Capítulo 47

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Mierda

Mierda

Mierda, es lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento, frente a nosotras parado justo en la puerta igual de asombrado que nosotras dos se encontraba un ángel que no había visto nunca. Sus ojos me miraron con desconfianza y algo de temor, para pasar a Amanda la cual en menos de un segundo había cambiado por completo la cara. No se veía asustada, si no confiada pero un poco confundida, pero no por el ángel, su cara de confundida iba dirigida a mí.

El ángel miro hacia atrás quizás para buscar si estábamos con alguien más, mamá rápidamente me quito la pluma que había escondido a mis espaldas y se la coloco dentro de la ropa justo a tiempo, antes de que el ángel volviera la atención hacia nosotras.

– ¿Que hacen ustedes aquí? – pregunto el ángel cuando se recupero de su estado, su atención estaba por completo en nosotras, la miraba a Amanda desconfiado

– Yo vine a intentar hablar con Miguel, hay mucho revuelo en la sala y preferí esperarlo aquí – dijo segura mamá, la mire unos minutos sin entender

– ¿Y tú? – Pregunto el ángel directamente a mí, sus ojos me recorrieron de pies a cabeza y con cada minuto que pasa me iba sintiendo mas presionaba ya que el tipo no me miraba con buena cara – Aguarda un momento, ¿Y tú quien eres? – ambos me miraban como si esperaran una respuesta de mi parte. Sentía que no podía hablar

Y mi brazo pico aun más. Se había acabado el tiempo, en menos de un segundo una bruma negra me invadió y ambos abrieron sus ojos realmente sorprendidos. Amanda claramente fingía, ella sabia quien y que era. ¡Mierda!

En menos de un segundo el ángel se tiro sobre mí e intento atraparme. Intente correr, salir de su alcance pero fue inútil. Debido al alboroto que se estaba creando en esa oficina habían aparecido dos ángeles más junto a Miguel y David, el segundo me miro con los ojos realmente abierto debido al asombro y la preocupación

– ¿Que ocurre aquí? – pregunto Miguel, el cual se había quedado un poco sorprendido, no del todo y eso era raro. Pareciera como si de alguna manera el supiera que iba a estar en ese lugar. No se veía tan alterado, aun así les hacía creer a los demás que si lo estaba. Su mirada recorrió la sala, y he de decir que si se sorprendió a ver a mamá en esa sala, sus facciones se pronunciaron un poco más – ¿Amanda? ¿Qué haces aquí?

– Tenía que hablar contigo, pero como había muchos ángeles en la sala te vine a esperar aquí – la voz de Amanda incluso se había suavizado un poco, la facciones de Miguel también habían cambiada, incluso podía apostar que había un brillo que hace unos minutos no estaba en sus ojos.

– Oh está bien – rápidamente le creyó dejándome aun mas confundida, mamá le dio una pequeña sonrisa antes de pedirle permiso para salir de la sala. Permiso que fue concedido rápidamente por el ángel, mamá camino hacia la salida, sin embargo la voz de Miguel la detuvo

– ¿La conoces? – Mamá me miro y se me hizo que por unos segundos vi la frustración y arrepentimiento en sus ojos

– No, es la primera vez que la veo – dijo segura, haciendo que mi corazón se rompa un poquito, quizás no tenía que haber confiado del todo en ella. Me deje llevar por lo que mi padre y Cassandra habían dicho.

– Esta bien, puedes retirarte – Miguel soltó su brazo suavemente y luego de una mirada de mamá hacía mi salió del todo de la sala. Dejando con un pequeño nudo en el estomago.

– Mira a quien tenemos aquí – en su voz había burla, le divertía verme en ese lugar. David no me quitaba los ojos de encima, podía apostar que en su cabeza estaban rodeando muchas preguntas y quizás buscando alguna forma de ayudarme.

Me estaba haciendo buena en eso de leer a las personas. De apoco las iba entendiendo un poco más, cada gesto, facciones y todo eso.

– No es un placer para mí volver a verte para ser honesta – dije sin ningún miedo, ya me habían atrapado ya nada importaba del todo. Solo esperaba a que Ethan saliera de aquí rápido.

La mirada llena de burla de Miguel se marcho para darle paso al descontento.

– Veras que para mí es todo lo contrario querida – David lo miraba sin entender del todo que estaba pasando o porque el repentino comportamiento de tanta tranquilidad que traía el ángel – ¿Qué haces aquí Rebecca? – como si no supiera

– Nada, solo quise dar un paseo. Ya sabes el infierno es muy caluroso – rodee mis ojos, David me miro como si estuviera loca, al igual que los ángeles que me sostenían de los brazos.

Intente sacar alguno de los poderes que papá decía que los demonios teníamos. Sin embargo nada paso y Miguel se rio con demasiada exageración al ver mis absurdos intentos

– Querida Rebecca los poderes de los demonios – me miro con mucha superioridad – No funcionan aquí. Pensé que tu padre te lo dijo antes de mandarte para aquí.

– Mi padre no me mando ángel – hice lo mismo que había hecho él conmigo, lo mire con superioridad, aunque tal parece que solo le causaba gracia.

– Si, no creo eso. Esto seguro que Mark le envió para buscar algo. Que mal, es una pena que su hija no vuelva a casa. Estuvo tantos años esperándote – Papá definitivamente iba a matarme en cuanto volviera a poner un pie dentro del infierno

David a su lado no decía absolutamente nada, y lo entendía. Prefería que siguiera así, no podría caer por mi culpa

– ¿Como entraste aquí? – no respondí, ni siquiera hice un simple gesto. Mis ojos estaban enganchados a los de él, mostrándome completamente aburrida. Aunque así no me sintiera del todo

– No creo que hable señor – dijo uno de los guardias que tenia sosteniendo mi brazo.

– No lo sé, quizás al final del día no lo soporte y hable – dijo con una sonrisa malévola, sabía que Miguel no era alguien bueno – Llévenla a las celdas.

Solo esperaba que los demás pudieran salir a tiempo y que Amanda no me haya traicionado y guardado bien la pluma de Ethan  

Solo esperaba que los demás pudieran salir a tiempo y que Amanda no me haya traicionado y guardado bien la pluma de Ethan  

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Bel <3

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