22. El beso

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Melody

Nunca me hubiera imaginado que Cameron se esforzaría tanto en esta cena. Todo estaba precioso, las velas, la mesa bajo las estrellas... de verdad parecía sacado de una película.

Por no hablar de lo guapo que estaba con ese traje negro que le hacían diez veces más atractivo, su pelo rubio está perfectamente despeinado, algo que solo a Cameron le quedaba bien. Y sus ojos verdes brillan como nunca.

La cena había ido genial, sin contar con alguna que otra conversación en las que Cameron me recordaba que era mi crush y yo me moría de la vergüenza.

En este momento él se había ido a buscar el postre y aproveché para mirar el móvil, tenía sesenta y tres mensajes de Theo interrogándome por la cena, desde que le conté que últimamente Cameron había estado más amable conmigo se había empeñado en que le gustaba.

Cuando Cameron llegó traía consigo dos platos con la misma tarta de chocolate que habíamos comido cuando nos pusimos a escuchar Queen y no pude evitar sonreír ante el recuerdo.

– Tarta de chocolate congelada, que delicia. – Solté irónica, aunque solo lo decía para molestarle, porque la realidad era que estaba encantada.

– Esto no es un restaurante cinco estrella niña, así que vas a tener que conformarte. – Me guiñó un ojo y cuando pensé que se sentaría otra vez en su sitio se dirigió al salón.

– ¿A donde vas? – No hizo falta una respuesta cuando empecé a escuchar las primeras notas de Radio Ga Ga, lo que hizo que me diera un vuelco al corazón. Cameron se volvió a sentar en la mesa conmigo. – Puede que no te acuerdes pero este disco lo escuchamos los primero días que fui a tu casa. – Le dije con una sonrisa de oreja a oreja que no era capaz de quitar.

– Tu no te enteras de nada ¿no?

– ¿A que te refieres? – No sabía que me quiso decir con eso pero estaba completamente serio.

– Da igual déjalo. – Cameron volvió a fijar su vista en el plato y empezó a comer la tarta, yo le imité pero me quedé con la duda de lo que se refería.

Sin decir absolutamente nada recogió los platos y cuando volvió no se sentó en la mesa, sino que se apoyó en el balcón. ¿Qué se supone que le pasa ahora?

Dudé si levantarme o quedarme sentada, ya sabía cómo era Cameron enfadado y no quería joder esta noche otra vez. Como si me estuviera leyendo la mente me dijo que me acercara.

Lentamente me levanté y me coloqué a su lado apoyándome en la barandilla del balcón, hacia una noche preciosa y al ser una zona universitaria sin fábricas ni muchos coches se podían ver varias estrellas.

En ese momento empezó a sonar It's a hard life y cerré los ojos para envolverme en la melodía. Cuando los volví a abrir Cameron me miraba con una sonrisa, una sonrisa que no había visto nunca en él.

– ¿Que me miras? – Pregunté frunciendo el ceño.

– Te miró a ti, que eres guapísima. – Tuve que pellizcarme para darme cuenta que había escuchado bien, ¿Cameron Holt acababa de llamarme guapísima? ¿A que se supone que está jugando?

– Deja de vacilarme. – Le dije seriamente, nunca había dejado que un chico jugara conmigo, y por mucho que Cameron me gustara no pensaba dejarle jugar con mis sentimientos.

– No te estoy vacilando joder. – Giró su cuerpo quedando en frente mía y me sentí muy pequeña a su lado. – ¿Es que acaso no te das cuenta de nada?

– ¿De qué se supone que me tengo que dar cuenta? ¿De que te estás riendo en mi cara? – Su cuerpo se puso tengo y cogió mi brazo con sus manos.

– ¡No joder! – Levantó el tono de voz causando que me sobresaltara, Cameron pareció notarlo porque continuó hablando suavemente – No te das cuenta de que llevo días intentando crear la maldita historia de amor que te mereces.

En ese momento se me paró el corazón, la sangre dejó de correr por mis venas y los pulmones se me quedaron si aire. No dije nada, no era capaz, y al ver esto Cameron siguió hablando.

– No te das cuenta que llevo desde el día que llegaste queriendo meterte entre mis sábanas y hacerte el amor toda la noche, no te das cuenta que me quedo mirando tus labios durante minutos imaginando cómo sería besarte, no te das cuenta que he intentado ser el chico romántico perfecto que tu quieres. ¡Joder eres exasperante!

El pecho de Cameron subía y bajaba agitadamente y yo seguía ahí, quieta, incapaz de decirle lo que sentía. Quería decirle que yo llevo haciendo eso mismo cinco putos años.

No era capaz de expresar, y como si no pudiera hacer otra cosa agarré su americana negra y le acerqué a mí pegando mis labios con los suyos, haciendo lo que llevaba deseando hacer desde que entré al instituto.

No tardó en corresponderme al beso mientras colocaba una de sus manos en mi cintura pegando, aún más, mi cuerpo al suyo. Pronto su lengua buscó la mía, causando que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo.

Sentí la dureza de sus músculos contra mi cuerpo y el beso se volvió más rudo, como si quisiera demostrarme lo mucho él también deseaba ese beso.

Me obligué a separarme de él para respirar y pude fijarme en que sus magníficos ojos verdes no reflejaban frialdad ni indiferencia, sino que estaban llenos de mil sentimientos.

Cameron cogió mi cara con sus manos acariciando suavemente mi pelo.

– No me puedo creer que lleve toda la noche pensando en que momento besarte y que al final lo hagas tú. – No pude evitar soltar carcajada pero mis risas se disiparon cuando volvieron las dudas.

– ¿Ahora qué? – Pregunté intentado que me aclarar algo de lo que acababa de pasar.

– Ahora a dejarnos llevar...

No se cuanto tiempo nos quedamos así, mirándonos, bajo la luz de la luna mientras la canción de Queen seguía sonando.

Yes it's a hard life
Two lovers together
To love and live forever in each others hearts
It's a long hard fight
To learn to care for each other
To trust in one another right from the start
When you're in love

***

¡Por fin tenéis el esperado beso!

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Cuarentena con mi crushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora