Capítulo 35

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– ¿Y ahora qué? – pregunto confundida Becca saliendo de los brazos de Ethan, este la miro con el ceño fruncido, no le gustaba cuando se alejaba de sus brazos.

– ¿A qué te refieres? – pregunto el demonio.

– ¿Que pasara conmigo aquí? ¿Podre subir como lo hace Ethan? – pregunto esta vez mirando hacia su padre, este suspiro sin tener la certeza de que contestarle.

– Tenemos un lugar que gobernar hija, no creo que te aburras. Al menos por un tiempo – Becca lo miro agrandando un poco los ojos

– ¿Gobernar? – pregunto Becca aun confundida. Ethan a su lado sonrió al ver el desconcierto en la cara de su pareja. En parte su desconcierto tenía que ver con él, nunca había sentido necesario decirle que su padre lideraba una parte del infierno.

– ¿Por qué creías que te decía princesa? – se burlo Ethan mirándola con algo de ternura

– No lo sé, solo pensé que era un apodo o alguna forma cariñosa de llamarme – dijo Becca en casi un susurro algo avergonzada.

Ethan se acerco a ella rápidamente para poder abrazarla con fuerza, le enternecía lo tímida que podía ser Becca en ocasiones

– Y lo hago. Pero también eres la princesa de esa parte del infierno. Tu padre es uno de los siete demonios mayores –

Becca entendía a que se refería con lo de demonios mayor – bueno, algo entendía – solo que no sabía que por ser uno de los mayores gobernaría parte del infierno

– ¿Tu manejas esto? – con su dedo señalo fuera de la ventana que había en la sala. Mark con una gran sonrisa asintió. Orgulloso de si mismo.

– Esta parte de las tierras me corresponde. Los demás la manejan a su antojo. Tienes suerte que pertenezcas a este lado del infirmo. En otros distritos puede ser aun peor.

– ¿Y porque cada uno gobierna por su lado? ¿Qué tiene de diferente? después de todo es el infierno – dijo obvia Becca

– Eres aun más preguntona de lo que era tu madre – dijo Mark con una sonrisa. Su hija era muy parecida a lo que era su alma gemela. La extrañaba con locura, y la única forma de que la maldad no lo consumiera fue el recordar que tenía una hija a la cual cuidar.

– No sé si eso tomarme eso como un alago o ofensa – dijo confundida Becca. Mark sonrió quitándole importancia. Y se apresuro a contestar sus preguntas

– Las personas que caen aquí están categorizadas por así decirles. Depende el nivel de maldad o el porqué caen aquí son dirigidos a alguna parte del infierno a recibir su eterna tortura.

Era más complejo de lo que creía. Pensaba que era como en las películas, donde el mismo infierno era para todos. No que los dividían como en grupos.

– Y esto ahora también te pertenece. Pero antes de que si quiera puedas dar una orden necesitas entrenamientos y aprender a controlar todo lo que conlleva ser un demonio. Y tu caso es especia, al ser mi hija en caso de que algo me suceda o que quiera dejar esta vida tu pasarías al estar al mando. Por lo cual tienes que estar bien preparada....

– Espera, espera, espera, yo no quiero estar al mando de nada – se apresuro a decirle Becca a su padre. No se podía cuidar sola, menos iba a poder manejar un grupo de demonios y tortura. No, definitivamente no lo haría.

Su padre la miro por unos minutos, no sabía cómo se sentía ante eso, hubiera querido que su hija gobernara esa parte del territorio una vez que él decida dejar esa vida, pero ella no quería eso. Aunque el anhelaba que su única hija ocupara su lugar no la iba a obligar a hacer nada que ella no quisiera.

Siempre has sido tú...Where stories live. Discover now