofriante se instalo en la pequeña sala. A pesar de que Ethan había revisado ya la casa no pude evitarlo hacerlo yo también, para sentirme más tranquila. Así que sin esperar nada más me puse a buscar cualquier cosa en las habitaciones. Él me había asegurado muy confiado que ese hombre no volvería. Por suerte Lisa si volvería a casa, al final le dieron un descanso que tenía más que merecido.

Para mi tranquilidad la planta baja se encontraba intacta al igual que el cuarto de Lisa. A pesar de creerle a Ethan aun tenía miedo así que abrí lentamente mi puerta pidiéndole a quien sea no encontrar nada fuera de lugar. Solté un gran suspiro al entrar y encontrarme mi habitación tal y cual la había dejado, los libros y mi computadora seguían en la cama en donde los había dejaba antes de escapar. La ventana también seguía abierta, rápidamente me acerque a ella y la cerré. Sin dejar que entre nada más de la ráfaga de viento que había esa tarde.

Me dispuse a colocar mis libros en su lugar, por suerte al trabajo nos quedaba muy poco así que tranquilamente podría terminarlo yo más tarde. Ya había terminado y para quitarme esa tensión que aun sentía en el cuerpo decidí meterme bajo la ducha con agua fría. A pesar de que en específico ese día hacia aun más frio que otras veces la baja temperatura del agua no me molestaba, Al terminar y ponerme el pijama baje a la sala. Al llegar a la plata baja la puerta se abrió mostrándome a Lisa, la cual había traído comida. Se lo agradecía ya que no había comido nada en todo el día y no tenía ganas de cocinar

– Al fin en casa – Soltó un suspiro la rubia, su cabello estaba amarrado y en una de sus manos traía algunas cajas de Pizzas. Si, en esta casa no se come otra cosa que no sea pizza.

Siempre has sido tú...Where stories live. Discover now