Capitulo 4

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La misión fue exigente y perdimos a uno de los nuestros, realmente fue difícil. Joe que había dado las condolencias a la familia apenas aterrizamos en la isla, no pude evitar imaginarme a Danny en esa situación, porque si, ella es mi contacto de emergencia y en caso de que alguna misión salga mal es a ella a la que informaran. Solo me imagine a ella recibiendo la fatídica noticia en la puerta de su casa, haciéndose la fuerte frente a los oficiales y en el momento de cerrar la puerta colapsar de golpe en el frio suelo, llorando a todo pulmón y maldiciéndome por no cumplir mi promesa. Me la imagino rompiéndose en miles de pedazos y yo sin poder recogerlos para repararla, se que de esa le costaría demasiado salir, pero lo lograría, ella es la persona mas fuerte que he llegado a conocer en mi vida.

Apenas se me autorizo en retirarme le rogué a Joe que me llevara donde Danny, no podía evitar imaginarme que ella está mal -aunque es solo mi imaginación- y no estaré tranquilo hasta tenerla en mis brazos y aspirar su dulce olor, ese que logra calmarme y se lo que piensan, pero yo no estoy enamorado de Danny. Lo que siento por Danny es de amistad, es mucho más grande de lo que siento por Kono, pero es de esperarse, estoy mas unido a Danny que a ella. Me quede en silencio todo el trayecto, estaba ansioso por verla y por ver a Grace, quería ver como me enseñaba la tabla de surf -fingiría sorpresa- que yo mismo le mande a hacer hace unas semanas, de esa forma lograría que Danny saliera de su casa y estuviera en la playa con nosotros.

— Gracias Joe — Le golpee el hombro cuando el auto se detuvo. Me baje rápidamente y tome mi maleta con una mano, cerré la puerta de inmediato.

— Saluda a Danny de mi parte — Se despidió Joe antes de encender el auto.

Asentí y camine -más bien corrí- hasta la puerta de la casa de Danny, timbre apenas llegue a la puerta y me apoye en el marco. Espere unos segundos antes de que la puerta se abriera y mostrara a una somnolienta Grace, ella se tallaba su ojo y bostezo un poco antes de fijarse de quien se trataba.

— ¿No es muy temprano para que estés despierta, Grace? — Pregunte serio, aunque con una sonrisa. Apenas eran las siete de la mañana del 3 de enero.

La pequeña abrió sus ojos con una sonrisa, antes de que me diera cuenta ya estaba en mis brazos realmente feliz de verme y yo estaba feliz de verla a ella.

— ¡Tío Steve! — Su voz estaba cargada de energía. La acomode en mis brazos antes de darle un beso en la mejilla en forma de saludo — ¡Estas aquí!

Me encantaba verla tan feliz, asentí ante su emoción, pero puse un dedo en mis labios para que guardara silencio y ella lo entendió. Con mi mano libre tomé mi maleta y entre en silencio, cerré la puerta y la deje a ella en el sofá.

— ¿Quién era Grace? — La voz de Danny se escucho desde la cocina. Repetí la acción de poner mi dedo sobre mis labios y Grace asintió soltando una leve risa antes de repetirme.

Camine en silencio hasta la puerta de la cocina, me prepare para cuando Danny me viera, acomode mi traje para estar presentable para ella.

— Grace te hice una pregunta — La voz de Danny se escucho aun más fuerte. Grace no respondió y tapo su boca soltando unas risas — ¿Grace?

Creo que ella se alcanzo a preocupar un poco, lo escuchaba en el tono de su voz. La puerta se abrió rápidamente mostrándome a Danny con un delantal y un trapo de cocina en sus manos, su cabello recogido en una perfecta trenza y sus ojos azules escrudiñando la habitación en busca de su pequeña. Sus ojos se fijaron en mi rápidamente -era difícil de ignorar- la vi observarme unos segundos antes de cruzarse de brazos.

— ¿En serio? — La sonrisa en mi rostro desapareció — No me ves hace más de 15 días y lo único que haces es cruzarte de brazos enojada ¿Esta todo bien?

McDanno: ¿Más que amigos?Onde histórias criam vida. Descubra agora