Ed libre

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Llego a la casa a las seis de la tarde. Elon está en el sofá leyendo, me siento a su lado a ver la televisión, se duerme mientras lee y cuando despierta le ofrezco de cenar, lo empujo a su cuarto y a limpiar la cocina por la cena que preparé.

Suena la puerta y checo la hora, lavo mis manos y abro la puerta encontrándome la cara familiar de Ed.

-Buenas noches.-saludo. Se queda en su lugar y cierro la puerta detrás de mí saliendo para saludarlo.-Hola Ed.-repito.

-Rory, entra.-baja sus ojos a sus manos, las extiende y las hace puños. Sus colores se tornan negros.-Quiero matarte.-pega su puño a un lado de mi cabeza. Abro mis ojos en sorpresa y mis dedos los presiono en su muñeca.

La nariz de Ed respira a la altura de mis labios. Retrocede arrepintiéndose de su cercanía.

-Ed deja de luchar.-pido al humano dentro de él. Me mira asustado por mis palabras, ha estado en una constante batalla contra esas voces por su apariencia física de cansancio.-Ed.

-No quiero regresar a esa obscuridad Rory.-sus ojos colores se llenan de miedo. ¿Lo vio?.

-Eres un luchador, ese pequeño rastro de alma..woow, no se supone que debías estar consciente.-digo, mi otra mano va a mis bolsillos traseros. La mano de Ed va sobre mi mano en mi bolsillo trasero, el control del cuerpo ya no lo tiene Ed. Me obliga a guardar mi celular.-Va a existir una luz si eso quieres, invoca a Jehova allí y habrá luz. Cuando hay obscuridad es porque te olvidas de pronunciar su nombre, Jehova, es cuando sabes que existe pero olvidas quien es, allí es cuando hay obscuridad.

-Rory.-cierra sus ojos. No lo había visto tan frágil. Abre sus ojos con sus pupilas dilatadas.-Rory, ¿Cuál es tu verdadero nombre Rory?.-la voz de Ed se engruesa cómo los machos en algunas aves, se hacen más graves para sonar atractivos y así conseguir una hembra.

Tuerzo su muñeca.

-Por eso quería que Ed se durmiera, él me agrada mucho para que sienta el dolor.-digo. Estoy cansada para esto, tenía contemplado irme a dormir después de limpiar.-Saliste porque nombre a Jehova, te obligué a presentarte.-tallo mi nariz.

-Ya nos presentamos.-levanta sus labios y vulgarmente saca su lengua. La cara de Ed se distorsiona y yo tengo la culpa de que él haya vivido preso estos días, seguimiento es lo que debí darle.

-Por supuesto tú estuviste detrás de eso.-pienso en el sobrio beso en el porche de la casa de Connor, el ego lastimado si fue de Ed pero el del plan maestro fue él.

-¿Quién eres?.-pregunta curioso.

-Tú te adheriste al alma de Ed, no eres tan inteligente para pensar en eso solo pero no me preocupo porque tu información recopilada morirá contigo esta noche.-digo decidida.

-Si te escucharas cómo yo lo hago humana, tienes experiencia para hacer pasar lo importante en casual. Que lino fino eres para hablar de una información que pocos conocen.-se zafa de mi mano y olfatea su muñeca.

-Estoy cansada.-aseguro. Otro día hubiera estado escuchándolo y pidiendo información del porque, pero hoy no, solo quiero que se largue.

-¿Qué?.

Levanto mi mano y con mi palma pego en su frente.

El cuerpo de Ed cae al piso pero la sombra que se pegó en el alma de Ed se queda parado. Una sombra negra con una silueta azul que enmarca su rango como rastreador.

Las luces parpadean y mi enojo crece. Se quiere escapar y no planeo usar mis alas.

Cierro mis ojos y extiendo mis manos.

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora