Capítulo 25

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– ¿Que haremos entonces? – pregunto una de las mujeres que se encontraba al fondo de la enorme sala iluminada

– Buscaremos la forma de eso no cabe duda – dijo el que parecía estar liderando la reunión, los ángeles estaban descontrolados, cada uno tenía una forma diferente de querer solucionar el problema con el demonio.

– ¿Cuántas veces vamos a tener que hace esto con ellos? – pregunto uno de los ángeles que no había abierto la boca por miedo a que lo saquen de la sala.

– Las que sea necesario David – todos los ángeles lo miraban. David no estaba del todo de acuerdo, ya lo había separado una vez. El que ellos se volvieran a encontrar ya era otra cosa, el sentía que los ángeles no tenían porque meterse ya.

– ¿Tenemos una orden de los demás guardianes? – Todos lo miraban con desacuerdo por su pregunta. Prefirió dejar de preguntar y hacerse a un lado, después de todo se haría lo que la mayoría quisiera.

– ¿Que haremos ahora? ¿Enviar nuevamente a Héctor?

– No, él ya no nos sirve. Ya lo encadenaron –

– ¿Entonces? – volvió a preguntar la mujer. Los ojos del supuesto jefe de reunión se clavaron en ella por unos minutos.

– Sabemos que Rebecca es muy manipulable. Creo que tengo un plan, si ese no funciona tendremos que ser más drástico y que sea lo que tenga que ser – David no estaba del todo acuerdo con eso, pero no opino. La mujer asintió y se quedo sin entender el porqué el jefe lo miraba tan fijamente.

En la tierra

Los sueños concurridos con Ethan habían acabado en el momento que supe toda la verdad, en el que supe que era Ethan, y en el momento que supe de que se trataba nuestras antiguas vidas.

Entonces no entendía que hacia acá, había aparecido en el mismo lago de siempre, con la diferencia que Ethan no estaba, ni el castillo ni nada. Me acerque al lago esperando a que mi demonio apareciera, sabía que lo haría. Quise sonreír al sentir una presencia detrás de mí

– Al fin. Sabía que vendr...– me corte a mi misma al voltear y encontrar a una mujer mirándome fijamente. Su expresión dejo el desconcierto y se sumo en una clara angustia e impresión

– Rebecca – dio con un hilo de voz.

– ¿La conozco? – pregunte algo confundida, algo dentro de mi me decía que si. Un extraño sentimiento creció en mí

– Tu no me conoces, pero yo a ti si – sus pasos se acercaron a mí de a poco, con miedo. Como si temiera que pudiera desaparecer – Soy tu madre Becca –

Me quede quieta en mi lugar. Eso no podría ser.

– ¿Cómo es eso posible? – pregunte confundida. Al levantar la mirada ella se encontraba a solo dos pasos de mi, su mano se levanto de a poco y la coloco con suavidad en mi cara

– Cosas de los ángeles – dijo solamente ella. No sabía que hace, que decir. Sus brazos me rodearon con demasiada fuerza. Me sentía en paz, como si hubiera encontrado algo que hizo que mi corazón saltara – Si lo quieres no los dejes ganar. Encuentra la forma de volver a él – lo susurraba como si temiera que la escucharan

Sin embargo al separarse su expresión fue dura, como si no quisiera decir lo que estaba a punto de decir

– Tienes que alejarte de él –

– ¿Qué? –

– Sabes de quien hablo. Si quieres en algún momento estar conmigo o con tus otros padres tienes que alejarte de él. Es por tu bien hija.

Siempre has sido tú...Where stories live. Discover now