Mi preferido

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Salgo del baño y reviso mi celular, son las 8 de la noche. Georgie me rechazó en la tarde y por lo tanto Susan me trajo a la casa después de que la tarta estuviera lista como una técnica para que sea de nuevo invitada a una cita.

Suena la puerta, uso un cubrebocas para taparme el moretón y bajo las escaleras al escuchar la insistencia de la puerta. Abro la puerta con mis esperanzas altas, volteo los ojos hacia mi misma sin creer que esperé ver a Mikael o Uriel.

-Toma.-dice la mujer enfrente de mí, me mira inferior y entrega una carta blanca con un sello rojo. Sus colores son de envidia, ella desea la carta y eso me hace aceptarla. El sello tiene la forma de un ojo, tallo mi ceja y rompo el sello distinguiendo un perfume de lotos azules combinado con mirra.

Cierro mis ojos dejando que los aromas me lleven a mis memorias del pasado.

-¿Qui..Quién es?.-Susan baja las escaleras con una bata puesta. Mira la puerta y después a mi.-Anne, no puedes mostrar tus ropajes para dormir a los demás, ten más decencia y respeto.-llama mi atención.

-Bien dicho.-la señora cierra la puerta.

Le enseño a Susan la carta. Sus labios los frunce y su nariz la arruga en rechazo a la carta.

-Mañana al medio día te marchas de la casa y visitas a tu abuela.-dice ella. Es sorprendente, es una buen mujer después de todo y sus colores de preocupación lo demuestran.-Tus maletas las quiero en la puerta. ¿¡Crees qué voy a soportar tu subordinación?!, me retas con la mirada y actos. ¡Hash!.-se da media vuelta y sube por las escaleras.

Aun así voy hacer la visita nocturna, subo a mi cuarto dejando la carta en mi maleta y recojo todo mi cabello para salir por la ventana. El impacto de mis pies es fuerte contra el pavimento pero no hago ruido, corro hasta la casa del jefe y rodeo la calle mirando la casa por detrás, su casa está en una esquina y es la única de color amarillo hasta el techo. Tiene una puerta en su jardín, lo que lo hacen dos salidas, con las ventanas son 13 salidas.

Veo varios carros en fila a lo lejos y corro para regresar a mi cuarto. Lavo mis pies, mis manos y cara pensando en dormir pero mi inquietud no me deja.

-¡Anne!.-grita Susan. Abre la puerta del cuarto y mira con desaprobación que esté dibujando.-Si estás dispuesta a madrugar, barre el cuarto y limpia la ropa.

Suelto un gruñido.

-¿Qué dijiste?.

-Estoy en eso.-digo. Cierro el cuaderno y tallo mis dedos en el vestido limpiando la tiza de los pasteles.

-Tienes hasta las doce y trae esas sabanas.-señala la cama y almohadas como si tuvieran tierra.

Traigo las sabanas conmigo al cuarto a un lado de la cocina para separar los vestidos por colores en las cargas de ropa. Si tuvieran una aspiradora sería más fácil, cada dos minutos debo limpiar la escoba con pelusas y pelos.

Visitas, Brett trae a su grupo de costura a la casa de Susan. Susan me culpa por eso con la mirada y colores, Brett pide té y yo lo debo preparar.

-¿Nos vas acompañar Anne?.-pregunta Brett, Susan me fuerza con la mirada a sentarme con ella. Suelto el trapeador y me uno a tejer con este grupo.

11:45am. Brett me regala las dos calcetas largas. Necesito maquillaje para tapar mis ojeras, las gafas ayudan a esconder mis ojos rojos, uso un pantalón de ejercicio negro y una chaqueta amarilla de cierre. Mi maleta y mochila las dejo a un lado de la puerta.

-Tía me voy.-digo, quiero controlar mis emociones e inquietud. Susan las ve porque apoya su mano en mi hombro.-Anne la bandana, ¿dónde está?.-retiene aire mientras me señala. No menciona que me estoy sacudiendo.

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora