Solo mírame a mí

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-Pov Jack-

—¡Ana María! —grite fuerte para que me escuchara.
Ambos estábamos siendo arrastrados por el fuerte viento de invierno, avanzabamos con dificultad y a pasos pequeños.

—¡Jack! —apenas si pude escuchar a Hada, gire a verle.
¡Hada! —corri a ella. Más plumas se desprendieron de su cuerpo.

Debemos regresar —tome su mano y le ayude a ponerse de pie —. No puedes hacer nada en ese estado.

—No —nego abruptamente —. Los guardianes son un equipo ¿No? —alejo su mano y se abrazo asi misma —. Vamos, Jack...tenemos que encontrarla.

Avanzó y yo le seguí. Paseaba mi vista por todo el lugar, ya que según yo, el lugar donde la dejé debería ser este.

Seguí caminando, hasta que choque contra Hada.
Ella estaba inmóvil —. Hada —le llame, pero no respondió o movió un músculo.

Me acerque a ella y le mire con preocupación —. ¿Pasa algo? ¿Te duele algo?

Su labio inferior temblaba, sus pupilas estaban contraídas como en especie de Shock, fija en algún lugar de aquella tormenta de nieve.

—Hada —al ver que no respondió, seguí su mirada. Mis latidos se aceleraron causando un ataque de pánico.

Mi vista daba vueltas por el lugar, intentaba encontrar alguna explicación a lo que mis ojos veían.

La blanca nieve se había cubierto de un vivaz carmesí, el cuerpo de Ana había estado sangrando tanto que logro teñir la nieve con tal color.

No sabía si estaba muerta o no, pero si ella estaba aquí, significaba que Conejo no estaría lejos.

Mire de reojo a Hada, ella mantenía la mirada en la grotesca imagen.

Me lance a ella, cubrí su rostro en mi pecho —. Por favor no mires.
Apretó entre sus manos mi polera —. ¿Q--que  pa--paso?

—No lo sé —me di la vuelta junto con ella —. Pero debemos irnos. Luego volveré por ella.
Ambos estábamos marchando cuando escuchamos un crujir.

Volteamos y nos echamos al suelo lo más rápido que pudimos —. Ja--ck
—Shhh —susurre para que se callará.

Tapo su boca con ambas manos —. Parece que nos vio —hable lo más bajo que pude.

El fuerte viento y la oleada de nieve nos habían salvado la vida a ambos, Conejo no podía vernos y todo era gracias a ella.

—¿Pero que hace? —pregunto con voz trastornada.
Me mantuve centrado en los movimientos que hiciera. Estábamos en graves problemas y esta vez nadie vendría a salvarnos.

Mira lo que hiciste maldita perra —ambos nos congelamos —. No dejare que te vayas completa.

Tomo por los cabellos a Ana, elevando su torso —. Ja —escucharla, me relajo y alegro al mismo tiempo —. Ha--ces mu--cha mierda para lo poco que  p--pujas.

Un ronco gruñido salió de conejo —. Ya lo veremos.
Su pata comenzó a componerse de polvo de pesadillas, con el formó un gran pico.

Lo elevó en el aire y obligo a Ana a verle a los ojos —. Salúdame a Pitch cuando lo veas.
Ana se carcajeo —. Eres pura mierda comparado con él.

—¡Ya deja de burlarte de mí —bajo su brazo con velocidad, el pico atravesó el cuello de Ana.
El cuerpo de Hada tembló por completo, mantenía su rostro escondido entre sus manos.

El cuerpo sin vida de Ana cayó al suelo, mientras que su cabeza colgaba entre los dedos de la pata de Conejo.
Al fin silenció —acerco la cabeza a su rostro —. Te lo advertí y no escuchaste.

Arrojó la cabeza por el aire, cayendo a mi lado.
Tape mi boca y retrocedí. Cerré los ojos e imite a Hada.

El viento arreció al mismo tiempo que la nieve aumentaba, el viento chocaba contra mis oídos; el ruido taladraba  en mi cabeza y la descontrolaba por completo.

¡Que mierda había visto! ¡No debí haberla abandonado! ¡Que haría Pitch si siguiera aquí! ¡Que haría Norte!

Solo falta él.
Abrí los ojos con pasmo. Levanté la mirada con temor e inseguridad.
Este ya se había ido y ni siquiera se había percatado de nuestra presencia.

Mire a un lado y gire rápidamente al ver la cabeza decapitada de Ana. La mirada en ella era tranquila, como si hubiera muerto de forma humana.

—¡Hada! —le removí con brusquedad —. ¡Debemos irnos! —esta negaba de forma exagerada —. ¡Irá tras ellos!

Elevó su cabeza e intento mirar detrás de mí —. ¡No! —tome su rostro entre mis manos —. ¡Solo mírame a mí ¿Si? —sus ojos se llenaron de lágrimas que pronto desbordaron la línea.

Solo mírame a mí —le sonreí y ella me miro con poca confianza.
Okey —hablo con voz temblorosa.

Apreté los labios y la acerque a mi pecho —. Se que estás débil, así que te cargaré ¿De acuerdo?

Asintió mientras limpiaba las lágrimas en su rostro. 
Me puse de pie junto con ella, evitando que despegará su rostro de mi pecho.

Pase mi mano por su nuca y pase la otra por detrás de sus glúteos —. Perdona si es incómodo.
—Yo entiendo.
La hice subir en un brinquito —. ¿Estás cómoda?

—Acaso importa —hablo con pocas esperanzas.
Acaricié sus suaves plumas con mi pulgar —. Todo estará bien...solo debo darme prisa.

Di el primer paso, el segundo, tercero... hasta que reuní las fuerzas y me eche a correr. La vida de mi familia dependía de mí, y ya estaba cansado de fingir que no.

¡Eres mío! ¡Solo mío! [Blackice]Where stories live. Discover now