26. Aprisionada

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Melody

Mentiría si no dijera que cada día que pasa dormir juntos se vuelve más incómodo. Está claro que hay una tensión sexual no resuelta entre nosotros y el hecho de compartir cama no ayuda.

Hemos creado una especia de norma de no irnos a la vez a dormir, normalmente suelo irme a dormir yo más temprano. Sin embargo esta noche no fue así. Habíamos decidido ver otra película, Interstellar. Cuando la acabamos y nos quedamos los dos en la cama ninguno sabía que hacer. Finalmente acabé diciéndole buenas noches y girándome rápido para el lado contrario de la cama.

Esta mañana cuando me desperté, gracias a dios, Cameron no estaba en la cama, así us cogí algo de ropa y me fui al baño para darme una  ducha.

Abrí la puerta y me quedé de piedra, ahí estaba Cameron tapado únicamente por una toalla al rededor de su cintura. Acababa de salir de la ducha y la gotas aún le resbalaban por su cuerpo, no era la primera vez que le veía así pero me no pude evitar que se me cayera toda la ropa que llevaba en las manos.

– Yo... eh...perdón. – Me agaché rápidamente para coger mis cosas, pero mientras las recogía su mano agarró mi brazo y me levantó de nuevo.

Cameron me miraba fijamente, sus ojos reflejaban deseo y una sonrisa maliciosa se dibujó en su cara.

– ¿Te he dicho ya lo mucho que me pones? – Sin que pudiera responderle ni decirle nada agarró mi cintura pegándome a él y uniendo bruscamente su boca con la mía.

No me estaba besando como las otras veces, era un beso cargado de pasión dejándome claras todas sus intenciones. Separó su boca de la mía y bajó hasta mi cuello, empezó a succionar y sabía que me estaba marcando.

Volvió a atacar mi boca empujándome contra el mueble y pude notar que se estaba poniendo duro. Me levantó sentándome encima de la encimera, su erección rozaba mi entrepierna.

Atrapó mi labio inferior y lo mordió causando que se me escapara un leve gemido. Su mano se deslizó hasta mi cadera apretándola y empujándome más hacia él.

– Me vuelves loco Melody... – Sentía que estaba en el cielo, su contacto y sus besos causaban en mi algo que nunca había experimentado.

Rodeé con mis piernas su cadera y posé mis manos en su pelo haciendo más profundo el beso. Su mano volvió a subir deslizándose por dentro de mi camiseta.

Por mucho que lo estaba disfrutando y por mucho que quería seguir una voz en mi cabeza me dijo para. Aún no estaba preparada para ir más allá y por muy cómoda que me sintiera con Cameron no sentía que este fuera el momento.

Baje mis piernas de su cintura y me alejé un poco de él, Cameron pareció notarlo porque paró todo tipo de contacto.

– ¿Estás bien? – Clavé mi mirada en el suelo y en ese instante me entró miedo de que por no querer seguir pensará que era una zorra o una calientapollas. No es la primera vez que escucho a algún tío decir eso de una chica por no querer tener sexo.

– Es que... no quiero... – No pude acabar la frase, Cameron se separó de mi y me levantó la cabeza suavemente para que le mirara a los ojos.

– Ey, sabes que yo nunca te obligaría a hacer nada, ¿no? – Su voz parecía preocupada y sus ojos me transmitieron seguridad. – Melody, vamos a seguir tu ritmo. No quiero que hagas nada que no quieras hacer.

Al decir eso me cogió de la mano y me bajó del mueble e hizo algo que nunca pensé que Cameron Holt hiciese. Me acercó de nuevo a él y me dio un suave beso en la frente.

– Gracias. – No sabía que decir, la dulzura en las palabras de Cameron seguían resonando en mi mente y me sentí la persona más feliz del mundo.

– No tienes que darme las gracias, aunque ahora sería mejor si te vas porque creo que necesito otra ducha, pero esta vez fría. – No pude evitar sonrojarme y salí del baño, no sin antes recoger mi ropa del suelo.

Volví a la habitación y me tumbé en la cama pensando en todo lo que acababa de pasar. Los suaves labios de Cameron, sus mordiscos, sus caricias...

Ningún chico había llegado a transmitirme la confianza de Cameron, igual que nunca tuve la necesidad de tener contacto físico con nadie, hasta que le conocí.

Tenía diecisiete años y casi toda la gente de mi curso ya había perdido la virginidad. Las personas a veces se lo toman como una competición. Yo nunca he tenido prisa, siempre tuve muy claro que quería perderla con alguien especial y estar muy segura de querer hacerlo. Puede que a muchos les parezca una tontería pero para mi es importante. No quiero hacerlo con alguien que piense que soy un juguete sexual o con alguien que solo le importa su placer.

No sé cuánto tiempo estuve ahí tumbada pensando pero la puerta se abrió, Cameron entró en la habitación y se tumbó a mi lado.

– ¿Que tal estás? – Notaba que sus ojos verdes estaban clavado en mi pero yo no era capaz de mirarle así que fijé mi mirada en el techo.

– Bien... – No sé porque sentía que le debía una explicación pero no sabía cómo empezar. – Gracias por entenderme.

– Joder Melody no me tienes que agradecer nada, es lo que todos los tíos tienen que hacer. – Hubo una pausa y sabía que me iba a soltar una de sus preguntas. – Pero ¿te gustó? ¿Estuviste cómoda?

Una sonrisa tonta apareció en mi cara y noté como mis mejillas se volvían rojas. Tapé mi cara con las manos porque no quería que me viera así.

Cameron cogió mis manos y las apartó. – No te tiene que dar vergüenza, es algo natural.

En momentos como este se notaba la diferencia de edad entre nosotros, él había madurado y tenía confianza en si mismo, no le daba vergüenza hablar de estos temas y yo aún era una adolescente inexperta llena de inseguridades.

Saqué todas mis fuerzas e intenté dejar de lado mi timidez para responderle. Giré mi cabeza para mirarle directamente a los ojos y me sorprendió ver que me miraba con cariño.

– Si... claro que me gustó. – Una sonrisa apareció en su cara y con una de sus manos cogió un mechón de mi pelo y empezó a jugar con el. – Simplemente no estaba preparada para ir más allá.

– Está bien, ¿sabes que conmigo puedes hablar de lo que tú quieras no? – Asentí y nos quedamos mirándonos durante unos minutos.

Hoy me había dado cuenta que de verdad podía confiar en él y de que estaba segura a su lado. Cameron había calado fondo en mi y sabía que ahora ya no había marcha atrás.

***

¡Hola! Aunque tenga ocho exámenes que preparar no he podido resistirme a escribir un capítulo.

También quería agradeceros por las 30k lecturas, estoy flipando enserio. Empecé esta historia simplemente por el echo de pasármelo bien, después tuve un bajón y pensé en abandonarla pero estoy muy contenta de que no lo hiciera porque cada vez me enamoro más de Cameron y Melody.

Muchas gracias a todos los que leéis, votáis y comentáis. ¡Sois un amor!

Cuarentena con mi crushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora