Capítulo VI

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No nos considero malas personas, en aquel momento no creía en el bien ni en el mal, siempre pensé que eran conceptos creados para mantener a las personas a raya.

¿Quién definía que era bueno y que era malo?

La moral de las personas era fácil de distorsionar, susurrabas un poco en su oído, inicias con la confusión y luego, cuando esté dudando de sí mismo, metes en su cabeza lo que quieres que piense o lo que quieres que haga.

Las personas somos volubles, manipulables, pero solo si tenemos la mente débil. Para tener la mente débil, muchas veces, lo que hacemos es dejarnos llevar por la moral y la ética, por la culpa o por emociones que no valen la pena.

¿El amor? No lo subestimaria, muchas personas hacen locuras en nombre del amor pero ¿Es amor realmente? Pienso que nadie sabe lo que es el amor pero todos sabemos amar, después de todo se ama de distintas maneras.

Nunca dude del amor que siento por Nox y Nuriel, como tampoco dudo del amor que ellos me tienen a mí. Somos incondicionales, ellos conmigo y yo con ellos. Estoy segura que ni siquiera la muerte nos va a separar porque, lo que sea que nos esté esperando después, sé con certeza que lo enfrentaremos juntos.

Habíamos causado mucho desastre, muertes por doquier. Cada tres noticias que salían, dos eran muertos nuestros. La policía era completamente inepta, estábamos en sus narices pero no nos encontraban. Jugamos con ellos, dejábamos notas o pistas, algunas falsas y otras reales, pero nunca pudieron dar con nosotros.

Empezamos a trabajar y vivir de las muertes, sicarios, por así decirlo. Ganamos mucho dinero, Nox se encargó de los gastos y de los ahorros. Si antes me trataban como reina, cuando empezamos a tener más dinero fui tratada como una maldita emperatriz.

Nos hicimos respetados en el bajo mundo, la mayoría nos conocía ya sea por nuestros nombres o por nuestro trabajo. Realmente no me enorgullezco de algunas muertes que tengo encima, pero no me arrepiento.

Fue cuando acabamos de mudarnos, Nox recibió una llamada a penas nos sentamos en el nuevo sofá de la nueva sala.

—¿Quién es? —Preguntó su hermano.

—Gustav —Suspiró y se puso de pie, atendiendo el llamado mientras se alejaba.

Gustav Becker, narcotraficante no muy famoso pero sí muy adinerado y con muchos enemigos cerca. Fue el hombre que más nos contrató y con el que más tiempo trabajamos.

Gustav me sacaba dos cabezas de altura, no estaba en forma pero tampoco tenía sobrepeso. Su cabello era negro con algunas canas, ojos color ámbar que se protegían detrás de unos anteojos. Construyó una relación de confianza con nosotros, nos supo ganar y se volvió un poco cercano; incluso conocí a sus hijas pero ese no es el punto, pero está conectado.

Luego de dos horas Nox volvió a la sala, donde ahora yo me encontraba sentada encima de Nuriel. Dato que no tiene relevancia alguna, Nuriel siempre me hacía sentar en sus piernas y me abrazaba en la cintura mientras ponía su cabeza en el espacio que hay entre mis clavículas y mi cuello.

—Secuestraron a una de las hijas de Gustav —Dijo Nox, irrumpiendo nuestra tranquilidad.

—¿Cuál de ellas? —Preguntó en un susurro Nuriel, sin mirar a su hermano.

—La más pequeña —Nox se dejó caer en el lugar al lado de nosotros.

—¿Sahir? —Pregunté.

—Así es, ya tienen todos los datos de quién la secuestró.

—Entonces... ¿Qué quería Gustav?

—Que salvemos a su hija y matemos a esos imbéciles.

—¿Cuándo? —Nuriel preguntó sin interés alguno.

