Capítulo XIV

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Nox y Nuriel estaban vistiéndose frente a mí, habían armas de todo tipo desparramadas por la cama mientras que ellos se preparaban.

El día de nuestro gran trabajo había llegado por fin. Eran alrededor de las cuatro de la mañana, en una hora saldríamos en dirección a la casa de campo del presidente, que es donde se quedó aquel día.

Luego de investigarlo descubrimos, no solo que le era infiel a su esposa sino que, veía a aquella mujer todos los jueves. Solo un guardaespaldas lo acompañaba a la casa de campo que tenía, a escondidas de su esposa, dicha casa era donde vivía su querida amante.

Según sus horarios, que yo tenía en las manos, se iría de esa casa a las siete de la mañana para dirigirse a la oficina presidencial, y el muy idiota haría todo ese trayecto con solo un guardaespaldas y un chófer.

—¿Nerviosos? —Entró Allan a la habitación, sin siquiera tocar la puerta antes.

—Ya estamos acostumbrados —Respondió de forma cortante Nuriel.

—Sería mejor que golpearas la puerta antes de entrar —Le aconsejo Nox.

—¿Podrías dejarnos a solas? —Lo interrumpí antes de que pudiera hablar.

Él nos miró, uno por uno, y cada uno de nosotros le dio una mirada seria. No estábamos bromeando. Cada vez que estábamos a punto de ir por alguien nos lo tomábamos en serio, debíamos estar en tranquilidad y solos nosotros tres.

Allan asintió y se fue sin poner mucha resistencia, pero mirándonos como si fuéramos tres bichos raros.

—Cuando nos paguen nos largamos.

—No tenías que decirlo, no quiero quedarme aquí ni un segundo más —Respondió Nuriel a su hermano.

—Tendremos que irnos a otra ciudad, no quiero volver a ver a estos idiotas —Miré a Nox— ¿Cuál era el lugar al que siempre quisiste ir? —Él me sonrió.

—Me gustan los bosques —Sus ojos brillaron con anhelo—, siempre quise, al menos, visitar el bosque.

—¿Qué les parece irnos a vivir a algún pueblo en algún bosque? —Sugerí con una sonrisa.

—Me parece perfecto, después de todo ya pudimos conocer la playa —Nuriel miró a su hermano con una sonrisa.

—No hagan que me ponga sentimental, par de idiotas.

—¡Vamos, un abrazo! —Gritó Nuriel.

—No, cierra la boca y ya terminemos de prepararnos así nos podemos poner en marcha.

—Amargado —Susurré y Nox me saco la lengua— ¡Que maduro!

En silencio, terminamos de preparar todo. Nox charló con Noah algunas cosas sobre que hacer luego de tener en nuestras manos al presidente mientras que Nuriel hablaba con Carlo sobre el armamento que llevaríamos.

¿Saben? El destino me parece algo muy curioso y divertido, a su manera. Fue el destino lo que me unió a Nox y Nuriel en primer lugar y, al final, también fue el destino lo que nos separó.

De todas formas, no solo fue el destino. También fue todas las series de decisiones que nos llevaron a las distintas situaciones hasta terminar así.

—¿Nerviosa? —La voz de Blaise se robó mi atención.

—Solo los novatos se ponen nerviosos, pequeño Valente.

—Suenas como la abuela Meredith —Frunció el ceño.

—Entonces tu abuela Meredith es muy inteligente, deberías aprender de ella y no ser tan cobarde.

—Estoy tratando de ser bueno, ¿Sabes?

La vida de Lilith (Borrador)Where stories live. Discover now