¡Eres mío! ¡Solo mío! [Blackice]

Todo está perdido

-Pov Narradora-

—¡Qué diablos! —Sandy salto de su asiento, ante el repentino despertar de Hada.

Desorientada, pasó su vista por toda la habitación —. ¿Qué está pasando? —sus ojos se abrieron al ver a su querido amigo herido.

—¡Qué está pasando! —alterada, se puso de pie y corrió a él —. ¡Dime qué está pasando!

El pobre Sandy negaba con vergüenza, ni él sabía qué carajos pasaba con exactitud.
—¿Fue Pitch? —su pregunta reflejaba temor.

Sandy negó bruscamente. Hada le miro confundida —. No me digas que...
El pequeño asintió con dolor.
Recargo su cara sobre el pecho de Norte —. Estamos perdidos.

Sandy se acercó y tomo su mano. Con su índice negó; formando un copo sobre su cabeza.
—Jack, ¿Te refieres a Jack.
Este asintió.

Ambos fijaron la mirada en su amigo herido —. Tendremos que hacer esto solos, Sandy.
Ambos se sonrieron —. Pero antes, debemos ir por esa persona.

-Pov Jack-

Cada vez me era más difícil avanzar. El cuerpo de Pitch era muy pesado para mí y por si fuera poco, venía huyendo del cabron de Conejo.

Está era la tercera vez que me detenía a revisar el estado de Pitch.
No estaba respirando, pero la esperanza de que viviera; permanecía en mi corazón.

Con cuidado, lo deje sobre el suelo —. Solo aguanta un poco más —tome sus mejillas y lo bese repetidas veces —. Si querías darme una lección, para ya...ya entendí.

Sin respuesta, apreté los labios, recargando mi frente en la suya —. Solo abre los ojos. Si lo haces, haré lo que quieras.

Nada...
Mi esperanza flaqueó al ver que seguía sin signos de vida. Destrozado, me aleje un poco —. Prometo que no te dejare. No importa si no respondes ¡No te abandonaré!

Estaba en mi límite, no tenía idea del paradero de Conejo, no tenía mi bastón y sin el no era nada.

Quería echarme a llorar, la situación era extrema y no tenía la ayuda de un adulto.
Adulto... sonreí incrédulo —. Que cruel situación para darme cuenta de ello.

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* ADVERTENCIA*
El siguiente contenido puede llegar a ser sensible para ciertas personas.
Lee bajo tu propia responsabilidad.

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—¿Donde estás, Jack?
¡Mierda¡ Eso se escuchó muy cerca de nosotros.
Sin perder tiempo, tape a Pitch con la fresca nieve del suelo.

—¡Ahí estás! —voltee con terror.
Este venía corriendo en mi dirección.
Volví la mirada a Pitch —. ¡Mierda! —trataba de terminar lo que hacía.

—¡Agh! —un impacto me inclinó hacía delante.
—Pero que tenemos aquí —con una mano, llevo mi torso al suelo y con la otra levanto mis caderas.

—¿Qué planeas hacer con el cuerpo de un muerto —emitió una risa escalofriante —. De verdad eres un jodido pervertido.

—¡Suéltame! —forceje, pero este apretó con más fuerza —. ¡Déjame en paz! ¡Ya tienes lo que querías!

Abrí los ojos al sentir su mano en mi trasero —. No todo —acaricio mi glúteo y dió una nalgada —. Mereces ser castigado.

Tiro de mi cabello, reincorporandome entre sus piernas.
Levantó mi cabeza y me sonrió —. Que tal si intentamos que funcione.

Mi piel se erizo. Mi cuerpo temblaba sin parar —. Por favor —mi voz temblaba —. No hagas esto.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas. El rostro de Conejo mostraba excitación —. Adoró verte suplicar —tomo mis manos detrás de mi espalda —. Pero qué crees, verte así solo me dan más deseos de poseerte.

—¡No por...
Su asquerosa lengua entro a mi boca, está se paseaba por todo su interior.
Daba pequeños quejidos y una que otra arcada por el asco que sentía.

Cerré los ojos e intenté pensar en otra cosa. Un toque en mi entrepierna hizo que me sobresaltara.

—Te gusta verdad.
Intente safarme, pero era inútil; me tenía sometido y no podía hacer nada para liberarme.

El ruido de la cremallera de mi pantalón marco mi horrible destino.
Todo estaba perdido, mi dignidad, mi amor, todo.

—¡Hijo de puta! —una fuerte ráfaga de viento, golpeó mi rostro.

Abrí los ojos al sentir que era libre.
Estaba agradecido —¡De verdad te lo agradezco! —me eche a llorar —. Si no fuera por usted yo...

Ella me tomó en sus brazos —. Shhh...ya estás a salvo.
Me aferré a su cuerpo como si se tratase de vida o muerte —. Cruzaste la línea, y ahora lo pagarás...