¡Eres mío! ¡Solo mío! [Blackice]

¡Deja de seguirme!

-Pov Narradora-

Jack había regresado al taller de Norte. Sus amigos habían preguntado si había tendido exito en su búsqueda y este solo había respondido con un"no".

Cómo aún era temprano para ir a visitar a Pitch, decidió pasar el rato en las afueras del taller de Norte.
Este jugaba con las Haditas, arrojandoles  pequeñísimas bolas de nieve, que más tarde ellas regresaban.

Claro que cuando podían se acercaban a Jack para besarlo lo más que pudieran.

-Pov Jack-

—¡Jack! —Conejo me llamaba desde muy lejos. Aparte la mirada, haciendo como si no lo hubiera escuchado.

Seguí jugando con las Haditas.
un agujero comenzó abrirse a unos centímetros del lugar en el que estábamos —. No me ignores cuando te hablé —tomo mis muñecas y las apretó ligeramente.

Las haditas se ocultaron detrás de mí al ver que Conejo estaba molesto.

Le mire con odió, tratando de desafanarme de él —Deja de actuar como idiota, asustas a las haditas — este me soltó. Sobe mis muñecas para aliviar el dolor.

—Necesito decirte algo.
Me aparte de él, ya que estar muy cerca de Conejo era peligroso o al menos para mí lo era.

Le mire antipático —.Si acepto escuchar lo que quieres decirme, deberás dejar de seguirme y sobre todo invadir mi espacio.
—Hecho —en un ademán les ordenó a las haditas dejarnos solos. En seguida se fueron volando de allí....con mis ganas de seguir vivo.

—Yo —titubeo, y yo solo espere a que hablara —. La razón por la que me interesa tanto saber dónde estas, con quién estás, es por qué.....te amo —su  confesión me dejó en shock. ¿Conejo me amaba?

Sacudí mi cabeza en negación.
—Tú no me amas...alguien que ama, no hiere o maltrata —la mirada de conejo reflejaba disgusto.

Se acercaba y yo me alejaba a cada paso que daba —. ¿Porque haces esto Jack? ¡acaso no sabes todo lo que hecho para que me quieras! —seguía acercándose a mí y yo solo podía retroceder.

No tenía mi bastón para salir volando. —Dijiste que dejarías de seguirme— tropecé con algo y en el preciso momento que caí sobre el suelo, sentí el pánico apoderándose de mi cuerpo. Conejo me miró con ferocidad.

—Sabes...yo quería hacer las cosas bien por órdenes de Norte —soltó un suspiro, manteniendo una risilla.
—Tendre que demostrarte que te amo y no tendrás más opción que aceptar mis sentimientos.

Me arrastre por la nieve, tratando de escapar —. Ni se te ocurra hacer algo —me sobresalte al sentir que tomó mi pie. Su mirada era diferente, reflejaba peligro para mí.

Comencé a patalear con el miedo desbordando —. ¡Suéltame! —tomó mi otro pie y comenzó a jalarme hacia él.
—Solo quiero demostrar cuanto amor puedo darte.

De un solo tirón, logro pocisionarme debajo de él, trate de quitarmelo de encima pero era muy pesado. Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, no quería que Conejo me tocará de ninguna forma.

Trato de besarme —. ¡Basta! —le aparte con mi antebrazo, trataba de estirarme lo más que podía para que no me besará.

Tomo mis brazos, colocándolos sobre mi cabeza —. Por favor Conejo...para —rompí en llanto al ver que esto en realidad estaba pasando.

—¡Conejo! —los demás habían llegado.

Los ojos de Conejo volvieron a la normalidad —. Lo siento Jack —me soltó, apartándose de mí.
Hada se acercó para auxiliarme.
—Hada —me lance hacia ella buscando sentirme seguro.
Me abrazo fuerte —. Las haditas nos avisaron que estabas aquí.

—¡Vamos Conejo —Norte se había llevado a Conejo de allí.
Conejo trato de acercarse, pero Hada lo empujó —No vuelvas a acercarte  él.

El retrocedió y se fue con Norte.
Hada ayudo a levantarme, me llevo hasta el cuartel. Lo primero que hice fue buscar mi bastón, este estaba escondido entre el gran árbol de navidad que tenía Norte.
Hada me miro extrañada —. ¿Tu lo dejaste allí?

Negué en una mueca —. No pude encontrarlo en la mañana.
—Tendremos que llegar al fondo de esto.

Hada trato de llevarme a descansar, pero yo le dije que tenía que seguir buscando a Pitch. No muy convencida me dejó ir.
—Por favor..cuidate —su tono sonaba muy protector.
—No te preocupes, ahora que tengo este bebé en mis manos, no podrá pasarme nada.

Me sonrió un poco más calmada.
—Nos vemos luego, Hada —salí volando en dirección de Pitch.

Llegué más rápido de lo que pensé. Baje a la cabaña pero está estaba en total silenció y no se veían luces dentro.
Comencé a caminar hacia la cabaña. —¡Oye! no entres a mi hogar.

Venía del bosque, eso me hizo pensar que estaba tratando de ser recordado.
—¿Qué estabas haciendo? —se posó frente a mí, tomo mis muñecas y las miró —. Parece que alguien más se encargó de tu ardiente caso.

—Eres un idiota —soltó mis muñecas y comenzó a ir hacia la cabaña.
Le seguí, detrás suyo —. ¿Puedo entrar? —le mire con ternura para convencerlo.

Pitch me miro indiferente —. Como quieras, solo no hables, no toques nada y sobre todo mantente en tus cinco sentidos.
Le mire coqueto —. Tienes miedo de caer en mis encantos.

—No. Tú eres el que debería tener miedo de jugar en la oscuridad.
—Puedo acostumbrarme a estar siempre en ella...lo haría por tí —Pitch me miro con desconcierto —Me refiero a...descubrir tu pasado.

—Eso es algo que no quiero recordar.
Quedé en shock —. ¿Sabes que te paso? ¿porqué haces lo que hace?

su mirar reflejaba soledad y sufrimiento —. Solo diré que la razón tiene que ver con Sandy —comenzó a ser rodeado por polvo negro. Las pesadillas volvían a sentir su miedo.

—Ambos estamos pagando las consecuencias de errores del pasado —se detuvo, y me miro por encima del hombro —. Solo que él obtuvo la piedad que ambos mereciamos.