Capítulo 41

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Mierda. Era imposible que nos descubrieran dos veces en una situación parecía. Primero mi padre y ahora Ethan. No quería voltear y verlo, después de todo Ethan no sabía absolutamente nada de lo que tenía planeado, no quería decírselo. Sabía que me iba a intentar detener al igual que mi padre. Aun sin quererlo me voltee lentamente, aun así podía sentir los ojos de Cassandra sobre mí. Supongo que esta vez era mi turno de enfrentarme a uno de ellos.

Mi demonio tenía el cabello mojado, y nos miraba a ambas con desconfianza. Si, la misma mirada que nos había dado mi padre unas horas atrás.

– Hola cariño – le sonreí intentando distraerlo con lo que sea. Sus ojos bajaron a mi cuerpo, seguía igual que la noche anterior, su camisa seguía en mi cuerpo al igual que unos short sumamente cortos.

Ethan miro a su alrededor, y justo en ese momento me pude dar cuenta de la situación. Era la primera vez que salía del castillo y podía ver con atención a mí alrededor. A parte de los demonios que parecían dragones o cosas extrañas que volaban en el cielo, también habían otros parecidos a Ethan o a mí, me refería a que parecían ser personas completamente normales, pero que te dabas cuenta que no lo eran al ver sus ojos, recordé la vez que Ethan me había dicho que muchos demonios utilizaban un cuerpo humano para poder salir y entrar al infierno.

Muchos demonios centraban sus ojos en mí, mirándome con curiosidad e incuso algunos con algo de asco. Ethan al ver los ojos de todos los demonios sobre mi intento taparme lo mejor que podía con su cuerpo. Mi demonio era celoso, y eso a veces me encantaba.

– ¿Se les perdió algo? – rápidamente todos alejaron su vista de mi y regresaron a sus labores, algunos llevaban lo que parecía ser instrumentos de tortura. Un pequeño escalofrió me recorrió al ver esas cosas. Sabía lo que se hacía allí, pero el ver con que lo hacían era escalofriante.

Ethan sujeto mi brazo y comenzó a arrastrarme hacia el castillo, yo no perdí oportunidad y también sujete a Cassandra. Pase lo que pase iba a ir a buscar esa pluma y necesitaba la ayuda de la bruja, no podía dejar que se fuera así como si nada.

– Cariño necesito irme. Los vampiros también están solicitando mi ayuda – se quejaba Cassandra, sin embargo no la solté hasta estar dentro de la casa. Ethan se coloco frente a nosotras.

– Ahora si – mi demonio soltó un suspiro de alivio, parecía como si estuviera más relajado por no tener la atención de todos los demonios que estaba allí afuera y por un momento sonreí – ¿Que está pasando princesa? – adiós sonrisa. No me atreví a decir ni una palabra, intente desviar mi mirada como hacia siempre, era más fácil al menos por unos minutos evadir una pregunta.

Pero no funciono mucho tiempo ya que Ethan se acerco y me miro de cerca, se me hacía imposible no querer ver esos hermosos ojos que tenía mi demonio

>> Becca siento tus emociones y sé que algo no va bien. O al menos siento tu preocupación. ¿Qué está sucediendo? – Volvió a insistir, tomando un poco de aire y valentía decidí decirle

– Encontramos una manera para que los ángeles no te envíen al limbo – el demonio miro hacia atrás de mi, precisamente en donde estaba Cassandra, incline un poco la cara para poder ver a la bruja, la cual solo asentía, dándome la razón

– ¿Y cuál es? – pregunto él, quizás con algo de urgencia. Sabía que esto también estaba consumiendo la mente de mi demonio. En sus ojitos brillaba con claridad la esperanza, el mismo sentimiento que me rodeaba a mí

Nuevamente tome la palabra ya que supuse que Cassandra no iba a interferir al menos hasta que sea necesario

– Creemos que lo mejor y más seguro seria encontrar esa pluma primero nosotros – el brillo de sus ojos lentamente desapareció, se había convertido otra vez en un tempano de hielo, era difícil leer sus expresiones a veces. Miro reiteradas veces desde Cassandra a mí.

Siempre has sido tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora