Uriel esta vivo

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Hoy es sábado una semana para la fiesta de día de gracias.

El clima es el mejor de todo el mes, salió el sol y no hay tanto viento.

-¿No venden comida en los juegos?.-pregunta Anders mirando a su alrededor. Estamos sentados observando el partido de football el penúltimo de la temporada de la escuela a que la asisten.

-Si, si fuera profesional.-dice sarcástico Shawn. Sus manos las frota y guarda en su chamarra.-¡Ese es Sam!.-señala en la cancha a Sam, trae puesto el casco blanco del equipo y una camisa azul con el número 78. Las porristas empiezan a bailar en pequeñas faldas animando al equipo e invitan a la gente a aplaudir con ellas.

Bailee llega de estar en los vestidores de hombres con Shawn, escondo mis ojos en la gorra de frío de Xavier que olvido en mi Jeep. No quiero ver los colores influenciados por las hormonas de los adolescentes, la única razón que vine fue porque tuve un fuerte presentimiento de que algo iba a salir mal con Chris.

El vacío en mi estómago se mantiene constante con pulsadas de dolor hasta la mitad del juego. Muevo el gorro de mi cabeza descubriendo mis ojos, miro a mi izquierda dónde están los estudiantes de Connor menor Ed y agradezco que nadie me ha molestado, parecen muy entretenidos en el partido, busco entre la multitud con el radar de mi vientre.

Mis ojos en la cancha encuentran los de Chris, terminó el medio tiempo. Entrecierra sus ojos, abre su boca pero uno de sus compañeros pega su hombro contra el de él, Chris se enfoca en el juego y cuando vuelve a buscar mi mirada yo estoy mirando el tablero, van ganando.

El grupo a mi lado buscan una mirada, una palabra invitados para hablar conmigo. En lugar de eso espero ansiosa a que termine el partido y las porras, me levanto cuando todos entran a vestidores.

-¿Adónde vas?.-pregunta Bailee.

-Voy a visitar a Chris.-digo.

Busco los vestidores de hombres entrando al del otro equipo, regreso por mis pasos y ellos estaban junto una reja con una manta que anima al equipo. Hay adolescentes con toallas alrededor de su cintura y otros bebiendo. Voy a duchas y me pego contra la pared sintiendo un fuerte dolor que llena mi cuerpo, esta en apuros Chris.

Las regaderas están ocupadas, camino más atrás viendo un letrero que dice "en renovación". Más regaderas. El lavabo de cerámica está quebrado, Chris está en el piso con la gigante mano de James en su cuello y la otra en su abdomen entrando a sus intestinos. No hay ruido así que nadie vino a ayudar, hay signos de pelea pero James llegó primero a su cuello.

-James, ¿qué haces vivo?.-lo llamo, lo distraigo para soltar el cuello de Chris, levanta sus ojos locos. Sus colores son más obscuros está vez. Corro detrás de él y trueno su cuello como Chris me ayudo aquella vez.-De nada.

Chris se mantiene en el piso con un agujero en su abdomen, la recuperación de tejidos no es instantánea como esperaba. Bajo mis manos del cuello del loco de James.

-Tú debes ser su cómplice.-habla James con el cuello tronado, abro mi boca y esa pequeña distracción hace que él me jale y arroje contra la pared. Los huesos de mi cuerpo truenan por la fuerza, mi cabeza choca una y otra vez para su propia diversión en mi sufrimiento. Uso este espacio de sufrimiento para pensar en mis siguientes movimientos, no hay posibilidad que Chris pueda recuperarse para ayudarme. Mis gafas caen y él detiene.-Tan hermosos ojos desperdiciados.-se ríe.

Mi sangre hierve por su risa, puedo tocarlo y eliminarlo para siempre pero daría mi identidad.

Suelto un grito de rabia por no encontrar una solución tangible, arrojo un puño contra su cara tronando su cuello pero vuelve a recuperarse.

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora