Capítulo 46

10 1 0
                                    


Sentía como si mi corazón estuviera a punto de salirse de mi pecho. Intentaba calmarme de alguna manera, pero era como si mi respiración estuviera estancada, mi cabeza iba a mil por horas, creyendo que tal vez mi estúpida imaginación había hecho que no viera la pluma. Pero para mi desgracia era verdad.

Mantenía los ojos dentro del archivo de Ethan, creyendo que quizás así la pluma mágicamente aparecería frente a mis ojos, pero por más que miraba no ocurría. La pluma definitivamente no estaba, y la vida de mi demonio podría estar corriendo peligro en este mismo instante.

– Cariño, respira – me pedía mamá algo desesperaba mientras intentaba hacerme entrar a la fuerza en razón. Podía escuchar su voz pero esta sonaba como si estuviera lejos. Se me estaba haciendo difícil volver, en cuanto mas intentaba volver a la realidad más lejana se hacía. Mi cabeza solo pensaba en cosas negativas y por más que intentara no podía salir del transe en el que me encontraba. Esto no podía terminar así, me negaba a aceptarlo

– Tenemos que encontrarla – apenas pude oír mi voz a casusa del pequeño susurro en el que había salido. Tenía que mi madre no me llegara a escuchar. Sin embargo ella asintió y me acaricio el cabello suavemente, como si temiera que pudiera hacer algo. Había una pizca de miedo y preocupación en los ojos de Amanda

– Lo haremos cariño, pero tienes que concentrarte. Y tranquilizarte – la voz de Amanda había salido con bastante fuerza. Iba a intentar responderle de alguna forma, sin embargo unos pasos cerca de nosotras me detuvieron.

Creía que podía ser Ethan y Lisa pero no. Se trataba de dos hombres vestidos completamente de blancos los cuales venían hablando entre ellos, con la vista en el suelo, sin notar nuestra presencia. Rápidamente y sin hacer tanto ruido nos escondimos detrás de uno de los archiveros. Mamá me coloco una mano en la boca por si llegaba a hacer el más mínimo ruido, sentía como su cuerpo temblaba y mirada en todas las direcciones por donde podríamos salir corriendo.

– ¿Realmente todavía no se decidieron? – pregunto uno de los ángeles, sus pasos se iban haciendo cada vez más lentos. Agudice mi oído, intentando oír de lo que hablaban. Quizás nos podían dar una pista de lo que estaba pasando en la casa grande, en donde se lleva a cabo la dicha reunión sobre el destino de mi demonio

– No aun no, pero Miguel está haciendo todo lo necesario en esa reunión – dijo otro con un tono de desinterés. Ambos ángeles se detuvieron justo en la fila en donde estaba el archivo de Ethan, agradecía que mamá me lo haya quitado de las manos para devolverlo a donde pertenecía – aun que creo que los Arcángeles no estarán tan contentos con su elección.

Definitivamente hablaban de mi demonio

– ¿Por qué no lo estarían? – pregunto el otro con interés, el ruido de la escalera se pudo escuchar en todo el lugar.

– Porque no nos conviene entrar en una guerra contra la hija de uno de los demonios mayores. Hace un tiempo atrás fue fácil, solo se trataba de una humana, pero ahora es un demonio y su padre es gobernante de gran parte del infierno. Si fuéramos a guerra se perderían muchas almas.

Por unos minutos después de esa aclaración no se oyó mas nada. Y ese ángel tenía razón, si algo le llegara a suceder a mi demonio no habrá paz en el cielo ni en el infierno. Desataría una guerra, y de alguna manera intentaría hacer regresar a mi demonio, sea como sea.

Mis ojos se abrieron demasiado cuando unos pasos se oyeron a lo lejos. ¡Por favor que no se trate de Ethan ni de Lisa! Mi corazón latía fuertemente, que incluso temía que se pudiera escuchar

– ¿Que creen que hacen? – aun lejos del pasillo se escucho una tercera voz que no reconocí. El alivio que sentí en ese momento fue inmenso al saber que no se tratada ni de mi hermana ni de mi chico.

Siempre has sido tú...Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora