Capítulo 31

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Aun no quería enfrentarme a Lisa, sabía que teníamos muchas cosas de qué hablar con mi hermana. Tenía muchas cosas que explicarme y yo como siempre tenía muchas preguntas que hacerle. Pero tenía miedo, lo que más me dolía era que el hablar con Lisa por parte significaba confirmar que toda mi vida había sido una mentira. O al menos gran parte de ella. Por lo cual Ethan me ofreció quedarme en su casa hasta que llegue el momento de hablar con mi padre, no quería volver y encontrarme con Lisa, ya a este punto no sabía cómo estaba nuestra relación. La amaba, ángel o humana siempre será mi hermana.

Quería hablar con mi padre lo más rápido posible, sentía de alguna forma que se nos podría acabar el tiempo o quizás algún otro ángel aparecía y volvía a complicar las cosas. Por lo cual apresure a Ethan a que intente ponerse en contacto con él. Cuanto más rápido hablara con él, mas rápido se iba a desvanecer esas preguntas que aun quedaban.

Ethan me había recomendado que lo mejor para mí en ese momento fuera que no saliera de la cama hasta que llegara la hora de ver a mi padre, así que aquí me encontraba tirada en la cama intentando poner en orden todos mis pensamientos y sentimientos. Porque vamos enterarme que Lisa es un ángel, que no perdí la memoria por un accidente como solían decir y que nada de lo que viví podría ser cien por ciento verdad es bastante abrumador.

No entendía como estas cosas podrían pasarme solamente a mí. Ha y por si se nos olvida estaba a punto de hablar con mi endemoniado padre biológico. El poder hablar con él me ponía muy nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar.

Tenía tantas cosas en mente que me gustaría poder preguntarle. ¿Cómo era mi madre? ¿Qué problema tenia con Héctor? ¿Qué fue lo que realmente sucedió conmigo? No es que mi vida con los Smith hubiera sido mala, al contrario estoy muy agradecida con ellos por la buena vida que me dieron – aunque ya no sabía si había sido genuino. Me encontraba muy confundida con respecto a eso todavía – Pero aun así también existía esa duda de cómo habría sido mi vida si hubiera tenido la oportunidad de quedara con mis padres biológicos. Al menos con mi padre.

Habían pasado alrededor de cuatro horas y aun seguía acostada. Aun así Ethan me había dicho que pudo comunicarse con mi padre y que este muy felizmente le había asignado un lugar y una hora. Mi corazón daba pequeños saltos al saber que este se encontraba feliz de verme. Me sentía nerviosa y desgraciadamente Ethan no ayudaba en nada, ya que no me quería decir absolutamente nada.

– Vamos vístete. Iremos a dar un paso – Ethan había entrado muy emocionado a la habitación. Por un momento creía que se trataba de mi padre pero rápidamente deseche la idea

– ¿A dónde? Quiero dormir – dije. Intentando hacer un ridículo puchero con los labios. Estaba segura que había salido una mueca demasiado extraña, pero no me importo, lo que sea para que así Ethan se sintiera culpable de querer levantarme de la cómoda cama

– De eso nada princesa. Ya dormirás a la noche ahora te levantas, iremos a caminar – muy decidido me levanto de la cama, nunca lo había hecho así que lo miraba con algo de sorpresa

– Esta bien calma demonio. Espera que me vista – este asintió y se quedo en el lugar. Sabía que no se iba a mover, parecía un nene chiquito esperando algo muy interesado.

Me vestí con lo mismo que haba venido, el pantalón de pijama y me coloque una enorme camiseta negra de Ethan y salimos de la casa.

Mi sorpresa fue grande y grata cuando nos dirijamos hacia otra de las puntas del lago, adentrándonos un poco al bosque. Colocamos nuestros pies dentro de las hermosas aguas cristalinas y nos quedamos en completo silencio.

Definitivamente necesitaba eso, agradecía a Ethan por la insistencia de sacarme de la casa. Necesitaba un poco de paz. Ethan entrelazaba sus manos con las mías y yo apoye mi cabeza en su hombro nuevamente, me gustaba la sensación de paz que solo Ethan sabia darme.

Siempre has sido tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora