¿Escucharias mi petición?

659 72 2
                                    

-Pov Jack-

Ambos estábamos dentro de la cabaña, Pitch estaba calmado pero pensativo.

Le observaba con los codos apoyados sobre la mesa, sosteniendo mi cabeza. De verdad quería saber qué diablos estaba pensando.

Jack —levante la cabeza con interés en lo que iba a decir —. Co-como sigues de aquí —apunto su cuello.

Mira tú mismo —hice a un lado mi capucha y le mostré las marcas que apenas comenzaban a cicatrizar.
Bajo la mirada con pena —. Hubiera querido evitarlo.

Una idea se vino a mi mente —. Sabes, dolió mucho cuando lo hizo —le mostré una cara de dolor.

Basta Jack —aparto la vista —. Se lo que haces y no va a funcionar.
—Pero —hice puchero —. Dijiste que harías lo que te pidiera.

Movió sus ojos de un lado a otro —. ¿Que es lo que tienes en mente?
Sonreí victorioso —. ¿Escucharas mi petición?

-Pov Pitch-

La cama crujía hasta el punto de ser vergonzoso —. ~Jack~ —mi voz era agitada. El beso de Jack era salvaje y necesitado.
Cambiaste de idea.
—No —respondí con vergüenza —. Y- yo no...

Volvió a besarme con pasión. Coloqué mis manos sobre su pecho e intenté apartarlo solo un poco.
Sujeto ambas manos encima de mi cabeza —. No puedes hacer eso.

Chasque la lengua con molestia —. Mierda, tú no dijiste nada de esto.
—Tampoco te lo iba a explicar a detalle ¿O sí?

Continúo restregando su miembro erecto en medio de mis piernas —. ~Jack~

E-espera —su voz se entrecortaba por lo excitado que se veía.
Ver su cara me llenaba de satisfacción, esto era jodidamente vergonzoso; pero si a él le gustaba, para mí era suficiente.

Unos cuantos gemidos escaparon de sus labios antes de correrse dentro de sus pantalones.

Soltó mis muñecas, así que reincorpore mi cuerpo sobre la cama.
—¡Ah no! —volvio a recostarme —. Aún no terminó.

Abrió por completo mis piernas, exponiendo todo allá abajo —Pero que gran vista.

Se coloco en medio de ellas —. ¿N-no es t-todo lo que querías?
Negó con una sonrisa hambrienta de más.

Me temo que no —acaricio mi miembro con su mano —. Yo también quiero sentir lo mismo que sentiste.
P-pero...

—Shhh —susurro entre mis labios —. Prometo ser cuidadoso.
—Bien. Tú ganas.

Me sonrió seductor —. Mira y no pierdas detalle.
Llevo dos de sus dedos a su boca y comenzó a lamerlos como si se tratarán de un dulce.

Mis mejillas ardían al ser testigo de las fuertes acciones que me mostraba Jack sin vergüenza alguna.

Mira —me mostró sus dedos —. Los llene de mí.
Mi rostro entero ardio de vergüenza —. Creo que m-mejor otro d-dia.

Me beso impulsivamente, me deje doblegar ya que era bastante bueno.
Me sorprendió sentir la invasión de su lengua en mi boca.

—~Jack~ —apenas si pude decirlo bien, su lengua se movía como le placía demandando llegar más profundo.

—~Ahh~ —deje escapar un alarido al sentir la presión de sus dedos allí abajo.
Se aparto unos centímetros y me vio directo a los ojos —. Tranquilo.

Su dulce voz logro tranquilizarme un poco.
Ya casi entran —mire hacia otro lado al sentir más presión.

Jack repartió besitos por todo mi cuello —. Ya casi entran.
~Aaahh~ —gemí de dolor —. ~No~ —negué repetidas veces.

Por favor, Pitcharque mi espalda al sentir que movió sus dedos dentro de mí.
~No pares~ —le pedí  con poco disfrute.
Sus dedos comenzaron a simular embestidas, yo solo podía apretar los labios para evitar soltar ruidos vergonzosos.