—Me enviara toda la información que necesitamos en unas horas, luego planearemos —Miro a Nuriel— que hacer y cuando tengamos todo listo, creo yo en unos —Movió su cabeza, pensando—... dos días, nos pondremos en marcha.

—¿Qué cenaremos? —Cambie de tema, los dos me miraron con una sonrisa.

La pobre niña estuvo una semana siendo torturada, a penas le daban agua o alguna cosa que comer, además de que la quemaron apagando sus cigarrillos en su cuerpo, la golpearon dejando moretones enormes e incluso tenía algunas cortadas.

Todo eso lo supimos gracias a las fotos que le mandaron a Gustav, para jactarse de su "victoria". Tenían planeado matarla pero no habían especificado cuando, por lo que tuvimos que actuar rápido.

Nos preparamos para atacar durante la madrugada, yo me encargué de coquetear con uno de los hombres que trabajaban para la persona que secuestró a Sahir, fue bastante fácil sacarle los horarios de los guardias. Nuriel se infiltró como el nuevo chef y se encargó de investigar dónde estaba la niña.

Nox y yo estábamos esperando afuera del lugar, en medio de la oscuridad.

—¿Qué hacemos si la mataron?

—Matamos a todos menos al jefe, lo llevamos con Gustav y él decide que se hace con ese idiota —Se encogió de hombros.

—¿Y si sigue viva?

—Matamos a todos —Me sonrió.

Alrededor de las cuatro y veinte de la mañana sucedió el cambio de guardia, esperamos al pequeño minuto en el que no había nadie y entramos. Nos escabullimos hasta la habitación en la que estaba Nuriel, quien nos había dado un plano de todo el lugar y había dejado abierta su ventana para que pudiéramos entrar.

En cuanto estuvimos los tres juntos Nuriel se acercó a mí y me besó.

—Para la suerte —Susurró en mis labios.

Nox lo golpeó en la nuca, cosa que me hizo reír.

—Ya, dejen de jugar y vamos por lo que vinimos —Los regañé.

—Sí, señora —Se burló Nox.

Dentro del lugar no había muchos guardias, tal vez eran unos tres en cada piso. Estábamos en el primer piso, debíamos bajar al sótano por lo que no estábamos muy lejos.

En silencio, con la oscuridad rodeandonos, caminábamos sigilosos. Nuriel iba adelante, luego yo y al final Nox.

El primer hombre que encontramos murió a manos de Nox, le cortó la yugular.

Luego de eso conseguimos bajar y llegar hasta la niña, quien no tenía vigilancia, estaba en un estado deplorable. Desnutrida, con moretones, quemaduras y sangre seca.

Nox la cargo y volvimos a salir, esta vez Nox iba segundo y yo atrás.

El segundo hombre lo encontramos cuando estábamos a punto de salir del lugar, Nuriel lo mató a golpes.

Cuando la niña estuvo en el auto, segura, volvimos a entrar.

Nos separamos. Nox bajo al sótano para cortar la electricidad, Nuriel fue al segundo piso para encargarse de los hombres que quedaban y así llamar la atención de los que estaban afuera, para que entrarán dentro. Yo me encargué de buscar el lugar perfecto para poner la pequeña sorpresa que habíamos llevado, una bomba.

Las puse en las paredes, una en cada habitación, una en cada columna. Cuando el primer piso estuvo lleno me encargue del segundo, mientras los idiotas buscaban a Nuriel en medio de la oscuridad.

Teníamos un tiempo establecido, diez minutos. Antes de que el límite pasara ya nos encontrábamos afuera, cerramos por completo el lugar dejando sin escape a los que estaban dentro.

Uno, dos, tres segundos después y todo explotó, algunas cosas incluso volaron, lo que quedó de incendio. Absolutamente todos murieron, ya sea en el acto o luego de sufrir por el fuego o aplastados.

—Otra gran portada de noticias —Dijo Nox a mi lado, abrazando mis hombros con un brazo.

La vida de Lilith (Borrador)Where stories live. Discover now