Mi agujero estaba siendo estirado y embestido por los dedos de Jack. El dolor se había convertido en una sensación de ardor, mentiría si dijera que no se sentía bien, pero sus dedos no eran nada a comparación del tamaño de su pene.

Estaba seguro que media al menos 15 cm x 4.5 de grosor.
Mis medidas eran 17. 5 x 4.7 de grosor.

Estaba seguro que la diferencia de tamaño no importaba para un primerizo, nunca había tenido nada allá atrás y dolería sin importar que solo fueran 5 jodidos centímetros.

Tantas mediciones me revolvieron la cabeza.
Pitch
—¿Si?
—Voy a entrar.

Ni siquiera vi en qué momento se quitó la ropa, quedando completamente desnudo.

El miedo me hizo apartarlo. Me di la vuelta dispuesto a salir huyendo de allí.
Mis pesadillas se entrelazaron en mis brazos, abdomen y muslos, llevándome hacía atrás, antes de poder bajar un solo pie de la cama.

Mire de reojo a Jack —. ¿Pero que?
Este me sonrió pícaro —. Parece que tus pesadillas me pertenecen al igual que su dueño—lamió su labio inferior de forma sexy. 

—¡Jodido mocoso!
Me tenía a su merced, mi espalda estaba tan arqueada que mi culo se mantenía muy arriba en el aire.

—Pero mira que lindo.
Me dio una gran nalgada que resonó en la habitación.
—~¡Aaahhh!~ más te vale hacerlo bien o s...

—~Jaaackintrodujo su pene de una sola estocada. No sé cómo, pero mi espalda se arqueo aún más de lo que ya estaba.

Te gusta —tomo mis glúteos y los abrió hacía los lados, exponiendo mi entrada —. Deberías ver lo hermoso que se ve mi polla dentro de tí.

~Aaahh~ ~ma-maldito~ ~m-mocoso~ —cubrí mi rostro entre las sábanas.
El pene de Jack seguía entrando y saliendo de manera rápida, pero placentera.

~Mmm~ —su polla me tenía loco, cada vez que entraba era tan —. ~Aahh~ —mordió mi hombro tan fuerte que logro hacerme correr.

—Y-ya te corriste —hablo entre jadeos —. ¿Dejas que lo haga en tí?
Asentí con timidez.
Ve —le vi de reojo —. Tú trasero se restriega contra mí vulgarmente.

—Y-ya vi-ene Pitchdio unas cuantas embestidas para terminar corriéndose en mi interior —. ~¡Aaaahhh!~

Contraje mis glúteos al sentir mi interior tan lleno y a la vez tan cálido.

Saco su pene de mi aún chorreante de semen —. Si que te contuviste.
Bajo la mirada apenado —. Yo no quise lastimarte.

Apunto mi hombro cubierto de sangre por la mordida que me había dado.
Ambos nos dimos la espalda —. Toma —me extendió la mano ofreciendo un pañuelo.

Gracias —lo tome y coloqué sobre la herida —. No es para tanto, ni siquiera duele.
Una risilla escapó de sus labios —. Eres un idiota.

Se abalanzó contra mí —. ¿Te gustó? —me cuestiono lleno de ilusión.
Lo pensé y este me agitó —. Se sincero, de eso depende mi autoestima.

Le recosté sobre la cama —. Solo lo diré una vez —mis mejillas se calentaron —. Volvería a dejar que me jodieras con esa rica polla tuya.

Su rostro se iluminó —. Pero eso no quiere decir que siempre seré el jodido.
Hizo puchero —. No importa, también me encanta ser jodido por tí.

Ambos miramos el techo de la habitación —. Sabes, me gustó cuando apretaste mi polla.
Sonreí satisfecho —. Sabía que te gustaría.

¡Eres mío! ¡Solo mío! [Blackice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora